En otro artículo, Kathy Jackson instaba a mantener la boca de fuego por debajo del talud, incluso durante las recargas rápidas. Lo primero que se te puede venir a la mente al pensar en ello es el tiempo, el tiempo que se pierde si la boca de fuego se mantiene dirigida al frente o abajo ─normalmente al frente o abajo es la dirección más segura disponible en un campo o galería de tiro y en la vida real─. No eres el único que ha pensado en ello, porque Karl Rehn se ha tomado la molestia de hacer unas pruebas al respecto y colgar sus conclusiones en el siguiente artículo. Karl Rehn es uno de esos tipos que no abundan. Desde 1990 lleva acumuladas más de 2.500 horas de formación de manos de más de 50 de los mejores tiradores e instructores. Además, se pasa más de 40 semanas al año impartiendo cursos de tiro con armas de fuego. Pero eso no es lo que vale, sino la forma de explicar las cosas con argumentos, como en este artículo. Ya nos dirás qué te parece.
Este artículo es una traducción de su original en inglés Muzzle Direction during a reload, publicado en el blog Notes from KR con fecha 19 de octubre de 2017. La traducción y publicación de este artículo cuenta con la autorización de su autor Karl Rehn.
Dirección de la boca de fuego durante una recarga
Por Karl Rehn. 19 de octubre de 2017.
Hace poco Kathy Jackson publicó un artículo sobre la dirección de la boca de fuego durante las recargas. Se generó mucha discusión y controversia, lo que me animó a realizar algunas pruebas para analizar el tema un poco más en profundidad.
Importancia relativa de la velocidad al recargar
Recargar [o cambiar de cargador, como prefieras llamarlo] es una de esas habilidades que ha formado parte del entrenamiento con pistola y de las pruebas de evaluación con pistola desde por lo menos 1945, cuando el FBI exigía a sus agentes que realizaran varias recargas durante sus pruebas de evaluación.
El clásico ejercicio de tiro «El Presidente» incluye una recarga.
Esos ejercicios se crearon en la época de los revólveres de 6 disparos y las pistolas tipo 1911 con cargadores monohilera de 8 disparos. E incluso en aquella época, no tengo claro que las recargas fueran así de habituales en un enfrentamiento armado. Los datos recopilados por Tom Givens sobre los 66 enfrentamientos armados en los que se ha visto implicado alguno de sus alumnos indican que en ningún caso recargaron durante el enfrentamiento. Algunos dispararon hasta dejar la corredera atrás [tras agotar la munición en el cargador]. Los datos sobre enfrentamientos armados con algún policía implicado también indican que las recargas durante un enfrentamiento armado, en el que la velocidad al recargar podría suponer la diferencia entre la vida o la muerte, rara vez se producen, si es que se producen alguna vez. Del mismo modo, John Correia del canal de YouTube Active Self Protection ha analizado las imágenes de vídeo de más de 5.000 enfrentamientos armados, y aporta las siguientes observaciones:
He visto exactamente 2 cambios de cargador por policías de servicio en un enfrentamiento armado real. Y ninguno de los dos influyó en el resultado del enfrentamiento. He visto unos 7 u 8 enfrentamientos armados en los que un arma de fuego de mayor capacidad o una recarga podrían haber influido en el resultado.
El principal motivo de la obsesión por la velocidad al recargar se debe a las competiciones modernas de pistola, en las que las recargas «contrarreloj» forman parte fundamental de casi todos los recorridos de tiro y las décimas de segundo importan.
¿Dónde apunta la boca de fuego durante una recarga?
Elegí 3 técnicas de recarga para analizarlas. (1) La que normalmente utilizo, que implica muy poco movimiento vertical de la boca de fuego y fue la técnica que mejor resultado me dio para alcanzar esas velocidades de recarga propias del nivel Grand Master [Gran Maestro] de competición. (2) La técnica de recarga en la que la boca de fuego apunta hacia arriba, que enseñan algunas escuelas tácticas. El brocal del cargador se sitúa justo delante de los ojos del tirador, lo que contribuye a introducir limpiamente el cargador. (3) Una técnica en la que la boca de fuego apunta hacia abajo, en la que se sitúa la pistola a la altura del estómago, con la boca de fuego todo lo hacia abajo que pueda sin que ello me impida recargar fácilmente y dentro de un tiempo razonable.
En el vídeo siguiente se puede ver tanto la técnica de recarga utilizada como el lugar hacia el que apunta la boca de fuego, gracias al láser verde que sale y vuelve del centro del blanco de papel NRA B-8. En el vídeo me sitúo a una distancia de 6,5 metros [7 yardas] del mismo blanco que utilicé después para las pruebas de tiro cronometradas de esas 3 técnicas.
Con mi técnica habitual, la boca de fuego apunta arriba a la izquierda, [en el vídeo] por encima del marco amarillo de la ventana, lo que supone que el arma posiblemente continuaría apuntando hacia el talud en el campo de tiro. La pared mide 2,4 metros de alto, que es menos de los 3-3,5 metros que suele medir el talud de un campo de tiro. En la técnica de la boca de fuego hacia arriba, el punto verde del láser se iba al techo. En la técnica de la boca de fuego hacia abajo, el láser, en su punto más bajo, se iba al suelo a unos metros por delante mía.
¿Qué técnica es más rápida?
Cogí un blanco de cartón ya usado del montón, le pegué un blanco de papel NRA B-8 encima y lo coloqué en mi campo de tiro a 6,5 metros [7 yardas] de distancia.
