Los números abundan a nuestro alrededor y mires donde mires puedes encontrar todo tipo de estadísticas. El problema es que los números y las estadísticas están abiertos a la interpretación y, por tanto, las conclusiones obtenidas pueden resultar muy subjetivas, condicionadas, parciales o erróneas.
Dos amigos se reúnen para comerse un pollo asado. Uno se lo come enterito, mientras que el otro no prueba ni un bocado. Las estadísticas dirían que cada uno se ha comido medio pollo o el 50%. Sin embargo, la realidad es bien diferente.
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