Como decía Tiger McKee, en uno de sus artículos, «»una opinión», según Platón, «está a medio camino entre el conocimiento y la ignorancia». Las opiniones suelen basarse en sentimientos. «En mi opinión» es lo que dice una persona cuando no dispone de conocimientos o hechos suficientes para respaldar sus afirmaciones. De otro modo empezaría con algo así como «según los datos, estudios, etc.»».
«En nuestra opinión», este tío tiene toda la razón. Y es que en cualquier debate, especialmente los que abordan los típicos mitos y leyendas que se pueden encontrar en el ámbito del combate con armas de fuego, abundan las opiniones y escasean los argumentos. No es difícil escuchar todo tipo de argucias, algunas de lo más absurdo, que pretenden socavar la valía de determinadas tácticas, técnicas y procedimientos (TTPs) de tal forma que salgan favorecidas aquellas por las que aboga el instructor de turno, que las pinta como el no va más. Hay veces en las que el susodicho instructor puede que carezca de la suficiente formación y experiencia como para poder determinar la TTP que resulta más eficaz y la que ha quedado obsoleta.
Hay varios tipos de instructores, como explica John Chapman en su artículo sobre cómo formarte a ti mismo, y no todos son válidos. No es ninguna tontería tomar las debidas precauciones a la hora de dejarse guiar por las opiniones de alguien cuando hay tanto en juego, como sucede en el caso del combate con armas de fuego.
Pues bien, uno de esos debates estrella sobre TTPs, en los que se vierten todo tipo de opiniones y a veces algún argumento, es el de las posiciones de guardia [ready positions], especialmente lo que se refiere a la guardia baja [low ready], que como ya es muy antigua hay quien se empeña en despreciarla en pro de TTPs más modernas, más molonas, más innovadoras, más vendibles. “En mi opinión”, ni tanto, ni tan calvo.
En esta ocasión las explicaciones nos las trae uno de esos autores “tácticos” de toda la vida que aglutina sabiduría, formación y experiencia a raudales: Scott Reitz (al final del artículo se incluye una reseña sobre su trayectoria). Puede que la posición de guardia baja no mole tanto como esa posición presuntamente tan moderna e innovadora que defiende fervientemente el instructor de turno (¿y cuál es la trayectoria o historial de ese instructor? ¿realmente sabe de lo que habla? ¿ha comprobado alguna vez su teoría y opinión en el mundo real?), pero eso no la convierte en obsoleta, y lo que mola no tiene por qué ser eficaz ni dejar de ser absurdo.
(Este artículo es una traducción de su original en inglés The Low Ready Position, escrito por el reputado instructor Scott Reitz, y publicado en la desaparecida revista SWAT en su número de noviembre del año 2014. La traducción y publicación de este artículo cuenta con la autorización de Rich Lucibella, director de la difunta revista SWAT)
La posición de Guardia Baja [Low Ready]
Por Scott Reitz. Revista SWAT Noviembre 2014.
Hace algún tiempo me despreciaron en Internet por defender la posición de guardia baja [low ready]. Uno me espetó literalmente «yo no escucho a nadie que recomiende la posición de guardia baja…». ¡Vaya! Me encanta este tipo de gente.
En primer lugar, ese comentario se escribió bajo un pseudónimo en un foro de Internet. En Internet te ocultas tras el anonimato, lo que viene siendo como si discutes con alguien y acto seguido corres a esconderte tras la falda de tu madre. La guardia baja resulta tanto viable como totalmente aplicable en escenarios reales. Si tu caso es el de alguien que simplemente ha realizado un par de cursos o se ha leído unos cuantos libros, me temo que voy a cuestionar la validez de tu opinión.
Existen muchas variaciones de la posición de guardia baja. De hecho, se dan innumerables permutaciones de la posición de guardia baja. Desde una guardia baja extrema hasta una guardia baja «estándar», una guardia baja de contacto, una guardia baja «alta» (lo sé), y todas las opciones que hay entre medias.
La guardia baja es una posición de contacto previa a un enfrentamiento armado con fuego real. Esta posición permite eficazmente trazar una única y auténtica línea recta con el arma en caso de que sea necesario utilizar el fuego real. Es bien sencillo: una línea recta es una línea recta. No se puede estirar más de lo recta que es. Si se hace tan corta en el recorrido del arma como requiera la situación, entonces no se puede acortar más. Si puedes encontrarme una rueda que sea más perfecta que un círculo te la compro. Recto es recto y redondo es redondo. ¡Vaya novedad!
