¿Qué entrenamiento prepara mejor a los policías para un cambio de funda pistolera? Por Brian Willis.

Funda pistolera Safariland modelo 6377

No es nada raro que a lo largo de los años se cambie varias veces de funda pistolera, bien por una nueva adquisición personal, o bien por dotación. Parece que dicho cambio únicamente supone montar la nueva funda pistolera en el cinturón y empezar a trabajar con ella. Sin embargo, lógicamente antes de darle un uso real a un elemento tan importante del equipo como este, del que depende el acceso a la pistola, es imprescindible familiarizarse con la nueva funda y adquirir cierta destreza en su manejo, de modo que en el momento de la verdad no suponga un problema.

Una nueva funda pistolera puede suponer no solo un cambio en el sistema de retención y su mecanismo de desactivación, sino también el cambio de posición de la empuñadura del arma, respecto a la funda pistolera anterior, con la cual el usuario ha trabajado mucho durante años y a la que está totalmente acostumbrado, lo que no va a cambiar porque le acaben de dotar o acabe de adquirir otra funda pistolera. Esa costumbre, esa asociación habitual de movimientos, va a llevar al usuario a continuar haciendo inconscientemente con la nueva funda pistolera lo mismo que lleva haciendo durante años con la funda anterior, de forma que a la hora de extraer el arma podría tener serios problemas. Para evitar tal situación peligrosa es necesario llevar a cabo un proceso de reeducación y adaptación a la nueva funda pistolera, pero ¿qué entrenamiento hace falta?

En el número 288, con fecha 10 de agosto de 2015, del boletín Force Science News [Noticias Ciencia de la Fuerza], que publica bimensualmente el Force Science Institute [Instituto Ciencia de la Fuerza] que preside el Dr. Bill Lewinski, se responde a esta pregunta. La traducción y publicación de este artículo cuenta con la autorización de Scott Buhrmaster, vicepresidente del Force Science Institute.


¿Qué entrenamiento prepara mejor a los policías para un cambio de funda pistolera?

Hace poco recibimos la siguiente consulta de Mark Hoskin, policía forestal en Cochrane, AB, Canadá:

En mi unidad nos están dotando de una nueva funda pistolera. Como instructor de tiro de mi unidad, me preocupa saber qué entrenamiento será necesario para que un policía sea competente con la nueva funda pistolera después del cambio. ¿Algún comentario o recomendación al respecto?

Para responder a esta pregunta acudimos a Brian Willis, un analista certificado en ciencia de la fuerza [Force Science] y presidente de Winning Mind Training [entrenamiento de una menta ganadora], que ha escrito sobre la cuestión del cambio de funda pistolera para la asociación internacional de instructores y formadores policiales [International Law Enforcement Educators and Trainers Association (ILEETA)].

«Uno de los elementos del equipo cuyo cambio resulta más peligroso para cualquier policía es la funda pistolera», dice Willis. «Existen casos documentados de policías que resultaron muertos en un enfrentamiento armado porque o bien ellos o sus unidades cambiaron de funda pistolera de servicio y no llegaron a adquirir el nuevo comportamiento habitual para extraer el arma de la funda durante la dinámica de un enfrentamiento que implique el uso de fuerza letal. En mitad de una situación tensa que evolucionaba rápidamente el policía revertió a su antiguo movimiento de extracción de la pistola y no pudo acceder de forma inmediata a su arma».

«En la formación de Ciencia de la Fuerza [Force Science] se refieren a esto como el fenómeno de «recaída y captura» [slip-and-capture]. Bajo estrés, un policía recae mental y físicamente sin darse cuenta en el antiguo y más practicado comportamiento que domina su reacción».

«Todavía no se ha llevado a cabo una investigación definitiva sobre este tema, pero aquí tienes lo que parece funcionar a la hora de desarrollar un nuevo hábito reflejo».

«El creer que se va a adquirir el nuevo comportamiento habitual por invertir cuatro, ocho, o incluso 16, horas en el campo o galería de tiro extrayendo el arma de la nueva funda pistolera, superar las típicas tiradas de certificación y realizar unos cuantos ejercicios de tiro estáticos, constituye un grave error».

«Obviamente, se ha de invertir algo de tiempo en el campo o galería de tiro extrayendo el arma de la nueva funda pistolera para familiarizarse con el nuevo movimiento de extracción del arma. Pero tan rápidamente como sea posible ha de meterse a los policías en entornos contextuales en los que tengan que sacar la pistola como si se tratara de un enfrentamiento armado genuino».

«Eso quiere decir», explica Willis, «situaciones realistas con inducción de estrés que se desarrollan rápidamente en las que los policías son obligados a evaluar y responder ante una amenaza y han de extraer el arma satisfactoriamente y batir a un adversario al: avanzar, retroceder y desplazarse a ambos lados; encontrarse sentados en el interior del coche patrulla y al salir del mismo; al enfrentarse a corta distancia a una amenaza; al encontrarse en el suelo forcejeando».

«No te creas que con una única situación una sola vez estará todo hecho», advierte Willis. «Hace falta repetir frecuentemente situaciones variadas a la velocidad de un enfrentamiento armado real. Un entrenamiento realista eficaz requiere tiempo, planeamiento y recursos para llevarlo a cabo. Si una unidad no está dispuesta a dedicar este nivel de esfuerzo, entonces quizás no debería adquirir un nueva funda pistolera».

«Como instructor, tu misión consiste en proporcionar a los policías tanto como puedas en el tiempo del que dispones, y después hacerles una serie de sugerencias sobre qué tienen que hacer por su cuenta. Habla con los instructores de tácticas defensivas [Defensive Tactics (DT)] y que también incorporen algunos ejercicios con la funda pistolera a su entrenamiento».

«Si eres un policía que considera que el entrenamiento en su unidad no es el adecuado para un cambio de funda pistolera, no pierdas el tiempo quejándote por ello. Invierte en tu propia seguridad entrenando por tu cuenta con otros policías que piensen igual que tú. Al fin y al cabo, tú eres el que corre mayor riesgo si no estás preparado para el día en el que de repente tu vida esté en juego».

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