En un tiempo en el que parecía que el único enemigo posible procedía de Oriente Medio, en forma de radicales islámicos, sorprenden estudios como este que se fijaba a principios de 2016 en la llamada Nueva Guerra Fría y analizaba la amenaza que representaba Rusia para Europa y la OTAN ─algo que tristemente se acaba de hacer realidad─. No era más que un estudio, sin que ello implicara que se tratara de un algo relativamente probable en aquellos días, pero «si vis pacem, para bellum», así que no está de más conocer estas cosas y tener presente que las cosas no siempre suceden como cabe esperar y se pueden torcer en cualquier momento. En lugar de Estonia y Letonia ha sido Ucrania. En lugar de tres días, serán algunos más, pero todo parece indicar que Rusia se propone conquistar Ucrania.
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Actualizado a 2022, ya hemos visto que Rusia no puede desplegar dentro de sus fronteras una fuerza de invasión sin que se entere la OTAN, la cual dispone de tiempo para movilizar sus tropas.