Hace unos años se sucedieron algunas noticias que pusieron en entredicho a las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses. Tal fue el revuelo que generaron los reiterados acontecimientos, que el Mando de Operaciones Especiales estadounidense (USSOCOM) se vio obligado a encargar una investigación para tratar de localizar un problema que apuntaba a toda la comunidad del USSOCOM. Se preguntaban qué podía pasar para que algunos miembros de la comunidad se sobrepasaran y llevaran a cabo conductas tan deplorables como consumo de alcohol y drogas, acoso sexual, e incluso homicidio de un compañero. En febrero de 2020 se conoció el resultado del estudio encargado por el USSOCOM, que concluía poco más o menos que la clave de la solución estaba en el liderazgo, sin que realmente se hubiera detectado ningún problema ético.
Estos son solo algunos de los hechos que llevaron a esa situación:
- El 4 de junio de 2017, el Sargento Logan Melgar, Boina Verde del Ejército de Tierra estadounidense, de 34 años, acabó muerto durante un despliegue en Bamako (capital de Mali), a manos de cuatro compañeros suyos, dos de ellos miembros del famoso SEAL Team 6 de la Armada estadounidense y otros dos Marine Raiders, miembros del Mando de Operaciones Especiales de la Infantería de Marina estadouniense.
- A finales de julio de 2019, una sección de unos 20 marineros pertenecientes al SEAL Team 7 de la Armada estadounidense, fue enviada de vuelta a EE.UU. tras una investigación en curso en las que se averiguó que algunos habían consumido alcohol durante el despliegue y que otros que lo sabían no informaron de ello. Posteriormente se supo que el Servicio Naval de Investigación Criminal [Naval Criminial Investigative Service (NCIS)] también investigaba a un miembro de la sección por una acusación de agresión sexual a una compañera. A raíz de los hechos tres mandos de la unidad fueron destituidos «por una pérdida de confianza como consecuencia de fallos en su liderazgo que supuso una ruptura del buen orden y disciplina en dos unidades subordinadas durante su despliegue en zonas de combate».
- En abril de 2018, varios miembros del SEAL Team 10 de la Armada estadounidense dieron positivo en una prueba de orina por consumo de drogas, concretamente cocaína, tras haber superado fraudulentamente la prueba anteriormente.
- En mayo de 2018, el comandante y un suboficial de un equipo SEAL de la Armada estadounidense desplegado en África fueron suspendidos de funciones y enviados a casa tras ser acusados de acoso sexual a varias compañeras.
(Este artículo es una traducción NO autorizada de su original en inglés Review Finds No Systemic Ethical Problems in Special Ops, escrito por Jim Garamone para DoD News con fecha 28 de enero de 2020)
Un estudio no encuentra problemas sistémicos de carácter ético en las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses
28 de enero de 2020, por Jim Garamone, DoD News.
Las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses no tienen problemas «sistémicos» de carácter ético, pero un estudio indica la necesidad de fortalecer el liderazgo en todos los niveles, dijo el Comandante del Mando de Operaciones Especiales estadounidense (USSOCOM).
El 28 de enero de 2020 el General de Ejército Richard D. Clarke les dijo a los periodistas reunidos en el Pentágono que ordenó que se llevara a cabo un análisis exhaustivo de la cultura en las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses, después de que varios casos de mala conducta y comportamiento poco ético amenazaran la confianza de la Sociedad e hicieran que se cuestionara la cultura y ética de las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses.
El equipo que llevó a cabo el estudio analizó todos los aspectos de la fuerza y entrevistó a miles de personas, dijo el general.
«Tenemos que mejorar nuestros programas de formación de líderes y exigir mayor responsabilidad en nuestros procesos de gestión y formación». General de Ejército Richard Clarke, comandante del Mando de Operaciones Especiales de EE. UU. (USSOCOM)
Clarke dijo que el estudio comprobó que la gran mayoría de los miembros de las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses mantienen diariamente los más altos estándares de comportamiento, y aún en las condiciones más duras del mundo lo hacen así.
Sin embargo, añadió, el equipo que realizó el estudio descubrió que, a veces, algunos aspectos de la cultura en las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses planteaban unas condiciones favorables para un comportamiento inapropiado.
«Tenemos una cultura de «poder hacer» con una predisposición hacia la acción», dijo. «Esta cultura es una de las cosas que nos hace grandes. Casi 20 años de conflicto continuo han desequilibrado esa cultura hacia el empleo de la fuerza y el cumplimiento de la misión en detrimento de las actividades rutinarias que aseguran el liderazgo, la responsabilidad y la disciplina».
Clarke dijo que la generación de la fuerza, el adiestramiento de la fuerza y la formación de líderes son la clave de la solución. «Tenemos que mejorar nuestros programas de formación de líderes y exigir mayor responsabilidad en nuestros procesos de gestión y formación», dijo. «Los líderes llevan el rumbo de la cultura, y para mantener una cultura saludable y de alto rendimiento es necesaria la presencia de líderes implicados activamente».
