Seguridad vs. protocolo: por qué la seguridad es seguridad y el protocolo puede resultar peligroso. Mike Pannone. 31 de enero de 2015.

El tema de la seguridad siempre se encuentra al frente de la conciencia de cualquier individuo e institución. Obviamente la principal preocupación radica en garantizar que nadie resulta herido o muerto durante la realización de un ejercicio de adiestramiento, pero ya hace años que la seguridad ha tomado un giro para alejarse del sentido común y limitarse al cumplimiento de memoria del protocolo. Habitualmente se confunde el protocolo del campo de tiro con la seguridad del campo de tiro.

El protocolo del campo de tiro es aquel que determina lo que se les permite y lo que no se les permite a los individuos y los grupos que hagan uso del campo de tiro, así como los procedimientos y medidas de control específicas definidas, a los ojos de aquellos que las crearon, para minimizar los riesgos. Esto resulta contraproducente para el aprendizaje y el buen entrenamiento porque no requiere que los individuos piensen y en muchas ocasiones supone violar principios tácticos. Están diseñados para reemplazar el raciocinio y la competencia del individuo. El cometido implícito en todo entrenamiento es la seguridad y eso se traduce directamente en seguridad operativa.

Algunos ejemplos:

• «Apunta hacia los blancos», cuando realmente quieres decir «apunta en una dirección segura».

Hacia los blancos es una zona delimitada administrativamente donde se pretende que impacten los proyectiles. Las circunstancias y el estado del campo de tiro determinarán si es una dirección hacia la que se puede o no se puede apuntar y disparar un arma con seguridad.
Una dirección segura, por definición, implica una decisión consciente de apuntar y manipular un arma hacia una dirección en la que una descarga negligente, accidental o por un fallo mecánico no pueda producir daños ni a personal ni a material.
Hacia los blancos no siempre es una dirección segura, así que independientemente de la norma oficial, estate atento. ¡Eres el responsable de lo que hace tu arma!

• No permitir que nadie recoja un cargador que haya sido expulsado y caiga 15 cm más allá de la línea de tiro establecida.

Si resulta tan inseguro adelantarse 15 cm. más allá de la línea de tiro (lo cual he presenciado repetidas veces en entrenamientos institucionales tanto del ámbito militar como policial), entonces probablemente no sea ni siquiera seguro estar de pie cerca de los tiradores a tu izquierda y derecha. Estadísticamente más personas reciben un disparo en los aparcamientos de los campos de tiro que en la línea de tiro.

• Exigir que los tiradores dejen caer el cargador al suelo para descargar. La explicación es que «si en el campo de tiro dejas caer el cargador en la mano también lo harás en un combate con armas de fuego».

Si no eres capaz de diferenciar entre estar en un combate con armas de fuego y tener que recargar el fusil/la pistola, frente a descargar el arma al terminar un ejercicio de tiro en el campo de tiro, entonces realmente no deberías tener un arma en las manos si alguna vez puedes necesitarla bajo presión.

El protocolo le roba al individuo la autoridad para pensar y al hacerlo las personas no pensarán porque sus acciones les vienen impuestas. No hay una persona más peligrosa para sí misma y para otras que aquella en posesión de un instrumento letal que no sólo no piensa en su uso sino que no se le permite pensar, sólo seguir instrucciones.

He presenciado varias descargas negligentes, algunas de las cuales han provocado heridas, y siempre las primeras palabras que salen de la boca del tirador son una de estas tres cosas:

«No ví que…»

«No sabía que…»

«No pensé que…»

La última es la única que cuenta y la causa del fallo catastrófico. ¡NO PENSASTE!

¡No confundas protocolo con seguridad! El protocolo puede o no mejorar la seguridad pero la seguridad constituye un concepto independiente por sí mismo. Existe entrenamiento seguro, entrenamiento seguro de alto riesgo y entrenamiento inseguro.

• Entrenamiento seguro es aquel que se ha gestionado de tal manera que las lesiones se minimizan con medidas de control y por diseño. Normalmente es muy básico en su naturaleza y altamente estructurado.

• El entrenamiento seguro de alto riesgo es un entrenamiento más complejo con una cantidad elevada de riesgo asumido pero que se considera necesario por requisitos operativos. Dispone de medidas de control específicas para mitigar cualquier incidente o lesión.

• Entrenamiento inseguro es aquel que asume un cantidad innecesaria de riesgo o que está mal diseñado y gestionado y genera resultados potencialmente catastróficos innecesarios. Se presta a las lesiones y a los resultados catastróficos y no se debe realizar nunca.

No hay ningún momento en el que el entrenamiento inseguro sea aceptable.

SEGURIDAD:

• Trata todo arma como si estuviera cargada independientemente de su estado.

• Nunca apuntes un arma hacia nada que no pretendes matar o dañar.

• Mantén el arma en seguro y el dedo fuera del disparador hasta que tus elementos de puntería estén alineados y hayas tomado conscientemente la decisión de disparar.

