Grandes errores detectados en los informes sobre incidentes de tirador activo del FBI respecto a casos en los que fueron civiles quienes detuvieron los ataques. Crime Prevention Research Center.

Hay muchos mitos en torno a los incidentes de tirador activo y la mejor forma de contrarrestarlos, que no evitarlos. En muchas ocasiones se habla sin conocimiento de causa. Son pocos los artículos de investigación que realmente aporten datos en los que basen sus conclusiones. Opinar es fácil. Lo difícil es argumentar. El Crime Prevention Research Center (CPRC) dedica muchos esfuerzos a desmitificar que los índices de criminalidad estén íntimamente relacionados con las armas legalmente en manos de ciudadanos. Los malos no son muy dados a sacarse la licencia de armas y llevar un arma oculta acorde a la Ley. En este artículo se analiza la problemática real de los incidentes de tirador activo en EE.UU. y analiza los datos, enmendando los errores en los informes generados por el FBI, para llegar a conclusiones diferentes, posiblemente más ajustadas a la realidad. Te lo ponemos fácil y te ofrecemos esta información traducida al español para que conozcas mejor el problema y saques tus propias conclusiones, aunque no sea extrapolable a nuestro entorno. Recuerda que puedes al blog aquí.

 


 

(Este artículo es una traducción de su original en inglés, publicado el 3 de octubre de 2022)

 

Tabla 1. Comparación entre los datos sobre incidentes de tirador activo del FBI y los corregidos del CPRC.

 

Grandes errores detectados en los informes sobre incidentes de tirador activo del FBI respecto a casos en los que fueron civiles quienes detuvieron los ataques: en lugar de un 4,4%, el número correcto es como mínimo un 34,4%. En 2021, es como mínimo un 49.1%. Sin contar las zonas libres de armas, la media supera el 50%.

Por el Crime Prevention Research Center (traducido por Jorge Tierno Rey)

Si quieres comprobar todos los casos, puedes encontrar la base de datos de incidentes de tirador activo del FBI en este enlace.

Datos: para mayor comodidad, también puedes consultar este PDF del archivo Excel y esta página web con la lista y enlaces a las noticias con la historia de fondo de cada caso. Asimismo, puedes consultar los informes de incidentes de tirador activo del FBI en los siguientes enlaces: 2000-2013, 2014-2015, 2016-2017, 2018, 2019, 2020, 2021.

 

Introducción

El incidente en el que murieron tres personas y otra resultó herida en un centro comercial de Greenwood, Indiana (EE.UU.), el 17 de julio de 2022 despertó la atención por todo el país por cómo terminó ─cuando el joven de 22 años Elisjsha Dicken, que portaba una pistola con licencia de armas, disparó mortalmente al tirador activo─.

Aunque Dicken fue alabado por su valentía y habilidad ─realizando su primer disparo 15 segundos después que el tirador activo abriera fuego, desde una distancia de 37 metros (40 yardas)─, la mayoría de noticias que le siguieron se basaron en las estadísticas aportadas por el FBI para afirmar que rara vez un ciudadano armado detiene a tales tiradores activos: «rara es la ocasión en EE.UU. en la que un transeúnte detiene un incidente de tirador activo» (Associated Press); «masacre en Indiana, uno de los pocos ejemplos en los que un ciudadano armado detiene un incidente de tirador activo» (Washington Post); y, «tras el tiroteo en el centro comercial de Indiana, un héroe, pero ninguna solución duradera para la violencia con armas» (New York Times).

Las evidencias recopiladas por el Crime Prevention Research Center (CPRC) [Centro de Investigación para la Prevención del Delito] indican que las fuentes consultadas por los medios de comunicación no contabilizaron el número de casos en los que ciudadanos armados frustraron tales ataques, que es más de 10 veces superior, salvando innumerables vidas. Por supuesto, los ciudadanos con licencia que detuvieron estos incidentes no son pocos. Lo escaso son las noticias a nivel nacional que informan de estos incidentes frustrados. Aunque las múltiples noticias sobre el incidente de Greenwood también sugerían que el uso defensivo de armas de fuego podría poner en peligro a otras personas, no existen evidencias por las que estos actos hayan ocasionado lesiones a víctimas inocentes.