El debate sobre la guardia baja en cierto modo parece que consiste en lanzar algunas teorías absurdas sobre cómo atravesar una puerta. A no ser que seas capaz de desafiar las leyes de la gravedad, todo queda relegado a las tantísimas formas de atravesar una puerta.
En una ocasión pude observar cómo dos policías se acuclillaban con la pistola hacia arriba delante de la cara y apoyaban todo su peso en la espalda contra una puerta cerrada. Un tercero abría la puerta de una patada, estos dos se caían hacia atrás dentro de la habitación y entonces se daban la vuelta listos para la acción. Me explicaron que ningún sospechoso se esperaría tal cosa. ¡Algunas veces sencillamente no tengo palabras!
Llevo algún tiempo en este mundillo, [que no nací ayer, así que he visto mucho]. Actualmente existen todo tipo de técnicas novedosas que se venden a gritos como las técnicas y teorías más tácticas, innovadoras, modernas, mejores, revolucionarias, punteras y avanzadas que se hayan visto nunca.
Una de tales teorías consiste en apoyar la pistola directamente contra la cabeza [arma a la sien o temple index] de tal forma que sepas exactamente dónde se encuentra en el espacio. ¿Y en cierta manera no serías ya consciente de esta circunstancia desde el momento en que tienes la pistola en la mano? Yo solo pregunto.
Un factor de tremenda importancia que se suele pasar por alto [al debatir sobre este asunto] radica en que con una posición de guardia baja, el arma se dirige hacia las extremidades inferiores de aquellos que te rodean. Otras técnicas dirigen el arma hacia la zona del torso, el cuello o la cabeza. La condición humana puede llevarnos a cometer errores, con lo cual quiero decir que existen muchos casos documentados de policías que realizaron una descarga negligente [e involuntaria] de su pistola sobre otros policías. Quizás sea preferible recibir un disparo en la región inferior del cuerpo que no en la región superior.
He utilizado la guardia baja en más ocasiones de las que pueda recordar. Realmente he impedido que tipos malos hicieran cosas malas. Mis compañeros han impedido que tipos malos hicieran cosas malas. Les hemos retirado pistolas, cuchillos y otros útiles destructivos a tipos malos cuando nos hemos enfrentado a ellos con unos cuantos hechos irrefutables: llevamos la pistola en mano, estamos en posición, y nuestras tácticas claramente indican nuestra intención.
Si no obedecían nuestras instrucciones, sufrirían las consecuencias. Sorprendentemente los tipos malos captaban rápidamente este hecho tan evidente. De verdad que lo captaban.
Como ves, cuando se ejecuta correctamente, la guardia baja describe una única línea recta vertical directamente hacia el blanco. No hay desplazamiento horizontal. Se trata de algo directo, corto y limpio.
Como con el estudio de todas las cosas, al combate con armas de fuego y el mundo de lo táctico se le dan vueltas constantemente para saciar la sed de algo «mejor y más rápido». Lo entiendo. En algunos casos determinadas teorías y técnicas tienen bastante mérito bajo ciertas circunstancias.
Pero en su mayoría se trata simplemente de historias e invenciones de «aficionados». La guardia baja no es solo filosofía de la «vieja escuela». ¿No tiene sentido que en una situación de vida o muerte se empleen las líneas más directas, limpias y cortas posibles para conseguir hacer el trabajo? Conozco a muchos tipos buenos del mundo real en las unidades más punteras del mundo que utilizan esas líneas limpias. ¡Para mi tiene sentido! Y parece que para ellos también tiene sentido. ¿Y sabes qué? Esos tipos son buenos de verdad en lo suyo.
Lanzar una teoría no demostrada y manifiestamente absurda para ver si cuela puede convertirse en una estrategia errónea e incluso fatal como argumento cuando lo que está en juego resulta muy real.
Una cosa es criticar algo antiguo y otra muy distinta es demostrar que algo más moderno es mejor cuando ya solo el sentido común indica que lo antiguo resulta más sencillo y eficaz. Para mi no tiene sentido llevarse la pistola a la zona del pecho tras todos y cada uno de los disparos cuando la amenaza se encuentra a una distancia de cuatro metros o menos, [algo que a día de hoy se ve demasiado habitualmente]. La retención del arma es una cosa y la guardia baja otra. Tú no puedes moverte lo suficientemente rápido como para impedir que yo simplemente levante la pistola y te alcance con un disparo (varias veces si fuera necesario). Pruébalo por ti mismo en el campo de tiro.
