Sucedió por 1994.
Por fin nos autorizaron a utilizar una carabina para combate cercano [Close Quarters Battle (CQB)] en lugar del subfusil H&K MP5 con el que habíamos estados trabajando exclusivamente hasta ese momento. El MP5 había sido el arma para CQB elegida por el SAS británico y tanto las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra estadounidense como las de la Armada estadounidense estaban fuertemente influenciadas por cómo los británicos habían llevado a cabo sus operaciones. Pero tras estudiar el rendimiento sobre el terreno, desde operaciones especiales en Vietnam hasta la misión de rescate de rehenes en Princess Gate (asalto a la embajada de Irán en Londres en 1980), los que toman las decisiones en los Estados Unidos se dieron cuenta de que era necesario un calibre de fusil, incluso a distancias de combate cercano (CQB) dentro de habitaciones.
Sencillamente, un arma larga que dispara un calibre de pistola no estaba muy bien consideraba, y nadie confiaba en ella como para llevársela a una misión real. Es por eso que, durante la Operación Causa Justa [Operation Just Cause] en Panamá y la Operación Serpiente Gótica [Operation Gothic Serpent] en Somalia, tanto La Unidad [The Unit] (Delta Force) como «El Mando» [The Command ] (SOCOM), se desplegaron con carabinas CAR-15s muy modificadas. Las experiencias allí vividas consolidaron la utilidad y letalidad de la que se convertiría en una de las armas de asalto más eficaces de todos los tiempos.
Recuerdo perfectamente cuando me entregaron mi M4 de dotación. Nuestras «nuevas» carabinas no eran realmente tan nuevas internamente, pero incluían una cuantas modificaciones revolucionarias que mejorarían la letalidad del arma respecto a las CAR-15s que había estado utilizando hasta ese momento.
Una de las cosas que hizo la mayoría de la gente, fue coger una sierra para metales y rebajar el asa de transporte desmontable para crear un alza fija a prueba de bombas. Esto hacía espacio para las literalmente nuevecitas monturas para «punto rojo» que se acoplaban directamente sobre los raíles 1913 del cajón de mecanismos superior [upper receiver]. Uno de los peores efectos secundarios de tener una carabina con un asa de transporte fija era que cualquier visor tenía que montarse encima del asa de transporte, lo que daba al tirador un apoyo del mentón [chin weld] en la carrillera en lugar de un apoyo sólido de la mejilla [cheek weld]. Montar un visor de esta manera también inutilizaba los elementos de puntería a base de alza y punto de mira, ya que los tapaba la montura del visor. (Aún me río de que las empresas todavía fabriquen a día de hoy el mismo alza que nosotros «inventamos» al cortar el asa de transporte).
Los guardamanos de plástico se sustituyeron por unos de 7 pulgadas (18 cm) con sistema de raíles Picatinny 1913 fabricados por Knight’s Armament Company (KAC). Los raíles 1913 nos permitían acoplar una linterna y un puntero láser PEQ-2 sin necesidad de abrazaderas, alambre y cinta americana. El sistema de raíles también nos permitía acoplar a la carabina una empuñadura delantera vertical KAC, que parecía la de los MP5Ks con los que habíamos entrenado anteriormente durante muchos años. Además lo que averiguamos fue que el uso de una empuñadura delantera vertical en un raíl de 7 pulgadas (18 cm) hacía mucho más fácil para el tirador el manipular la linterna y el puntero láser PEQ-2.
No sería hasta años después, con el raíl de 9 pulgadas (23cm) del HK 416, cuando la gente pudo empezar a no llevar la empuñadura delantera vertical gracias a que las 2 pulgadas (5cm) adicionales del guardamanos dejaban espacio suficiente para que se pudieran activar el puntero láser y la linterna sin necesidad de ningún tipo de contorsión antinatural de brazos y manos.
Por último, KAC también fabricó una bocacha apagallamas que aceptaría el que sería su primer supresor con un auténtico acople rápido. Aunque estos supresores añadían varias pulgadas a nuestras M4s de 14,5 pulgadas (37cm), los llevábamos todo el tiempo por las ventajas que nos daban en términos de atenuación del sonido y del fogonazo.
Con todo, pasaría otro año antes de que nos entregaran la primera linterna SureFire 6P con una montura Atlantic Research Marketing Systems (ARMS) y el visor de punto rojo Aimpoint CompM2 junto con una montura ARMS o una Wilcox, según dónde estuvieras destinado. Fue en este momento cuando por fin tuvimos un arma para hacerlo todo.
Poco después nos desplegaron en Sarajevo para pillar criminales de guerra y llevarlos ante La Haya para ser juzgados. Con unas cuantas docenas de misiones a nuestras espaldas empezamos a valorar seriamente la posibilidad de contar con una versión más corta de carabina, motivados concretamente por nuestro uso constante de supresores que hacían las M4s poco manejables en las misiones de combate cercano (CQB) y de poca visibilidad que se nos encomendaban.
Cuando volvimos, empezamos a trabajar con Crane y nació la M4 cortita [Shorty M4], como la llamaron los de El Mando [The Command] (SOCOM).
Cañón de 10,3 pulgadas (26cm) con un paso de estrías de 1:7.
Sistema de toma de gases de longitud de carabina [carbine length gas system].
Amortiguador [buffer] mejorado.
Sistema de interconexión por raíles KAC RIS (7 pulgadas).
Punto de mira estándar.
Asa de transporte rebajada.
Empuñadura delantera vertical KAC.
Visor de punto rojo Aimpoint CompM2.
Montura Wilcox para visor de punto rojo Aimpoint.
Linterna SureFire 6P con montura Wilcox.
Culata SOPMOD.
Correa portafusil adjustable de 2 puntos Boonie Packer (¡quién más recuerda eso!).
Este es el arma que ambas unidades de élite llevaban a la guerra al principio antes del 416. Fue el primer arma de dotación en auténtico calibre de fusil que servía para una misión comando. Compacta, ligera, fácil de llevar en vehículo, fácil de saltar con ella, y, en general, un mejor arma para combate cercano (CQB), que era nuestro principal cometido.
Este conjunto ha matado una tonelada métrica de tipos malos.
En mi opinión, esta es el arma que ganó la guerra. Esto es lo que teníamos cuando nos enteramos de cómo hacer asaltos, emboscadas, reconocimientos y casi todo lo demás que teníamos que hacer en Afganistán.
¿Demasiados gases? Si. ¿Requiere más lubricación que una típica M4? Si. ¿Acaba llena de mierda cuando se dispara con supresor? Si y si. Pero nada es perfecto.
Los filtros infrarrojos para la linterna SureFire 6P tenían que sujetarse con cinta americana para que se quedaran en su sitio y los supresores de acople rápido también tenían que llevar cinta americana para mantenerlos unidos al cañón. Incluso en los Aimpoint antiguos teníamos que poner cinta americana en el selector de encendido/apagado para evitar que se cayera. Nos quedamos sin tapones de cañón y tuvimos que poner cinta americana en el cañón para que no entrara polvo en las operaciones con helicópteros. La lista continúa, pero lo prefiero a cualquier arma moderna siempre y cuando esté en las manos adecuadas. La carabina funcionaba mojada, funcionaba en el desierto, funcionaba en el campo, funcionaba en las alturas y disparaba hasta las 200 yardas (180 metros) sin problema.
Esta no era una carabina para el soldado del Ejército de Tierra. No era un fusil para el infante de marina. Era un arma para asaltantes y punto.
(Este artículo es una traducción NO autorizada de su original en inglés BCMGUNFIGHTER History. Part 3. Kyle Defoor)
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