Uno de los principios básicos del tiro, así como uno de los pilares fundamentales del combate con armas de fuego, radica en la puntería. Sólo los impactos bien colocados en el blanco o amenaza cuentan para el éxito o victoria, lo que equivale, más o menos, a hacer coincidir el Punto de Impacto (PdI), donde impacta el proyectil, con el Punto de Puntería (PdP), donde se pretende que impacte el proyectil. Esa coincidencia entre PdP y PdI no se va a producir prácticamente nunca salvo casualidades, entre otras cosas porque ni en condiciones ideales se puede reproducir exactamente la misma trayectoria para dos proyectiles. Son tantos los factores que afectan a la trayectoria de un proyectil que resulta casi imposible que vayan a coincidir «exactamente» el PdI y el PdP, aunque bastará con que los impactos estén suficientemente bien colocados.
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