Principios básicos del tiro con armas de fuego.

Qué duda cabe que a la hora de usar cualquier herramienta primero hay que saber cómo utilizarla y cómo manejarla. Si la herramienta en cuestión es un arma de fuego, antes de darle uso, como es obvio, es necesario saber cómo utilizarla y cómo manejarla. Pero el cómo utilizar y cómo manejar una herramienta, arma de fuego incluida, está normalmente condicionado por el uso que se le vaya a dar a dicha herramienta, es decir, para qué se va utilizar y manejar dicha herramienta.

En un artículo anterior se justifica de algún modo una posible clasificación del tiro con armas de fuego, por la que se distingue entre tiro deportivo y tiro táctico, atendiendo precisamente al para qué se va a utilizar un arma de fuego. Las grandes diferencias entre el tiro deportivo y el combate con armas de fuego, o tiro táctico, tal y como se expone en el citado artículo, implican una aproximación diferente en la instrucción y adiestramiento. No obstante, entre ambas modalidades de tiro existe un nexo común: la herramienta utilizada ─un arma de fuego─. En ambos casos se dispara, o tira, con un arma, atendiendo a las condiciones que impone cada modalidad, siendo estas mucho más exigentes en el caso del combate con armas de fuego. Tanto el tiro deportivo como el tiro táctico, o combate con un arma de fuego, implican algo ─o mucho─ más que el tiro, pero no serían nada sin el tiro, por lo que es importante prestar atención al «tiro», y empezar por dominar lo que se denomina habitualmente principios básicos del tiro.

Estos «principios básicos» no representan ninguna novedad del último siglo, sino que se han venido enseñando por múltiples instructores desde hace muchos años. Se pueden encontrar definidos en libros y vídeos de prestigiosos autores, lo que da fe de su importancia y la atención que merecen.

La importancia de estos principios básicos radica en la propia definición. Son «principios», lo que indica que por ahí empieza el tiro. Son «básicos», lo que indica que constituyen la base del tiro. Puede que el aprendizaje de los principios básicos ─y los ejercicios de tiro dirigidos a afianzarlos─ no resulte tan divertido como ejercicios tipo recorridos de tiro, pero antes de echar a correr hay que aprender a andar.

¿Y cuáles son esos principios básicos del tiro? Pues no existe unanimidad entre todos los autores, aunque lo que parece claro es que no son muchos, como parece razonable (si fueran demasiados no resultarían prácticos). Unos hablan de cuatro, otros hablan de siete. Algunos autores engloban en uno lo que otros desglosan en varios. Personalmente, por lo que he podido comprobar y porque prefiero la sencillez, me decanto por cuatro: posición/postura [position/stance], empuñe [grip], puntería [marksmanship], control del disparador [trigger control].

Siempre que se dispare un arma intervendrán estos cuatro principios básicos y el resultado estará íntimamente ligado a la solidez con la que se apliquen. Hay que aprenderlos y practicarlos todos. Todos son importantes, aunque puede que unos lo sean más que otros. Parece que, por unanimidad, se considera determinante el control del disparador y hay que prestarle especial atención, para lo que resulta tremendamente positivo el adiestramiento en seco. De todas formas, todos juegan su papel y se apoyan mutuamente.

La posición/postura del tirador determina, entre otras cosas, la estabilidad de la plataforma de tiro, lo que influye directamente en el resultado. Proporciona más estabilidad la posición de tendido que la de pie, por lo que permite batir blancos con más precisión y velocidad a distancias más largas que en la posición de pie. Pero son muchas las posiciones disponibles en el catálogo y habrá que aprender y practicar todas las que puedan resultar de utilidad en un momento dado, prestando más atención a las que vayan a ser más socorridas. Porque el tiempo es un recurso limitado y no se puede pretender dominar y practicar igualmente todas las posiciones habidas y por haber. Es necesario tomar decisiones, pero con argumentos.

Normalmente, en el tiro deportivo la posición del tirador viene determinada de antemano por las reglas. Sin embargo, en el combate con armas de fuego el tirador tiene la libertad de elegir la posición que mejor se adapte a la situación táctica a la que se enfrente. Parece lógico pensar que lo más habitual será hacer frente a una amenaza inicialmente desde la posición de pie, ya que de pie nos movemos y de pie nos la encontramos. Asimismo, la posición de pie resulta la más difícil para batir blancos. Por tanto, la posición de pie merece una atención especial, que no exclusiva.

