Todavía te debo una explicación sobre este dispositivo pequeño en tamaño, grande en prestaciones. Por no retrasarlo más, te puedo decir en pocas palabras, que el MantisX constituye todo un sistema de entrenamiento. Se compone de un sensor que se monta en cualquier raíl de un arma ─y si no tiene raíl existen accesorios para poder acoplar el sensor igualmente─ y una aplicación de móvil ─tanto Android como iOS─. El sensor y la aplicación se comunican por Bluetooth, sin cables. Parece ser que mediante giróscopos y acelerómetros ─o unos duendes muy pequeños─ que van dentro del sensor, el MantisX detecta hasta el más mínimo movimiento del arma, hasta el punto que sabe en todo momento cuánto y hacia dónde se mueve el arma, lo cual aprovecha para determinar la oscilación de la boca de fuego en el momento de realizar el disparo. Todos los datos quedan registrados en la aplicación, que va ligada a una cuenta de usuario en la que se almacenan todos los datos. Pues bien, tras analizar los datos de 10 millones de disparos realizados con MantisX se ha llegado a 10 conclusiones muy interesantes que te traduzco a continuación directamente de la web de MantisX.
(Por menos de 200 euros puedes tener el MantisX en casa en cuestión de una semana)
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