¿Por qué los militares estadounidenses cambiaron el calibre 7,62 por el 5,56?

Este es otro de esos temas de debate a los que se apunta todo el mundo, sepan o no sepan de qué están hablando. Hay mitos y leyendas en torno al propio debate que apoyan una u otra versión. No son pocos los que se basan únicamente en sus impresiones y dejan a un lado cuestiones técnicas como el propio rendimiento terminal y la importante Logística. Cualquiera que haya llevado un fusil en uno u otro calibre, hasta el punto de tener que dormir literalmente con él y todo su equipo individual de combate, conoce la diferencia de peso, tamaño y volumen. Al final, como todo, se trata de buscar un equilibrio entre múltiples factores. Por esa precisa razón está próximo un cambio de munición militar. De momento, quedémonos con lo que motivó el cambio anterior y ya veremos qué pasa en los próximos años.

 


 

(Este artículo es una traducción NO autorizada de su original en inglés Why did the US military switch from 7.62 to 5.56 rounds?, escrito por Alex Hollings, y publicado con fecha de 25 de agosto de 2021 en el sitio web We Are The Mighty)

 

¿Por qué los militares estadounidenses cambiaron el calibre 7,62 por el 5,56?

Por Alex Hollings. 25 de agosto de 2021.

En la era moderna, el fusil tipo M-16 en calibre 5,56x45mm se ha hecho omnipresente en el imaginario de las Fuerzas Armadas estadounidenses, pero no siempre fue así. La adopción por parte de EE.UU. del cartucho 5,56mm y el fusil reglamentario que lo dispara se remonta a los años 1960, cuando EE.UU. y sus aliados se propusieron buscar un arma y cartucho de dotación más fiables, precisos y ligeros.

Allá por principios de la década de 1950, la incipiente Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se puso a buscar un único cartucho de fusil que pudiera ser adoptado por toda la Alianza Atlántica, que hiciera más fácil y barato adquirir y distribuir munición a toda la fuerza y que añadiera un poco de la muy necesaria interoperabilidad entre las ampliamente diversas fuerzas militares aliadas. A pesar de algunas reticencias por el retroceso, en 1954 se adoptó el cartucho 7,62x51mm OTAN, en gran parte gracias a la opinión de EE.UU., que lo consideraba la mejor opción disponible.

A veces compensa tener uniformidad. (Foto del Ejército del Aire estadounidense, por Justin Connaher)

Lo cierto es que el cartucho 7,62x51mm (que es más similar al .308 que el cartucho 7,62x39mm utilizado por los fusiles AK soviéticos) continúa en uso a día de hoy gracias a su poder de parada* y alcance eficaz, pero no pasó mucho tiempo hasta que incluso los mayores campeones en calibre 7,62 de EE.UU. empezaran a reconocer sus inconvenientes. Estos cartuchos eran potentes y precisos, pero también eran pesados y caros, y generaban mucho retroceso comparado con los cartuchos y fusiles reglamentarios de la era moderna.

*No es técnico hablar de poder de parada, que es un término totalmente abstracto e indefinido. Los efectos de un determinado tipo de munición determinan su rendimiento terminal y son estudiados por la balística de efectos, terminal o de heridas. Conviene leer sobre la historia de la balística de heridas militar y sobre la munición militar ideal para fusil. 

Ya en 1957, se inició el primer desarrollo de un nuevo cartucho de pequeño calibre y alta velocidad y una plataforma de fusil. Estos nuevos cartuchos se basarían en el mucho más pequeño y ligero cartucho calibre .22, pero a pesar del proyectil más pequeño, las exigencias estadounidenses requerían que conservara una velocidad supersónica hasta las 500 yardas (457m) y pudiera penetrar un casco balístico de dotación a esa misma distancia. Lo que los militares estadounidenses pedían no era posible con los cartuchos existentes, así que rápidamente se definió un plan para desarrollar una nueva munición y un nuevo fusil.

Para conseguir que un cartucho más pequeño ofreciera el rendimiento que los militares estadounidenses necesitaban, Remington convirtió su cartucho .222 en el .222 Special. Este nuevo cartucho se diseñó específicamente para soportar la cantidad de presión necesaria para conseguir que el nuevo proyectil alcanzara los estándares de rendimiento establecidos por el Pentágono. La vaina más larga del .222 Special también lo hacía más adecuado para alimentar armas automáticas desde un cargador. Finalmente, el .222 Special se rebautizó como .223 Remington ─una denominación que los usuarios de fusiles tipo AR-15 pueden identificar entre los dos calibres que puede disparar su fusil [con algunos matices]─.

Cartucho 7,62x51mm OTAN (izq.) y 5,56x45mm OTAN (dcha.) comparado con una pila AA 1,5v.

Este cartucho todavía llevó a otro nuevo cartucho, que FN basó en el diseño del calibre .223 de Remington y que se bautizó como el 5,56x45mm OTAN. Este nuevo cartucho superaba las exigencias del Ministerio de Defensa estadounidense en cuanto a velocidad en boca de fuego y alcance, y se disparaba  sumamente bien desde los fusiles diseñados por Armalite. Las primeras pruebas demostraron un aumento en la precisión del fusilero, así como una disminución en las interrupciones del arma comparado con el fusil M1 Garand, con muchos expertos afirmando en aquel momento que el nuevo fusil era superior al M14, a pesar de tener todavía algunos problemas que tenían que solucionarse.

Armalite (que es la marca a partir de la que se deriva la «A» de la denominación AR-15) había menguado el diseño de su fusil AR-10 en calibre 7,62mm para conseguir el nuevo fusil AR-15, que podía disparar los nuevos cartuchos .223 y, posteriormente, los cartuchos 5,56mm. También cumplía todos los demás requisitos para un nuevo fusil reglamentario, tales como la posibilidad de seleccionar entre los modos de fuego automático y semiautomático y cargadores con 20 cartuchos de capacidad. La combinación del fusil Armalite y la munición 5,56mm era una pareja perfecta, y los militares estadounidenses empezaron a adquirir los fusiles en la década de 1960. El cartucho 5,56mm OTAN, sin embargo, no llegaría a ser adoptado como el estándar de la Alianza Atlántica hasta 1980.

Las Fuerzas Especiales polacas utilizan el fusil de fabricación israelí IWI Tavor en calibre 5,56 OTAN.

Al final, la decisión de cambiar del 7,62x51mm al 5,56x45mm se redujo a simple aritmética. Los cartuchos más pequeños pesaban menos, lo que permitía a los soldados llevar más munición en combate. También generaban menos retroceso, lo  que hacía más fácil controlar la reelevación del arma para volver a apuntar al blanco entre disparo y disparo, y era más fácil manejar el fuego automático. Las pruebas demostraron que los soldados dotados con los cartuchos más pequeños 5,56mm podían batir blancos con más eficacia y eficiencia que los que disparaban cartuchos más grandes y pesados.

Como se dice en los equipos de fuego del Cuerpo de Infantería de Marina, el objetivo es localizar al enemigo, cerrarse sobre él y destruirlo ─y el cartucho 5,56 OTAN hacía a los soldados mejores precisamente en eso─.

.