[…] Aquí la más principal hazaña es obedecer […] Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 17 de enero de 1600-25 de mayo de 1681).

Si formas parte de la milicia, y quizás sino también, estoy seguro que habrás leído o escuchado los famosos versos de Calderón en más de una ocasión. ¡Ponen los vellos de punta! No son más que unos versos pero constituyen la más hermosa y brillante definición de vocación militar que «ha parido madre». No en vano, Don Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 17 de enero de 1600 a 25 de mayo de 1681), además de eminente literato, fue un ilustre soldado, buen conocedor de las obligaciones y sacrificios que entraña la vocación militar. Poco hay que decir que no quede dicho en tan hermosos versos. Merece la pena repetirlos de vez en cuando y reflexionar sobre ello, especialmente en momentos de crisis. Quizás no haya mejor objetivo en la vida que tratar de reflejar en uno mismo todo lo que estos versos recogen y que se suman a los más esenciales principios: Honor, Valor, Disciplina y Lealtad.


Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira cómo procede.

Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho,
que el pecho adorna al vestido.

Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.

Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.

Comedia famosa. Para vencer a amor, querer vencerle, Valencia, 1650.

¡LOS VELLOS TENGO DE PUNTA!

¿Conocías ya estos versos? ¿qué sentimientos te despierta leer o escuchar estos versos?

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