
Aunque este artículo se basa en la situación en EE.UU. en cuanto a la formación de sus policías, quizás se podría extrapolar a otros países ─no diremos que uno de ellos pueda ser España─. Desde luego, lo que se puede observar en nuestros días es que muchos han llegado a instructores ─o más bien se han autoproclamado como tales─ sin pasar por la casilla de salida. De la noche a la mañana hay quien se ha convertido en experto en cosas como tiro o CQB, sin necesidad de acumular demasiada formación y experiencia en la materia. Eso fácilmente puede generar más deformación que formación, con el peligro que ello supone, cuando ni siquiera se tienen claras unas mínimas cuestiones de seguridad. Por fortuna para sus alumnos, muchos autoproclamados expertos instructores no utilizan armas de fuego real, pero eso no quiere decir que no puedan hacer daño indirectamente a sus incautos alumnos cuando vayan a aplicar lo aprendido. Pero hoy no vamos a hablar de vendehúmos.














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