En un entrenamiento de combate con armas de fuego el blanco utilizado constituye algo tan importante o más que el propio entrenamiento, dado que la clave, tanto en un entrenamiento como en un combate real, es el resultado, y eso lo determinan los impactos, que en un entrenamiento quedan registrados en el blanco, y en un combate real quedan registrados en la amenaza. Para eso están los blancos de papel. Aunque los de metal también molan, no aportan tanta información como los de papel, que además son más baratos, sencillos y prácticos (impactos y blancos de tiro, esa es una de las cuestiones).
La variedad disponible en blancos de todo tipo es ilimitada y con un poco de imaginación y los medios adecuados se puede parir cualquier cosa. Indudablemente, lo más práctico y rápido consiste en acudir a los productos ya disponibles en el mercado, y muchas veces resulta también la opción más asequible.
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