Realicé 10 pruebas con cada técnica de recarga antes de cambiar de técnica, descarté el tiempo más alto y el más bajo y anoté lo mejores 8 tiempos. Empezaba cada prueba apuntando al blanco, con el dedo en el disparador, como si acabara de realizar un disparo. A la pitada del cronómetro, recargaba y disparaba una vez. Solo contaba la prueba si el cargador entraba limpiamente en el brocal y el disparo impactaba dentro del círculo de 15cm (6 pulgadas) del blanco NRA B-8.
Me esperaba algo más de velocidad al utilizar la técnica de recarga que suelo utilizar, pero lo cierto es que los datos no lo demuestran. La media al utilizar mi técnica preferida fue de 1,75 segundos, y las medias para las otras dos técnicas fue de 1,77 segundos. Los tiempos no distaban demasiado unos de otros y todos fueron por debajo de los 2 segundos.
¿Cuál es una dirección segura?
En mis cursos defino una dirección segura como «cualquier dirección en la que estés dispuesto a disparar». Y hablo del concepto de la dirección disponible más segura, que puede cambiar a medida que tú o las personas a tu alrededor se mueven.
Fuera del campo de tiro, las opciones de direcciones seguras pueden ser limitadas. Generalmente es mejor hacia abajo que hacia arriba, porque hacia abajo puedes ver dónde va a impactar la bala y tienes cierto control sobre dónde impacta y con qué ángulo.
Hacia abajo no siempre puede ser una opción, si estás en la planta de arriba de una casa, o hay personas lo suficientemente cerca de ti que corres el peligro de darle a alguien en la pierna o en el pie ─o algo peor si hay alguien tendido en el suelo o tienes un niño pequeño agarrado a tu pierna buscando protección─.
En el campo de tiro, la técnica con el menor movimiento de la boca de fuego la mantiene apuntada en una dirección segura si estás cerca del talud del fondo y este es relativamente alto. Si esa técnica se realiza a 25 metros del talud del fondo, en la mayoría de campos de tiro la boca de fuego apunta por encima del talud y al techo en el caso de una galería de tiro cubierta.
A no ser que la galería cuente con un techo parabalas, no hay forma de utilizar la técnica de recarga con la boca de fuego hacia arriba sin apuntar el arma en una dirección que no se califica como «segura». Y la técnica de la boca de fuego hacia abajo, especialmente en galerías de tiro cubiertas, puede llevar la boca de fuego totalmente por debajo del parabalas del fondo contra un suelo de cemento, lo cual sería menos seguro que si apuntara al parabalas.
Reflexiones finales
Muchos de los que comentaron en el artículo de Kathy aseguraron que cualquier otra técnica que no fuera la que utilizaban habitualmente para recargar les haría aumentar demasiado sus tiempos. Mi pequeño experimento ha demostrado que en realidad mis tiempos de recarga no varían al pasar de una técnica de recarga con la boca de fuego «arriba hacia el cielo» a una con la boca de fuego «abajo hacia el suelo».
Muchos señalaron que un elemento fundamental a la hora de aprender a recargar es apartar el dedo del disparador durante el proceso. El problema es que las normas básicas de seguridad con las armas de fuego relativas a la dirección de la boca de fuego y a la colocación del dedo sobre el disparador no quieren decir que «con cumplir una de las dos ya sea suficiente». En todos los cursos, o yo o uno de mis ayudantes siempre tenemos que recordarle por lo menos a uno de los alumnos que aparte el dedo del disparador durante las recargas. Lo mismo sucede en las competiciones, que los árbitros tienen que recordárselo a los tiradores. No son pocos los tiradores de competiciones locales y nacionales que son descalificados cada año por ese error. Y bajo estrés, personas entrenadas para mantener el dedo fuera del disparador van a hacer lo que se denomina «comprobar el disparador» ─tocar inconscientemente el disparador para prepararse para disparar─.
Mi consejo para los que se preparan para defenderse con una pistola en el mundo real es que le dediquen algo de tiempo a practicar recargas utilizando las 3 técnicas que se ven en el vídeo, y que practiquen también recargas administrativas (sin tiempo) en las que trabajen lo que se refiere a minimizar el movimiento de la boca de fuego. Para entrenar esto me vino muy bien el láser verde, ya que reveló que la boca de fuego se movía mucho más de lo que me esperaba al utilizar mi técnica habitual de recarga. En cualquier recarga que no se produzca mientras el tirador se enfrenta a un peligro inmediato se puede perder una fracción más de segundo en decidir cuál es la dirección disponible más segura y hacia ahí se puede dirigir la boca de fuego para hacer la recarga. Esto no difiere del hecho de controlar dónde se dirige la boca de fuego en cualquier otra situación ─y aprender a modificar la dirección de la boca de fuego en una situación que cambia rápidamente constituye una habilidad que cualquiera que porte un arma de fuego ha de desarrollar─.
Aquellos que pretendan alcanzar el nivel Master [Maestro] y Grand Master [Gran Maestro] en competición tienen que ser especialmente cuidadosos con la colocación del dedo fuera del disparador y el momento de volver a colocar el dedo sobre el disparador ─tanto para evitar ser descalificados como para evitar disparar un proyectil por encima del talud del fondo, lo que en el peor de los casos podría tener fatales consecuencias para la vida de alguien, particularmente en campos de tiro a cielo abierto con casas (o personas) dentro de la zona de caída de más de 2 kilómetros donde podría ir a parar una bala─.
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