Clarke dijo que parte de la enseñanza militar profesional en las unidades del Mando de Operaciones Especiales estadounidense no es adecuada, y el Mando está tomando medidas para mejorarla.
El estudio comprobó también que la presión de los despliegues significaba que los líderes no solían estar presentes o no se implicaban en el adiestramiento. «Nuestra fuerza se ha pasado las últimas dos décadas dándose prisa para volver a combatir», dijo el general. «Al hacerlo, hemos sido muchas veces demasiado autocomplacientes al formar, adiestrar y certificar nuestros equipos para las dificultades de actuar en un mundo complejo. Estamos reafirmando la importancia de una adecuada responsabilidad y supervisión, y estableciendo las condiciones para que haya presencia de líder en los lugares adecuados».
El equipo que realizó el estudio llegó a la conclusión de que la cultura en las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses está demasiado enfocada hacia el empleo de la fuerza y el cumplimiento de la misión, lo que genera contextos o situaciones que favorecen malas conductas y comportamientos poco éticos.
«El equipo descubrió no solo posibles grietas en los cimientos [de las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses] a nivel individual y de equipo, sino también a través de la cadena de mando, concretamente en los principios básicos de liderazgo, disciplina y responsabilidad», señala el estudio.
Clarke dijo que insistirá en la necesidad de que los líderes en todos los niveles de la organización estén ahí para sus subordinados y les reprendan según sea necesario cuando se aparten del buen camino. Los líderes pueden guiar a los suyos en los aspectos éticos y morales de la guerra irregular y aclarar «qué es lo correcto», dijo el general.
Las unidades saben cómo forjar guerreros éticos, dijo Clarke, y apuntó que los procedimientos operativos estándar detallan el adiestramiento, la formación, los ejercicios y las certificaciones necesarias para un despliegue. Pero este estudio descubrió que la presión de los despliegues a veces implica que las unidades recorren estos pasos sin la presencia de líderes.
«El Mando de Operaciones Especiales estadounidense (USSOCOM) ha de gestionar la predisposición institucional hacia su empleo y exigir recursos que invertir en otras cuestiones fundamentales mediante la aplicación de liderazgo, disciplina y responsabilidad en los procesos de empleo de la fuerza y las normas del negocio», señala el estudio. «Estas acciones favorecerán y complementarán las recomendadas en cuanto a responsabilidad de la fuerza, centrándose en traer disciplina a los procesos de generación de fuerza, reforzando un liderazgo activo y comprometido durante estos períodos».
La presión de las operaciones y la aparentemente infinita demanda de Fuerzas de Operaciones Especiales ha provocado un colapso en la generación de fuerza, lo que, a su vez, ha interrumpido la formación de líderes. «Volver a darle más estructura y importancia a estas áreas permite [al Mando de Operaciones Especiales estadounidense] reinvertir en la formación de líderes y preparar líderes con el equilibrio necesario de carácter y competencia», dice el estudio.
El Mando de Operaciones Especiales estadounidense invertirá el tiempo y dinero necesarios para garantizar que las unidades puedan institucionalizar estos cambios. Además, el USSOCOM depurará las actuales necesidades de operaciones especiales de la fuerza conjunta. «Esta evaluación influirá en las necesidades de Fuerzas de Operaciones Especiales para continuar con los esfuerzos contra organizaciones extremistas violentas y definirá la transición [del USSOCOM] como parte de una transformación más amplia del Ministerio de Defensa hacia un gran concurso de fuerza», dice el estudio.
Como con casi todo, las conclusiones y acciones recomendadas en este estudio requieren un plan de implementación sólido y la voluntad de llevarlo a cabo.
«Este informe reafirma nuestra responsabilidad permanente como líderes y determina un esfuerzo consolidado y centrado para impulsar el cambio necesario en nuestra formación», dijo Clarke. «Estoy formando un equipo de implementación que seguirá estas conclusiones y recomendaciones, evaluará los resultados y ajustará convenientemente nuestras políticas».
El equipo que realizó el estudio encontró preocupación por la fuerza en todos los niveles. Suboficiales de las Fuerzas de Operaciones Especiales hablaron de la necesidad de la presencia de líderes y la necesidad de garantizar que los equipos se adiestran juntos antes de desplegar, dijo el Suboficial Mayor del Ejército del Aire estadounidense Greg Smith, suboficial más antiguo del USSOCOM.
Clarke y Smith coincidieron en que cambiar una cultura lleva tiempo, y que el USSOCOM está dispuesto a dedicar ese tiempo.
(Este artículo es una traducción NO autorizada de su original en inglés Review Finds No Systemic Ethical Problems in Special Ops, escrito por Jim Garamone para DoD News con fecha 28 de enero de 2020)
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Problema muy común últimamente. Hemos pasado a tener jefes, en minúsculas, en vez de líderes y eso a la larga se nota.
Ahora solamente queremos jefes «normales», cuando antes buscábamos Jefes extraordinarios para poder trabajar, aprender y desarrollarnos profesionalmente.
Un saludo