¿No hace falta salir de España para recibir formación? ¡Pues claro que no! ¿o si?

FormaciónNadie nace aprendido, independientemente de las aptitudes o cualidades innatas que pueda atesorar desde su alumbramiento, por lo que la formación o instrucción constituye el principal elemento de aprendizaje en el combate con armas de fuego. Resulta ridículo pensar que podría aprenderse una disciplina cualquiera contando únicamente con uno mismo y su experiencia personal; ello limitaría considerablemente el resultado y poca evolución podría existir.

Por tanto, es necesario recibir cierta formación o instrucción para aprender el arte del combate con armas de fuego, pero no toda formación o instrucción resulta adecuada, es decir, no todo vale sino sólo aquello que sea de la calidad suficiente, algo difícilmente cuantificable especialmente cuando no se dispone de referencia alguna al respecto.

Calidad.A la pregunta ¿hace falta salir de España para recibir formación o instrucción en el arte del combate con armas de fuego? se puede responder sin dudarlo ¡pues claro que no!, ya que realmente en España se imparte formación o instrucción en esta materia. Ahora bien, ¿dicha formación o instrucción en España es de la calidad suficiente?,  ¡pues depende del instructor, de los contenidos y de los recursos disponibles!, y ¿podría encontrar una mejor formación o instrucción fuera de España?, ¡pues posiblemente si, siempre y cuando instructor, contenidos y recursos disponibles sean mayores o mejores!

Dicho de otro modo: ¿hace falta salir de España para aprender Inglés? ¿hace falta contar con un profesor nativo para aprender Inglés? ¿hace falta ir a Harvard para estudiar una carrera? ¿hace falta ir a un colegio privado para estudiar el Bachillerato? ¿…?

En primer lugar, la calidad de la formación o instrucción depende del instructor. No resulta nada fácil encontrar un buen instructor. Uno o mil cursos, incluido el curso de instructor de tiro, no convierten a nadie automáticamente en un buen instructor. Sin lugar a dudas el camino para convertirse en un buen instructor comienza con un arduo peregrinaje como alumno o aprendiz, tras el que la persona aglutinará una amplia experiencia vs. maestría que podría permitirle convertirse en un buen instructor.

Una persona no se convierte automáticamente en un buen instructor sencillamente por acumular años de experiencia como profesional (muchos de ellos en unidades especiales), infinitos despliegues, misiones y operaciones, múltiples combates reales con muertes confirmadas, etc. Si eso fuera así se contarían por miles los buenos instructores y mucho me temo que no es ese el caso.

Sin embargo, parece ser habitual que un buen instructor, al que podría denominarse incluso maestro, disponga de un gran currículum profesional, además de una extensa formación o instrucción, junto con un adiestramiento personal concienzudo, no sólo en el pasado sino también en la actualidad y en el futuro, manteniéndose así al día en lo que a tácticas, técnicas y procedimientos (TTP’s.) se refiere. Algunos ejemplos de personas que podríamos considerar buenos instructores, o maestros, en esto del combate con armas de fuego son, entre otros, los que escriben habitualmente en El Momento del Combatiente con Armas de Fuego: Larry Vickers, Mike Pannone, Kyle Defoor, John McPhee, Pat McNamara; u otros conocidos por su prestigio y reputación como Tiger McKee, Pat Rogers, Jason Falla, Bill Rogers, Paul Howe, Dave Spaulding, Travis Haley, Scott Reitz, Louis Awerbuck, JD Potynski, Jon Canipe, Steve Fisher, y un largo etcétera. No podemos olvidar tampoco a algunos patrios como Jorge Ballesteros o Juan I. Carrión.

Instructores de calidad

En segundo lugar, la calidad de la formación o instrucción depende de los contenidos. De nada sirve contar con un buen instructor si éste no imparte unos contenidos actuales y vigentes y se limita al «siempre se ha hecho así» o «yo lo hacía así en mi unidad especial». Una formación o instrucción de calidad implica que sus contenidos se centren en las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP’s.) más eficaces, que serán normalmente las TTP’s. más actuales y vigentes, dejando atrás lo obsoleto. En realidad, los contenidos de la formación o instrucción van a estar íntimamente ligados al instructor y si éste es bueno éstos estarán permanentemente actualizados., lo que no implica inventarse las cosas, que será más propio de los malos instructores, que también los hay.

Casa de Tiro [Shoot House]

En tercer y último lugar, la calidad de la formación o instrucción depende de los recursos disponibles. Difícilmente se puede proporcionar o recibir una formación o instrucción de calidad en el combate con armas de fuego si no se dispone de los recursos suficientes y adecuados, tales como: munición, armas, campo/galería de tiro, casa de tiro [shoot house], blancos realistas, blancos reactivos, … No creo que nuestro país destaque en este sentido, por lo que se imponen serias limitaciones a la calidad de la formación o instrucción.

Por otra parte, para poder evaluar la calidad de la formación o instrucción es necesario disponer de una buena referencia. Que un determinado curso o instructor me resulte bueno, positivo o de cierta calidad estará claramente condicionado y subjetivizado por la referencia que tome, es decir, por otros cursos que haya realizado o instructores que conozca, por mi propia formación o instrucción y por mis propios conocimientos. Si mi referencia se limita a ese sólo curso o instructor, carezco de otra formación o instrucción adicional y mis conocimientos son extremadamente limitados, mi valoración de la calidad de dicho curso o instructor estará mucho más condicionada y subjetivizada que la de otra persona que haya recibido múltiples cursos con diferentes instructores, que cuente con una amplia formación o instrucción y sus conocimientos sean más extensos. Dicho de otro modo, «en el Reino de los Ciegos el Tuerto es el Rey».

Por poner otro ejemplo de la importancia que tiene la referencia tomada a la hora de valorar la calidad se me ocurre el siguiente ejemplo. Tomemos como referencia un grupo de personas que nada sabe sobre armas de fuego y que no le atinan a un blanco de ninguna manera; aquel que disponga de unos pocos conocimientos al respecto y consiga atinar en el blanco fácilmente se coronará como mejor tirador del grupo. Sin embargo, si la referencia se amplía a un grupo en el que todos son buenos tiradores el que era mejor tirador en el otro grupo ahora se convierte en el peor tirador del grupo. Eso mismo sucede en otras situaciones, en las que según la referencia que se tome se puede valorar algo como bueno o malo, mejor o peor.

En conclusión, aunque realmente no hace falta salir de España para recibir formación o instrucción en el arte del combate con armas de fuego, quizás sí resulte muy conveniente hacerlo así si se tiene la oportunidad. Al fin y al cabo, si pudieras elegir, ¿dónde querrías estudiar? ¿por qué?

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