El FBI informa que solo 11, de los 252 incidentes de tirador activo que identificaron durante el periodo entre 2014 y 2021, fueron detenidos por ciudadanos armados. El FBI define los incidentes de tirador activo como aquellos en los que un individuo mata o intenta matar activamente personas en un lugar público concurrido. Sin embargo, no incluye aquellos que se consideren relacionados con otra actividad delictiva, tales como un atraco o un ajuste de cuentas por drogas.

Un análisis, realizado por mi organización, identificó un total de 360 incidentes de tirador activo durante ese mismo periodo y descubrió que 124 fueron detenidos por un ciudadano armado. Un informe anterior revisó únicamente casos en los que un ciudadano armado detuvo lo que podría haber sido un incidente de tirador activo. Hubo otros 24 casos que no incluimos, en los que un ciudadano armado detuvo un potencial incidente de tirador activo, en los que el sospechoso no llegó a disparar el arma de fuego. Esos casos se excluyen de nuestros cálculos, aunque se podría considerar que un civil también detuvo lo que podría haber sido un incidente de tirador activo.

El FBI indicó que un 4,4% de los incidentes de tirador activo fueron frustrados por ciudadanos armados, mientras que el CPRC descubrió que fueron un 34,4%.

Dos factores explican esta discrepancia: uno, los incidentes mal clasificados; y dos, los incidentes omitidos. Respecto al primero, el CPRC determinó que los informes del FBI habían clasificado erróneamente cinco incidentes de tirador activo: en dos incidentes, el FBI indica en su informe detallado que ciudadanos con licencia de armas se enfrentaron a los tiradores y les hicieron escapar del lugar. No obstante, el FBI no incluyó en la lista estos incidentes como detenidos por un ciudadano armado porque la Policía detuvo posteriormente a los atacantes. En otros dos incidentes, el FBI identificó erróneamente a ciudadanos armados como vigilantes de seguridad privada armados. Por último, el FBI omitió mencionar el enfrentamiento de un ciudadano en un incidente.

Por ejemplo, el informe del FBI sobre el ataque del 29 de diciembre de 2019 contra la Iglesia de Cristo West Freeway en White Settlement, Texas (EE.UU.), que dejó dos muertos, no lo clasifica como un «enfrentamiento con civiles». En lugar de ello, el FBI clasifica este incidente como detenido por un vigilante de seguridad privada. Un parroquiano, que se había ofrecido voluntario para velar por la seguridad durante la Misa, disparó mortalmente contra el autor del ataque. Ese parroquiano, Jack Wilson, le dijo al Dr. John Lott que no era un profesional de la seguridad. Explicó que entre 19 y 20 miembros de la congregación iban armados aquel día, y ni siquiera llevaban el control de quién llevaba un arma oculta.

En cuanto al segundo factor ─incidentes omitidos─, más significativo, el FBI obvió 25 incidentes identificados por el CPRC, en los que la que podría haber sido una matanza pública fue frustrada por civiles armados. Hubo otros 83 incidentes de tirador activo que omitieron en su contabilidad.

No hay razón para creer que los medios de comunicación cubran todos los casos en los que civiles detuvieron un ataque. Y cuanto más atrás nos vayamos, posiblemente más casos se hayan omitido. La tabla siguiente ilustra esta tendencia. Tomando los datos entre 2014 y 2021, se comprueba claramente que el 49,1% de los incidentes de tirador activo fueron detenidos por civiles armados en 2021, el 45,1% en 2020, y un porcentaje que disminuye cuanto más atrás en el tiempo nos vayamos. Ese patrón es consistente con nuestras mayores dificultades para encontrar casos sucedidos hace más tiempo.

Tabla 2. Evidencias de las dificultades para encontrar casos más antiguos.

