
El control del disparador no solo es uno de los principios básicos del tiro, sino que se suele considerar como el más fundamental. De este principio básico dependerá en gran medida que los impactos vayan a su sitio o no, dado que hasta que el proyectil no abandona la boca de fuego el dedo que presiona el disparador puede desviar el arma. Además, el control del disparador ─especialmente el reseteo del disparador─ determina la capacidad de colocar todos los impactos sobre el blanco en secuencias de varios disparos con una elevada cadencia de fuego.












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