La guardia baja constituye una valiosa herramienta. Plantea una solución lineal directa a un incidente de primer orden. No es complicada. Es factible. Se aprende fácilmente. Cuenta con un amplio y probado historial. A decir verdad muchos sospechosos comentaban el hecho de que sabían que estábamos «en guardia» [ready] para ellos cuando les hacíamos frente con la posición de guardia baja. Cuando los tipos malos de verdad realizan afirmaciones sobre este efecto [intimidatorio de la posición de guardia baja], queda constatada totalmente su eficacia.
No obstante, hay ocasiones en las que la posición de guardia baja no resulta viable. Los espacios extremadamente reducidos son un ejemplo. Otro ejemplo es cuando hay cosas o parapetos de por medio que no permiten la posición de guardia baja. Pero en general, la posición de guardia baja acorta la distancia, reduce el tiempo y proporciona una simple línea vectorial directamente hacia el blanco.
La posición de guardia baja [low ready] no es «vieja escuela», es funcional.
Scott Reitz cuenta con 30 años de servicio en la policía de Los Angeles (EE.UU.). Scott se sacó una diplomatura en la Universidad de New Mexico y posteriormente entró en la policía de Los Angeles. Durante sus primeros años trabajó tanto en la comisaría de Wilshire como en la de Van Nuys en estupefacientes y la Special Problems Unit. Unos años más tarde fue aceptado en la Metropolitan Division y allí se quedó el resto de su carrera. Poco después de entrar en la Metro entró en la sección “D” (SWAT), donde estuvo diez años antes de convertirse en el principal instructor de táctica policial y armas de fuego de toda la división Metro y de toda la formación avanzada de la policía de Los Angeles. Además estaba al cargo de la formación avanzada de unidades especializadas tales como bandas, incendios provocados de los bomberos de Los Angeles (LAFD), división antiterrorista, S.I.S., equipos de seguimiento de Asuntos Internos así como todas las 19 comisarías locales entre otros.
Scott fue instructor adjunto del programa Special Response Team III del Ministerio de Industria estadounidense y uno de los fundadores del programa Special Operations Training Group (SOTG) del Cuerpo de Infantería de Marina estadounidense en Camp Pendleton, California. Además ha entrenado y trabajado con la fuerza Delta del Ejército de Tierra estadounidense, el Team 6 de Guerra Naval Especial (SEAL) y las unidades del Ejército del Aire que apoyan las operaciones especiales. También es uno de los poquísimos instructores certificados como perito judicial del Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional estadounidenses en el uso de fuerza letal, formación, seguridad y táctica policial. Ha testificado y asesorado en la defensa de la policía, el F.B.I., el Servicio Secreto estadounidense, y el B.A.T.F. así como muchos casos mediáticos.
Scott ha estado implicado en cinco enfrentamientos armados como policía que se consideraron justificados sin que se presentara ni una sola demanda. Ha enseñado a cientos de policías que posteriormente se vieron implicados en enfrentamientos armados y según se sepa ninguno fue considerado un caso contrario a los protocolos de uso de la fuerza. Cada año Scott proporcionaba la formación avanzada intensiva en táctica y armas de fuego a unos 7.000 policías y así lo hizo durante quince años con un historial de seguridad perfecto. Ha desarrollado programas de formación para numerosas organizaciones que han resultado ser un éxito.
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Pues sí. La guardia baja «de toda la vida» es perfectamente útil en determinados contextos tal y como dice el artículo. El problema de las críticas radica en la forma de enseñar esa guardia baja en nuestro país: pies paralelos, cuerpo erguido, arma a 45º: silbato-disparo. 25 tiros y al curro hasta dentro de 6 meses.
Es evidente que tantos años de prácticas de tiro con este estilo de guardia baja pueden hacer que termines odiándola.
Pero la guardia baja que describe este artículo permite más dinamismo. Te hace estar realmente «en guardia»: un pié más adelantado, el cuerpo ligeramente ladeado y el cuello encogido. Esto te permite estar atento a la amenaza y poder tener un ángulo de visión más amplio, rapidez de reacción.
La guardia baja «de toda la vida» sigue siendo perfectamente válida.
Un abrazo Jorge. Espero verte por Elche.