Aún hay otra razón por la que estos porcentajes corregidos están condicionados a ser más bajos de lo que podrían, dado que no tienen en cuenta que aproximadamente la mitad de estos ataques se producen en lugares donde las armas están prohibidas, de forma que los ciudadanos ─que cumplen las leyes─ no tienen la oportunidad de detener estos ataques al no poder ir armados. Aquí puedes encontrar una copia de nuestro archivo Excel, que incluye datos y enlaces a las noticias, para que puedas revisarlos por ti mismo.

Los informes sobre incidentes de tirador activo del FBI no mencionan si los ataques se produjeron en zonas libres de armas. «El problema es que cuando se determina que un lugar es una zona libre de armas, los ciudadanos que cumplen las leyes obedecen lo establecido y no pueden detener un ataque en ese lugar», explica Carl Moody, catedrático de Economía en la Universidad William&Mary ─en Williamsburg, Virginia (EE.UU.)─ y director de investigación del CPRC.

Alguna encuesta reflejaba que criminólogos y economistas tenían las mismas cuatro políticas preferidas para detener incidentes de tirador activo. En una escala del 1 al 10, donde 1 era la política menos eficaz y 10 la más eficaz, criminólogos estadounidenses puntuaron más alto las siguientes políticas: permitir que los profesores de colegios e institutos lleven pistola oculta (6,0), permitir que el personal militar lleve armas en el interior de bases militares (5,6), favorecer la eliminación de zonas libres de armas (5,3) y rebajar la legislación nacional que obliga a las empresas a crear zonas libres de armas (5,0). Las cuatro políticas preferidas por economistas estadounidenses fueron las mismas, pero en orden diferente:  favorecer la eliminación de zonas libres de armas (7,9), rebajar la legislación nacional que obliga a las empresas a crear zonas libres de armas (7,8), permitir que los profesores de colegios e institutos lleven pistola oculta (7,7) y permitir que el personal militar lleve armas en el interior de bases militares (7,7).

Entre 2014 y 2021, un ciudadano armado frustró 104 de los 204 incidentes reales o potenciales donde pudimos identificar que se podían llevar armas. Así que, el 51% de los ataques fueron frustrados por personas que portaban una pistola oculta ─con licencia de armas─. Una vez más, los datos más recientes son los más precisos, y en 2021, el 58% de los ataques fueron frustrados por ciudadanos armados en lugares donde claramente se pueden llevar armas.

Las cifras indican que si no tuviéramos zonas libres de armas, más personas podrían frustrar estos ataques.

Por último, incluso estas cifras subestiman la utilidad de portar una pistola oculta a la hora de detener un incidente de tirador activo, porque muchos de estos ataques tienen una única persona como blanco. Por ejemplo, supongamos que solo una persona es el blanco y solo puede estar presente una persona. En ese caso, es relativamente difícil que una persona pueda detener el ataque, comparado con un incidente de tirador activo en un lugar donde se encuentren presentes múltiples víctimas potenciales.

El público en general parece estar de acuerdo. Una encuesta realizada por el Grupo Trafalgar a principios de julio de 2022 mostró que una mayoría de votantes en las elecciones generales estadounidenses creen que los ciudadanos armados son el elemento más eficaz para protegerte a ti y a tu familia en el caso de un incidente de tirador activo. Lo primero de la lista fue «ciudadanos armados» con un 42% de los encuestados, seguido por «policía local» (25%) y «policía nacional» (10%) [«Ninguna de las anteriores» fue la opción elegida por un 23% de los encuestados]. Otra encuesta realizada por YouGov en mayo de 2022 ─antes del ataque en Uvalde, Texas (EE.UU.)─ reflejó que con un margen del 51% a 37% de adultos estadounidenses apoyaban el hecho de permitir a los profesores de colegios e institutos y funcionarios públicos que llevaran una pistola oculta.

 

¿Plantean un peligro para otras personas quienes llevan una pistola oculta con licencia y detienen estos ataques?

Los medios de comunicación suelen mostrar preocupación respecto al hecho que permitir el porte oculto de una pistola va a provocar que transeúntes inocentes reciban un disparo o que la Policía dispare erróneamente a quien porte una pistola. 

