Entrenar a 5 metros ─o menos─ del blanco es prepararse para fallar. La realidad va más allá de los 5 metros.

Pat Rogers decía algo así como «a 5 metros del blanco cualquiera es un sniper» [con pistola]. Lo que quería decir con esto es que a tal distancia ─o menos─ cualquiera puede darle al blanco, de forma que no tiene demasiado mérito entrenar exclusivamente dicha distancia. La cuestión es que parece que en los últimos tiempos se ha pasado de un extremo a otro: de una época en la que «solo» se entrenaba [con pistola] a 25 metros del blanco se ha pasado a otra en la que «solo» se dispara a 5 metros del blanco. No es que no haya que entrenar a 5 metros del blanco, sino que no hay que dejar de hacerlo a 25 metros. Hay que entrenar todas las distancias, porque «entrenar a 5 metros ─o menos─ del blanco es prepararse para fallar a cualquier otra distancia» y «la realidad va más allá de los 5 metros».

El caso es que lo de entrenar a 5 metros del blanco parece más una excusa propia de malos tiradores que un argumento sólido. Por mucho que se quiera tirar de las dichosas estadísticas, en realidad, no dicen lo que alguno se piensa, sino que vienen a demostrar que «la distancia favorece al tirador entrenado» [distance favors the trained shooter] (SPAULDING, Dave. Make Ready with Dave Spaulding: Adaptive Combat Pistol. Panteao Productions). ¡Anda que no está fuera de contexto eso de la distancia media de enfrentamiento para justificar el hecho de entrenar a 5 metros del blanco!

A corta distancia se comprueba que, aún sin entrenamiento, cualquiera ─incluidos los malos─ puede darle al blanco. Sin embargo, a distancias de 15 metros o más la cosa cambia y difícilmente se le puede dar al blanco sin contar con cierto entrenamiento. Se trata de una conclusión que no solo resulta lógica y razonable, sino que se correlaciona con los datos que puedes obtener haciendo la prueba tú mismo. Verás que a 5 metros se le da al blanco muy fácilmente y a partir de 15 metros la cosa se complica bastante.

Si echamos un vistazo a los datos que recopila y publica anualmente el FBI como parte del informe Policías muertos y agredidos [Law Enforcement Officers Killed & Assaulted (LEOKA)], se puede observar una correlación inversamente proporcional entre el número de policías muertos y heridos por una agresión con armas de fuego y la distancia de la agresión, como se puede comprobar en la Tabla 32 y la Tabla 110 del informe  LEOKA  de 2015 ─el último actualmente disponible en el momento de escribir este artículo─, de forma que a más distancia menos policías muertos y heridos, especialmente a partir de los 15 metros (50 pies). De todas formas, que no te confundan los números, que sólo servirían para indicar una tendencia si tuviéramos una cifra expresada porcentualmente respecto al total de agresiones con armas de fuego en cada margen de distancias. Supongo que gran parte de las agresiones se producen a corta distancia, dado que así es la distancia normal a la hora de establecer una interacción entre personas ─policías y ciudadanos─.

El hecho de entrenar «única y exclusivamente» a 5 metros ─o menos─ del blanco supone prepararse para fallar a cualquier otra distancia mayor ─como es evidente─ porque lo que a 5 metros puede ser un impacto sobre el blanco, a 10 metros fácilmente será un impacto fuera del blanco. Un desvío de 10cm a 5m se convierte en 20cm a 10m, 30cm a 15m, 40cm a 20m, y así sucesivamente. Sin embargo, un impacto sobre el blanco a 10 metros indudablemente se traduciría en un impacto sobre el blanco a 5 metros. Vamos, que el que es capaz de darle al blanco a 10m también será capaz de darle al blanco a 5m, pero no a la inversa. Así que entrena para lo difícil que lo fácil ya lo tienes.

En fin, que cada uno haga lo que quiera, pero después que no intente excusarse por su incompetencia. Si fallas no hay excusas que valgan. ¡Entrena!

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