Entrena como pretendas trabajar o combatir, para llegado el momento trabajar o combatir como hayas entrenado.

 

Seguramente lo habrás escuchado más de una vez. La cosa viene del inglés «train as you fight, fight as you train», que no viene a decir otra cosa más que «entrena como pretendas combatir y combatirás como hayas entrenado». La cuestión es que parece que no siempre se aplica esta máxima correcta y coherentemente. De ahí que puedan verse cosas que la contradicen totalmente, como el hecho de apuntarse unos a otros y ponerle múltiples excusas a tal temeridad.

La dichosa frase puede dar lugar a equívocos si se interpreta literalmente. Por ejemplo, se puede llegar al absurdo de pensar que tienes que entrenar en pijama en el campo o galería de tiro, porque si ─llegado el momento─ te ves en la situación de tener que combatir en pijama, cuando alguien entra en tu casa durante la noche, mientras duermes, entonces eso tienes que entrenarlo así. Está claro que ni tanto ni tan poco.

Al final, todo se resume en entrenar pensando en la realidad para la que se entrena. No puedes entrenar de una forma pretendiendo combatir después de otra.

Si te vas al tatami con el cinturón de servicio y todos los cachibaches, para entrenar como vas a combatir después, no tiene sentido que entrenes sin disciplina de boca de fuego, cruzándote por delante de la boca de fuego de los demás, aunque se trate de una pistola simulada totalmente inútil.

Sin duda, esa no es la forma de combatir en la vida real y no sirven de nada las excusas. Entrenando así te condicionas a combatir así. Lo que es aún peor, entrenando así te acostumbras a manejar así un arma de fuego y no te va a ser tan fácil discriminar cuando se trate de un arma real o una de mentira. Las normas de seguridad con las armas de fuego también requieren entrenamiento. Se trata de algo que los más grandes instructores y combatientes practican y exigen estrictamente.

Básicamente, el entrenamiento genera una costumbre a la hora de hacer las cosas y no tiene mucho sentido poner como excusa «en la vida real no lo haría». Ahí es donde deja de tener sentido la frase «entrena como pretendas combatir».

Ello no impide individualizar las habilidades y/o TTPs que se pretendan entrenar. El realismo hay que dárselo a lo que se pretende entrenar, pensando en cuál será su aplicación real. Si se trata de un arma de fuego, lo primero son las normas de seguridad, por lo que no puedes entrenar sin disciplina de boca de fuego, cuando la realidad no lo permite.

El combate con armas de fuego exige batir blancos según sea necesario, es decir, comprende lo que es el tiro con un arma de fuego. Por tanto, tienes que entrenar los principios básicos del tiro. Pero, ¿es necesario estar agotado físicamente y llevar todo el equipo individual de combate encima para darle realismo a la hora de entrenar dichos principios básicos? Pues como puedes suponer no van por ahí los tiros ─nunca mejor dicho─.

Puedes entrenar los principios básicos individualmente, que es como debe ser, y ya tendrás tiempo de aplicarlos de forma realista junto a otras habilidades y TTPs ─que seguramente también habrás entrenado individualmente primero─. Por eso, es posible utilizar el tiro deportivo como entrenamiento para el combate con armas de fuego, tal y como repiten algunos de los más grandes instructores.

Por supuesto, también tienes que entrenar con todo el equipo individual de combate encima, para validar tus habilidades y TTPs en las mismas condiciones de la vida real, pero no será esa la forma de empezar. Tiene que existir una progresión en el entrenamiento.

Está claro que lo más realista es el combate real, pero no puedes entrenar así ─por obvias razones─. Así que, lo siguiente más realista es el combate simulado, el sparring, fuerza contra fuerza con armas marcadoras. Pero, antes de lanzarse a ello hay que tener una buena base y haber entrenado antes las habilidades y TTPs necesarias para llegar a combatir con armas de fuego. Si no le das al blanco en condiciones de campo o galería de tiro, no le vas a dar en condiciones de combate, así que tienes que entrenar primero para darle al blanco. Y antes de nada tienes que saber usar y manejar un arma de fuego, cumpliendo estrictamente las normas de seguridad. Y antes de dedicarte al CQB, tienes que dominar todo esto.

No nos extendemos más. Lo dicho, «entrena como pretendas trabajar o combatir, para llegado el momento trabajar o combatir como hayas entrenado», pero ten claro lo que esto significa para no acabar haciendo bailes de salón en lugar de entrenar de forma eficiente y eficaz.

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