Un artículo de Ed White, para Associated Press, sobre el incidente de tirador activo en Greenwood, citaba a Adam Lankford, identificado como «un experto en Derecho Penal de la Universidad de Alabama», que afirmaba: «aunque sin duda es bueno que en este tiroteo en un centro comercial alguien fuera capaz de detener al tirador antes que fuera a más, no pensemos que podemos conseguir ese mismo resultado en todos los incidentes pasados y futuros. Si todo el mundo lleva un arma de fuego, el riesgo de que pase algo malo no hace más que aumentar».

El catedrático Moody, que estudia los incidentes de tirador activo, explica que este tipo de advertencias son erróneas:

Los medios de comunicación y los partidarios del control de las armas siempre parecen preocupados por los peores resultados posibles cuando hay armas de fuego de por medio. Lo cierto es que sabemos que un ciudadano armado detiene a un tirador activo. Y aunque existe la posibilidad que un transeúnte resulte herido, los datos recopilados por el CPRC muestran que un ciudadano armado aún no ha disparado accidentalmente a un transeúnte inocente. También sabemos que la Policía disparó por error a un ciudadano armado en una única ocasión. Fue en Colorado el 21 de junio de 2021. No es algo que pueda darse habitualmente, porque la Policía suele llegar mucho después de haberse resuelto el incidente.

Todos los expertos entrevistados por el Washington Post y el New York Times afirman que tiene que dejarse a la Policía que se encargue de detener estos ataques. «Creo que podrías conseguir que más individuos lleven un arma, a la espera que pase algo, lo cual es especialmente peligroso… en realidad, ese es el trabajo de la Policía», le dijo Jody Madeira, catedrático de Derecho en la Universidad de Bloomington, al Washington Post.

Sin embargo, muchos policías discrepan. En marzo de 2013, la web PoliceOne realizó una encuesta a sus 380.000 miembros policías en activo y 70.000 miembros policías retirados. El 88% de sus miembros consideraba que se podrían reducir o «evitar por completo» las víctimas en incidentes de tirador activo en colegios, si hubiera ciudadanos que llevaran pistola oculta en esos lugares. El 77% apoyaba la idea de «armar a los profesores y/o conserjes de colegios que se ofrecieran voluntarios en su escuela». Ninguna otra política para proteger a niños y profesores tuvo un apoyo tan amplio.

«Un policía de uniforme lo tiene tremendamente difícil para detener estos ataques», le decía el Sheriff Kurt Hoffman, del condado de Sarasota (Florida), al CPRC. «Estos terroristas tienen una enorme ventaja estratégica al determinar el momento y lugar de su ataque. Pueden esperar a que la Policía abandone la zona, o seleccionar un lugar sin protección. Incluso cuando hay policías en el lugar adecuado, en el momento adecuado, al vestir uniforme se les puede identificar fácilmente como seguridad, poniéndoles un cartel luminoso en el pecho que diga «¡dispárame a mi primero!». Mis policías saben que no podemos estar en todas partes».

Del mismo modo, Massad Ayoob, apologista de la defensa personal que lleva impartiendo clases a la Policía desde 1974, destacaba que, «cuando estalla un incidente en el que corren peligro vidas humanas y los segundos cuentan, los auténticos primeros intervinientes son los ciudadanos presentes».

 

Errores pasados nunca corregidos en los informes del FBI

«Esta agencia ha deformado tanto nuestro conocimiento público de este problema», indica Theo Wold, antiguo fiscal en el Ministerio de Justicia estadounidense. «Cuando el FBI lo se equivoca tan sistemáticamente ─y persistentemente─, genera un efecto en cascada increíblemente perjudicial. El FBI ejerce una considerable influencia sobre policía locales y estatales, así como políticos en todos los niveles del Gobierno».

Estas omisiones y discrepancias no son una sorpresa, teniendo en cuenta lo limitado de la obtención de datos y su valoración a la hora de categorizar tales incidentes. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de todo el país no aportan informes detallados de los incidentes de tirador activo, por lo que la cobertura de la noticia por los medios locales es una fuente de información fundamental. El FBI contrata para este trabajo los servicios del Advanced Law Enforcement Rapid Response Training Center [centro de enseñanza de respuesta rápida policial avanzada] en la Universidad de Texas y después revisa y depura sus descubrimientos.