No sólo la posición repercute en la estabilidad de la plataforma de tiro, sino que también permite aprovechar mejor la cubierta y/u ocultación que ofrece un obstáculo, un objeto o el propio terreno, de forma que nos expongamos menos a la amenaza y nos convirtamos en un blanco menos rentable. De esta forma, en el caso de disponer de un parapeto de medio metro de altura, ofrece más ventajas la posición de rodilla en tierra que no la de pie. Sin embargo, soy de los que escapa de utilizar como argumento la reducción de silueta, simplemente porque no me convence.

Pero este principio básico no es sólo posición sino también postura. La posición/postura que adopte el cuerpo, la forma en la que se configuren los músculos y los huesos, tendrá su repercusión en el tiro, no sólo en el control del retroceso del arma, y por tanto en la cadencia de fuego, sino también en la velocidad con la que se dirige el arma al blanco. En este sentido, la posición/postura se interrelaciona directamente con el empuñe del arma, otro de los principios básicos del tiro. Concretamente, en la posición de pie, en el caso de la pistola podemos hablar de Weaver o de isósceles, y en el caso del fusil podemos hablar de empuñe pinza en C [C-Clamp] o de empuñe por el brocal del cargador. Creo que es más una cuestión de empuñe que no de posición/postura.

El empuñe del arma viene determinado por la posición que adoptan las manos, y los dedos también, y la forma en que actúan. El empuñe repercute directamente en el control del arma y del retroceso, lo que permite batir blancos con mayor velocidad y precisión. El empuñe de pistola, o posición/postura, Weaver, implica aplicación asimétrica de fuerzas, puesto que una mano/brazo empuja mientras la otra tira. Sin embargo, el empuñe de pistola, o posición/postura, Isósceles implica aplicación simétrica de fuerzas, puesto que ambas manos/brazos ejercen tensión hacia delante. Actualmente el empuñe de pistola, o posición/postura, más utilizado por los mejores tiradores del mundo es isósceles moderna o modificada.

En cuanto a la posición de los dedos pulgares, en el caso del tiro con pistola, existen principalmente dos tendencias: pulgar sobre pulgar o pulgares estirados. Aunque quizás resulte más fácil de aprender el empuñe pulgar sobre pulgar, es el empuñe con los pulgares estirados el que ofrece mejores resultados y el que parecen utilizar los mejores tiradores del mundo. Se trata de una técnica que parecen haber popularizado los campeones Brian Enos y Rob Leatham hace ya más de 25 años. Tras esta técnica, como tras cualquier otra, existe una explicación, pero no es el motivo de este artículo.

En cuanto a la puntería, como principio básico del tiro, su importancia es tal que los impactos van donde se apunta, ni más ni menos. Siempre que, cuando los proyectiles abandonen la boca de fuego, el arma se mantenga apuntando donde debieran ir los impactos, allí irán. Aunque mantener la puntería no es tan fácil y enseguida se puede comprobar el llamado “gatillazo”. No resulta difícil aprender a apuntar, el problema radica en mantener la puntería independientemente de las circunstancias. La posición/postura y el empuñe también tienen cierta influencia a la hora de facilitar la puntería, especialmente en cuanto a velocidad a la hora de tomar elementos de puntería. Los propios elementos de puntería también tienen mucho que decir, tanto en precisión como en velocidad. Los visores de punto rojo o los visores holográficos son los que permiten una mayor velocidad al apuntar, y, por tanto, al disparar, por lo que son los preferidos actualmente.

Por último, el control del disparador, que suele considerarse el principio básico más importante y el responsable de que los impactos no vayan a su sitio. El control del disparador no sólo comprende presionar el disparador, sino también el reseteo del disparador, y el seguimiento del disparo (lo que en inglés denominan «follow through»), que viene siendo algo así como (o así creo haberlo entendido yo) mantener la puntería cuando se produce el disparo de forma que, aún cuando el proyectil abandona la boca de fuego, se puede comprobar cómo el arma continúa apuntando al mismo sitio. El control del disparador pretende controlar en todo momento el movimiento del disparador en todo su recorrido, desde que se empieza a presionar suavemente, hasta que rompe el disparo, de repente, sin que el arma se mueva ni un milímetro.

Esos son, a grosso modo, los principios básicos del tiro. Por ahí se empieza, pero nunca se termina. Tienen que aprenderse y practicarse continuamente. La aplicación correcta de estos principios se materializará en unos buenos resultados, como los de la imagen. Y recuerda que el control del disparador es clave y requiere mucha práctica en seco.

10 disparos con pistola G17 Gen4 sobre blanco de combate EBdT2 a 45 metros. 9 impactos sobre el blanco, 6 de ellos dentro del círculo de 20 cm. de diámetro que materializa el centro de masas de una amenaza.

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