Las opiniones no sirven como argumento, máxime cuando se basan en meras búsquedas en Internet. Investigar es otra cosa bien distinta.

Cuando alguien carece de argumentos para defender «su opinión», enseguida aparece el tópico «todas las opiniones son respetables». En un panorama donde proliferan los vendehúmos y las sectas tácticas, ante la falta de formación y experiencia en una materia, fácilmente cada uno, no solo se crea su propia opinión, sino que la vende ─literalmente─ como válida, amparándose en que es tan respetable como cualquier otra. El problema viene cuando las opiniones son bastante absurdas o carentes de sentido, especialmente cuando pueden comprometer la seguridad de propios y extraños, como sucede al tratarse de opiniones que proponen acciones que vulneran las normas de seguridad con las armas de fuego. Tampoco es raro que alguno te salga con que «lo he investigado», e incluso hable de «estudio científico». Todas las personas son respetables, pero no todas las opiniones lo son. Hay de todo, y algunas son francamente absurdas. (Fernando Savater) No se trata de algo que solo afecte al mundo táctico, en cualquiera de sus materias, sino que se da en cualquier ámbito y campo de conocimiento. Solo porque uno tenga razón, no significa que el otro esté equivocado. Puede tratarse de un problema de perspectiva, o ser fruto de la falta de formación y experiencia, lo cual resulta más peligroso. En la imagen de la derecha, ambas personas están en lo cierto, pero discrepan por una mera cuestión de perspectiva. En la imagen de la izquierda, una de ambas personas
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