Hace un tiempo hablamos en forma de reflexión acerca de la proliferación de instructores y escuelas de formación, sin saber muy bien si este auge se debe a vocación, al interés por aprovechar una oportunidad de negocio, o a ambas cosas. Junto a este fenómeno surgen lo que se podrían llamar escuelas tácticas, que en algunos casos comparten una serie de características. Incluso en ocasiones se puede hablar de vendehúmos tácticos.
Una escuela táctica es un grupo de personas que comparten una metodología táctica, como puede ser «rociar y rezar», y tienen afinidades en común, que les diferencian de otras escuelas tácticas. Algunas escuelas tácticas surgen como un grupo minoritario que se escinde de otro más grande o que sigue una metodología táctica diferente a la de la mayoría. Hay escuela tácticas que representan agrupaciones cerradas, que no permiten que el resto conozca sus prácticas en detalle.
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