Hola a todos. En esta ocasión os traigo este artículo que versa sobre uno de los conceptos que más he cambiado a lo largo de los años, el del empleo de la funda de pierna (o de pernera como la llaman otros). Mi concepto ha variado mucho tanto en el «cuándo» como en el «cómo», valga la redundancia.
Al principio de mi carrera profesional consideraba que el empleo de este tipo de funda era mucho más adecuado que la de cintura. Mucho de ello estaba motivado por el «estatus» asociado que daba el llevarla. La funda pegada al muslo era lo que molaba («cool»), porque era lo que te hacía distinto de las otras unidades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y porque la gran mayoría de las unidades especiales, tanto de ejércitos como de fuerzas de policía propios y extranjeros, las llevaban. También estaba motivado por la deficiente calidad de las fundas de cintura disponibles, y puestos a gastarse una buena cantidad de dinero, se solía buscar la opción más atractiva, aunque en muchos casos no era la más adecuada operativamente.
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