¿Qué entrenamiento prepara mejor a los policías para un cambio de funda pistolera? Por Brian Willis.

No es nada raro que a lo largo de los años se cambie varias veces de funda pistolera, bien por una nueva adquisición personal, o bien por dotación. Parece que dicho cambio únicamente supone montar la nueva funda pistolera en el cinturón y empezar a trabajar con ella. Sin embargo, lógicamente antes de darle un uso real a un elemento tan importante del equipo como este, del que depende el acceso a la pistola, es imprescindible familiarizarse con la nueva funda y adquirir cierta destreza en su manejo, de modo que en el momento de la verdad no suponga un problema. Una nueva funda pistolera puede suponer no solo un cambio en el sistema de retención y su mecanismo de desactivación, sino también el cambio de posición de la empuñadura del arma, respecto a la funda pistolera anterior, con la cual el usuario ha trabajado mucho durante años y a la que está totalmente acostumbrado, lo que no va a cambiar porque le acaben de dotar o acabe de adquirir otra funda pistolera. Esa costumbre, esa asociación habitual de movimientos, va a llevar al usuario a continuar haciendo inconscientemente con la nueva funda pistolera lo mismo que lleva haciendo durante años con la funda anterior, de forma que a la hora de extraer el arma podría tener serios problemas. Para evitar tal situación peligrosa es necesario llevar a cabo un proceso de reeducación y adaptación a la nueva funda pistolera, pero ¿qué entrenamiento hace falta? En el número 288, con fecha 10 de agosto de 2015,
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