Cómo entrenar el tiro en seco: en busca de una rutina, o todo lo contrario, escapando de una rutina.

No vamos a insistir en lo mismo, porque ya hemos hablado en otras ocasiones del «tiro en seco» y explicado su importancia. Simplemente, si hay algo en lo que estamos todos de acuerdo, junto con los que saben verdaderamente de esto, es que el tiro en seco es fundamental para aprender y mejorar nuestra habilidad en tiro y cualquier TTP. Pero, cómo se hace? ¿tienes que seguir una rutina? o, precisamente lo contrario, ¿escapar de la rutina?

Por supuesto, lo primero que has de saber, cuando pretendas realizar tiro en seco, es que, las normas de seguridad son las mismas que si fueras a realizar fuego real. ¡No hay excusas! Prepárate a conciencia, elige bien el lugar donde vayas a practicar y compruébalo todo setenta veces siete para garantizar al 99% que todo irá bien y «en seco». Recuerda todo lo relativo a normas de seguridad en el tiro en seco.

Cualquiera te puede hablar de las ventajas del tiro en seco y las múltiples formas de practicarlo. Puedes encontrar de todo, tanto textos como vídeos sobre ello. Puedes encontrar libros dedicado completamente al tiro en seco, como The Dry Fire Primer, de Annette Evans, disponible únicamente en inglés. Mejor aún, tienes en español (aunque no sea una traducción demasiado buena) el libro Disparo en Seco: Recargado, del campeón Ben Stoeger, un libro único en su especie del que se pueden sacar muchas ideas prácticas que trasladar al entrenamiento de cada uno. Otro profesional que habla largo y tendido sobre el tiro en seco es el «gran» Dave Harrington, en Make Ready with Dave Harrington: Dynamic Dry Fire Training, de Panteao Productions. También tienes auténticos cursos para aprender y practicar en seco, como los Dryfire Mastery de Joe Farewell. Pero estos son solo algunos ejemplos. Obviamente, en inglés abunda más la información y formación de calidad, que en español.

La idea que se esconde tras el tiro en seco no es otra que la «mielinización» ─o la mal llamada «memoria muscular»─. No nos hagas mucho caso en cuanto a terminología, pero eso de la mielinización viene a ser algo así como generar una serie de patrones neuronales y fortalecer las conexiones nerviosas con los músculos, para que los movimientos salgan más fluidos y rápidos. A base de buenas repeticiones, más que solo muchas repeticiones (calidad más que cantidad), se generan esos patrones neuronales y se fortalecen esas conexiones nerviosas. Eso también contribuye a lograr la deseada «automaticidad», de forma que los movimientos que comprende una técnica puedan realizarse sin intervención consciente, de una forma subconsciente, o inconsciente (puede que esa no sea la palabra correcta; nos referimos a hacerlo sin pensar, de forma automática). Vamos, que el tiro en seco viene muy bien y, por eso, lo practican y recomiendan los que de verdad saben del tema.

Dicho esto, la cuestión es cómo cómo entrenar el tiro en seco. Hay muchas fórmulas, ninguna mágica, e incluso herramientas que permiten sacarle aún más provecho ─como el sensor MantisX o el simulador LASR─. La clave radica en practicar asiduamente, más que en seguir una ─o ninguna─ rutina. Por mi parte, he de confesar que últimamente el tiro en seco lo tengo en dique seco, valga la redundancia, aunque hubo una época en la que le presté más atención (pero fracasé y tengo pendiente volver a intentarlo). Eso no quiere decir que lo tenga olvidado, sino que está latente a la espera de retomarlo.

En 2015 dediqué 39 horas y 26 minutos al tiro en seco, a lo largo de 105 sesiones de entrenamiento, con un total de más de 10.500 repeticiones, una media de 22 minutos por sesión y más de 100 repeticiones por sesión. La sesión media de tiro en seco incluía más de 30 repeticiones (3.150 al año) de extracción de la funda, disparo y reseteo del disparador, 18 repeticiones (1.890 al año) de extracción de la funda y tiro con mano fuerte, otras 3 (315 al año) de extracción de la funda con mano menos fuerte y 18 (1.850 al año) de tiro con mano menos fuerte, 10 (1.050 al año) de recarga rápida y 10 (1.050 al año) de resolución de interrupciones de tipo I y II, todo ello con pistola. Además, con fusil cada sesión incluía 10 repeticiones (1.050 al año) de apuntar, disparo y reseteo del disparador, 10 (1.050 al año) de recarga rápida, 10 (1.050 al año) de resolución de interrupciones de tipo I y II y 10 (1.050 al año) de transición de fusil a pistola.

Alguien me preguntó por la rutina de entrenamiento en seco que seguía. La verdad es que no tiene ninguna Ciencia. Cualquiera puede elaborar su propia rutina o sencillamente no seguir rutina alguna. Yo no tengo ningún objetivo y no me preparo para ninguna competición en concreto, así que me conformo con intentar mejorar en conjunto.

Si vas a empezar, tienes que hacerlo pasito a pasito para no saturarte. Plantéate sesiones cortas asiduamente, digamos día sí, día no. En cada sesión, incluye pocos movimientos, por ejemplo: día 1, posición/postura; día 2, descanso; día 3, posición/postura, empuñe; día 4, descanso; día 5, posición/postura, empuñe, puntería (busca alguna referencia que puedas utilizar); día 6, descanso; día 7, posición/postura, empuñe, puntería, control del disparador; etc. Empieza con un solo ingrediente y vete añadiendo más poco a poco, como si estuvieras preparando un postre. Una vez lo tengas pillado, ya puedes añadir el desenfunde. Y a partir de ahí vas añadiendo más ingredientes.

Luego vendrá, igual que con el entrenamiento físico, el dividir tu entrenamiento de tiro en seco según objetivos. Puedes dedicar una sesión periódicamente al fuego en movimiento, por ejemplo, o al trabajo con linterna. Últimamente en la rutina que llevaba empezaba cada vez mirando hacia otra parte: hacia delante, hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia atrás, con media vuelta por la derecha y después con media vuelta por la izquierda, y vuelta a empezar. Así también se practican los cambios de dirección y no está siempre el blanco delante.

Aquí puedes ver en qué consistía una de mis sesiones de práctica en seco, por si te sirve de algo o te da alguna idea. Ahora he pasado a algo más dinámico, en el sentido que me aporta información sobre los disparos «en seco». Asimismo, este simulador relativamente económico tiene mucho potencial y ofrece multitud de posibilidades. Todo gira en torno a un programa de ordenador (LASR), que recibe la señal de una cámara IR de LASR (adquirida en Laser Ammo), capaz de detectar los impactos del láser IR de una pistola simulada SIRT 20 (réplica de una SIG Sauer P320 Full). Pero, de este simulador casero ya hablaremos con más detalle en otra ocasión.

Como añadido a este simulador, para darle más realismo al tiro en seco ─y que sea semiseco─, existen artilugios como CoolFire Trainer. Aquí tienes un vídeo en el que Eric Fuson explica uno de sus entrenamientos con este artilugio, que no hace otras cosa más que darle retroceso al arma y que sea semiautomática «en seco». De esta forma puedes entrenar con tu arma real, cambiando las peladillas de plomo con rayos láser infrarrojos. Recuerda que es importante que el láser no sea visible, para evitar que puedas irte a buscar el punto del láser, en lugar de centrarte en el tiro en sí.

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