Lamentablemente, una y otra vez se escucha hablar de los incidentes de tirador activo, pero ¿son una moda o se trata de una amenaza factible en España? Normalmente las noticias sobre este tipo de incidentes vienen de fuera, especialmente de EE.UU. No obstante, en Europa también se han dado casos, tan salvajes como el de la isla de Utøya, en Noruega, el 22 de julio de 2011. Aunque en nuestro país no se trata de algo habitual ─ni siquiera ocasional, dada la afortunada escasez de casos en nuestro país─, el riesgo existe.
El impacto de un incidente de este tipo puede ser elevado (muchas víctimas, tanto muertos como heridos) y somos tremendamente vulnerables (suelen ser pocas las medidas y medios de protección frente a este tipo de incidentes). Estas dos variables ya plantean de por si un riesgo elevado. A ello hay que sumar la variable de la potencialidad, muy volátil, pero que en muchos casos también es relativamente alta, por lo sencillo que resulta llevar a cabo este tipo de ataques y lo interesante que puede resultar para cualquier tarado y/o terrorista. En España precedentes no hay muchos, afortunadamente, ni falta que hace, aunque lamentablemente sí otro tipo de incidentes violentos activos.
Por tanto, el riesgo es alto.
Solo poniendo en práctica medios y/o medidas de protección se puede reducir el riesgo, no solo hasta un nivel aceptable, sino hasta el mínimo posible, manteniendo el equilibrio coste-beneficio. Con la cantidad de expertos en este
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