
En una situación peligrosa hay solo dos cosas que puedas controlar: lo que haces y la velocidad a la que lo haces. Todo lo demás escapa a tu control. Si no tienes el control de tus actos, o dejas que agentes externos dicten la velocidad de tus actos, no haces más que reaccionar a lo que sea que te hagan. En otras palabras, siempre vas con retraso y, lo que es más importante, ¡te controlan!





Existen muchas
“En mis tiempos de juventud el tema del tiro con fusil se abordaba paso a paso. Lo primero era la puntería y apuntar. Lo segundo era la posición/postura de tiro. Lo tercero era el control del disparador. Y lo cuarto era el tiro rápido.”


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