
No somos los únicos que, muchas veces nos creemos que una mera opinión sirve como argumento, cuando en realidad lo que uno opina no tiene por qué ser un argumento ─ni válido ni sólido─ a la hora de respaldar la elección de una u otra TTP. Incluso hay cosas que forman parte del conocimiento común, cotidiano o empírico que no siempre son correctas (ojo con lo empírico, que a alguno tanto le gusta, que no es lo mismo que científico). Por cierto, «todas las opiniones no son respetables».













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