El CPRC descubrió casos que dicho Centro omitió, pero incluso el trabajo del CPRC casi seguro que omite algún incidente. «No hay razón para pensar que la lista del CPRC es completa, dado que bien pueden haberse dado incidentes que no tuvieron cobertura por los medios de comunicación de forma que aparecieran en las búsquedas de datos», escribió Eugene Volokh, catedrático de Derecho en la Universidad de Los Angeles (UCLA), en junio, respecto a una lista anterior de nuestros casos que incluía únicamente los casos que se podían haber convertido en incidentes de tirador activo, una lista mucho más estrecha que la de incidentes de tirador activo».

Preguntado sobre esta discrepancias en agosto, el FBI rechazó responder. M. Hunter Martindale, en representación del Advanced Law Enforcement Rapid Response Training Center, sugería que sus cifras no eran definitivas:

Agradecemos que envíe casos potenciales de incidentes de tirador activo para que el equipo del FBI los revise y los incluya en los datos sobre incidentes de tirador activo. Como le prometí, ayer le envié la cadena de correos electrónicos al equipo del FBI. Como seguro que ya sabe, los informes sobre incidentes de tirador activo del FBI se elaboran con una periodicidad anual. Supongo que cualquier corrección que añada casos de forma retroactiva posiblemente se incluya en el informe anual.

Aunque recopilar tales datos supone todo un reto, hay quien aprecia un patrón de distorsión en las cifras del FBI, porque los errores van casi exclusivamente en una sola dirección, minimizando las acciones salvadoras de vidas de ciudadanos armados. «Bien por un perjuicio deliberado o por mera incompetencia, no se puede confiar en la base de datos del FBI sobre incidentes de tirador activo», decía Gary Mauser, profesor emérito en la Universidad Simon Fraser de Canadá, que ha estudiado exhaustivamente el control de armas y los casos de defensa con armas. Los problemas planteados por Mauser coinciden con los expresados por el diputado Jim Jordan en una carta del 27 de julio dirigida al Director del FBI Christopher Wray. Jordan afirmaba que fuentes anónimas internas informaron de perjuicios políticos en los datos del FBI sobre terrorismo nacional.

Lo que resulta especialmente problemático es la falta de voluntad por parte del FBI y los medios de comunicación para corregir estas omisiones al informar sobre esos casos. Cuando el Dr. John Lott trabajaba en la Oficina de Política Legal y la Oficina de Programas de Justicia del Ministerio de Justicia estadounidense en 2020, se le notificaron al FBI sus omisiones respecto a potenciales incidentes de tirador activo, pero rehusaron corregir esos errores. Lott había alertado anteriormente al FBI sobre problemas similares ya en 2015 y publicó la lista en la Academy of Criminal Justice Sciencies Today [Academia de Ciencias Penales de hoy] en marzo de 2015, pero nunca se realizaron las correcciones pertinentes, ni siquiera tras admitir el FBI que se habían omitido casos.

Cuando el CPRC escribió a Ed White, el periodista de Associated Press que escribió aquel artículo, sobre las omisiones en las cifras para el estado de Texas, respondió: «nuestra información, citando la investigación en concreto realizada por la Universidad estatal de Texas a lo largo de un periodo de 20 años, era precisa. No fue necesaria corrección alguna». El periodista no quiso dar por buenas nuestras palabras sobre estos errores. Se le facilitó una lista de esos casos y enlaces a las noticias donde se evitaron potenciales incidentes de tirador activo, de forma que pudiera comprobar por sí mismo las omisiones.

Nunca recibimos respuesta del Advanced Law Enforcement Rapid Response Training Center a nuestras solicitudes de información sobre exactamente cuánto de sus 66,9 millones de dólares en subvenciones del Ministerio de Justicia estadounidense (aquí y aquí) se invirtió en recopilar la información sobre los casos de incidentes de tirador activo de la lista del FBI.

Este último vídeo ilustra cómo los medios de comunicación televisivos también utilizan al FBI para sostener que buenas personas con armas no detienen un incidente de tirador activo.

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