• Conoce tu blanco, lo que tiene delante, lo que tiene detrás, a la izquierda y a la derecha. Ten presente la capacidad balística de tu arma, el blanco previsto y el fondo que detendrá el proyectil.

Hacia los blancos es una zona delimitada administrativamente donde se pretende que impacten los proyectiles. Las circunstancias y el estado del campo de tiro determinarán si es una dirección hacia la que se puede o no se puede apuntar y disparar un arma con seguridad. Una dirección segura, por definición, implica una decisión consciente de apuntar y manipular un arma hacia una dirección en la que una descarga negligente, accidental o por un fallo mecánico no pueda producir daños ni a personal ni a material.

Hacia los blancos no siempre es una dirección segura.

Si tienes cualquier duda sobre tus actos PARA, PIENSA y entonces actúa en consecuencia, porque no puedes traer la bala de vuelta una vez se va. Sé seguro y no un robot. En la práctica las acciones robóticas carecen de reflexión y eso en última instancia resulta peligroso. ¡Maldito protocolo, piensa primero!

Mike Pannone
Cutting edge solutions for a dangerous world.


Este tipo lo borda cuando abre la boca, lo cual es normal teniendo la formación y experiencia que tiene. No me había parado a pensar que en demasiadas ocasiones el propio protocolo de seguridad constituye una auténtica inseguridad. ¡Cuántas veces habré escuchado aquello de «monta y dispara» al pasar revista al arma en la línea de tiro! ¿Pero hacia dónde? Pues normalmente hacia el mundo, que es hacia donde iría un proyectil disparado hacia arriba, para convertirse en una bala perdida ─literalmente─.

Me encanta la definición de «entrenamiento inseguro» que aporta el Sr. Pannone. Se me viene a la mente aquella «aberración de seguridad con las armas de fuego», que tanto dio que hablar. Me gustaría saber la opinión de este tipo sobre dicha práctica. A lo mejor la secunda, e incluso la utiliza ─evidentemente va a ser que no─.


Mike Pannone abandonó la primera fuerza de asalto del Ejército de Tierra estadounidense, Primer Destacamento Operativo de Fuerzas Especiales DELTA [1st Special Forces Operational Detachment-Delta (1st SFOD-D)], tras resultar herido durante una apertura de brecha con explosivos. Un año después de su salida los EE.UU. fueron atacados el 11S y volvió a la acción para colaborar en el servicio a su país como principal instructor de tiro del curso de formación del Cuerpo Nacional de Agentes de Seguridad Aérea [Federal Air Marshal Service (FAMS] y posteriormente se trasladó a Seattle para la creación del centro del FAMS allí. En 2003 abandonó el FAMS para trabajar como miembro de un equipo de protección (PSD) y acto seguido como jefe de un equipo para el Departamento de Estado de los EE.UU. en 2003 y 2004 en Baghdad y Tikrit.

En 2005 trabajó como asesor de combate en tierra [ground combat advisor] de la Fuerza Operativa Conjunta Contra Artefactos Explosivos Improvisados [Joint Counter IED Task Force] y participó en operaciones de combate con varias unidades en la provincia de Al Anbar (Afganistán). A su regreso a los EE.UU. impartió algunas conferencias sobre concienciación frente a artefactos explosivos improvisados (IEDs) a unidades que partían hacia su despliegue y antes del incremento de tropas en Irak [the surge] colaboró con el Grupo de Guerra Asimétrica [Asymmetric Warfare Group] como principal instructor en la creación de un curso de tiro con fusil  como principal instructor.

Con toda esa experiencia de la que echar mano -así como toda una carrera dedicada al servicio en unidades de operaciones especiales tales como la Fuerza de Reconocimiento del Cuerpo de Infantería de Marina de los EE.UU. [US Marine Corps Force Reconnaissance], Fuerzas Especiales del Ejército de Tierra de los EE.UU. y el Mando Conjunto de Operaciones Especiales de los EE.UU. [Joint Special Operations Command (JSOC)]– Mike se pasó al sector privado para enseñar planeamiento, liderazgo, tiro y táctica además de ser autor y coautor de varios libros tales como M16/M4 HandbookAK Handbook AK47/AKM/AK74: An Operational Guide to the AK Series RiflesTactical Pistol Shooting: Your Guide to Tactics & Techniques that Work.

Mike también asesora a varios importantes fabricantes de armas y accesorios para ayudarles a poner el mejor equipo posible en las manos de combatientes, policías y usuarios civiles. Se le considera un experto en la plataforma AR-15 de Eugene Stoner en todas sus variantes.


El Momento del Combatiente con Armas de Fuego era una breve reseña semanal para SoldierSystems, en la un maestro dedicaba unas palabras de sabiduría para consideración de cualquiera. En su momento, Eric Graves, nos autorizó a reproducir una traducción al español de esta serie de reseñas.