
Al contrario de lo que se pueda pensar, la Ley respecto al uso de la fuerza letal en EE.UU. no dista en esencia de la de cualquier otro país con un sistema de Derechos y Libertades, como España. La gran diferencia radica en la aplicación de la Ley a la hora de interpretar una determinada situación táctica, por ejemplo, cuándo se entiende que se trata de una amenaza inminente que justifica el uso de la fuerza letal. De este modo, no se puede aplicar la fuerza letal sobre un delincuente en huida, independientemente de sus fechorías previas, salvo que realmente constituya una amenaza inminente, como cuando en su huida te dispara o te apunta con un arma de fuego. En esta situación táctica en concreto, aunque el chaval apuñala al policía en el cuello, este no puede utilizar la fuerza letal contra él cuando se da a la fuga y ya no constituye una amenaza inminente.












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