Argumentos u opiniones: «a mi me va mejor», «hay que probarlo todo por uno mismo», «siempre se ha hecho así».

No somos los únicos que, muchas veces nos creemos que una mera opinión sirve como argumento, cuando en realidad lo que uno opina no tiene por qué ser un argumento ─ni válido ni sólido─ a la hora de respaldar la elección de una u otra TTP. Incluso hay cosas que forman parte del conocimiento común, cotidiano o empírico que no siempre son correctas (ojo con lo empírico, que a alguno tanto le gusta, que no es lo mismo que científico). Por cierto, «todas las opiniones no son respetables».

El caso es que cuando se discuten las razones para optar por una u otra TTP no es raro escuchar como justificación alguna de estas tres, que podrían ser cuatro si incluimos la típica respuesta «depende» (claro, todo depende, pero, ¿de qué depende?):

  1. a mi me va mejor.
  2. hay que probarlo todo por uno mismo.
  3. siempre se ha hecho así.

En realidad, parecen más excusas que no razones y suelen aparecer cuando no se tienen más argumentos, lo cual tiene sentido. Si alguien te pregunta «¿por qué crees que 2+2=4?», la respuesta más rápida y directa puede ser «porque siempre se ha hecho así» y no estaríamos equivocados, pero no respondería a la pregunta. Y si alguien te pregunta «¿por qué crees que la Tierra es plana?» podrías responderle «porque a mi me va mejor», pero sería ridículo y no respondería a la pregunta. Pero, puede que el comodín más práctico, cuando se cuestiona lo que uno cree y no se sabe por donde salir, consista en responder con una pregunta y respuesta a la vez «¿pero tú lo has probado? porque hay que probarlo todo por uno mismo». No sabemos cuál nos gusta más de las tres; puede que sea más socorrida la primera que no las otras tres.

No hacen falta muchas explicaciones para saber por qué no son argumentos.

Eso de que «a mi me va mejor» tiene sentido si va acompañado de algo más, como pueden ser datos, después de haber comprobado los resultados entre varias opciones (algo que no siempre es posible, ni merece la pena).

Lo de que «siempre se ha hecho así» resulta ridículo, porque hacer algo mal solo porque «siempre se ha hecho así» no deja de ser hacerlo mal. Otra forma de decirlo puede ser «todo el mundo lo hace así» o «todas las unidades de operaciones especiales lo hacen así», como si uno supiera cómo lo hace todo el mundo o todas las unidades de operaciones especiales, sin entrar a valorar que eso no lo explica.

Y eso de que «hay que probarlo todo por uno mismo» puede que tenga sentido y sea posible algunas veces, pero en muchas otras ni será posible ─por falta de medios, tiempo, dinero, conocimientos─, ni merecerá la pena ─porque ya está más que probado (por ejemplo, 2+2=4, la Tierra es plana)─. No te vamos a poner más ejemplos, pero piensa ¿cómo sabes que X si no lo has probado por tí mismo? ¡Llámanos locos! No necesitamos probarlo todo por nosotros mismos para saberlo o para creerlo. A veces lo más inteligente es confiar en otros. Claro que la clave radica en saber elegir en quién confiar. 😉

Podríamos hablar largo y tendido del tema ─nosotros no, sino alguien que sepa de Filosofía, de epistemología, y esas cosas─.

Quieres respuestas, pero no puedes aceptar la verdad.

En resumen, en lugar de «a mi me va mejor», «hay que probarlo todo por uno mismo», «siempre se ha hecho así», lo ideal es conocer el porqué de las cosas. o confiar simplemente en que hay un porqué. Por ejemplo, un día hablamos del eterno debate entre guardia baja [low ready] y guardia alta [high ready], con algunos de los argumentos y contraargumentos que se pueden encontrar para una u otra. Otro día hablamos de los argumentos en favor de la guardia alta con fusil en CQB, que no vienen incluidos en el debate del otro día.

Casi todo tiene un porqué, lo ideal es conocerlo, o simplemente confiar en que lo hay ─aun sin conocerlo─.

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