Tiro táctico reactivo defensivo policial dinámico urbano etc.

No deja de sorprenderme la creatividad que tienen algunos a la hora de componer términos, en forma de palabras concatenadas, tales como el de cabecera, que me acabo de inventar: tiro táctico reactivo defensivo policial dinámico urbano etc. ¿Sirve de algo tal denominación? ¿atiende a algún propósito? Pues además de ayudar a confundir creo que sencillamente ¡mola!, como cuando Mary Poppins cantaba aquello de supercalifragilisticoexpialidoso.

En este sentido, me reitero en lo dicho hace ya tiempo en el artículo sobre clasificación del tiro con armas de fuego, e incluso hay quien comparte la misma opinión, lo que no impide que existan otros puntos de vista totalmente válidos. Echando la vista atrás sustituiría toda referencia a «tiro táctico» por «combate con armas de fuego» [fighting with firearms], por considerarlo técnicamente más acertado.

Antes de decir nada, la cuestión sobre el cómo llamamos a cada cosa resulta tan banal e irrelevante como que si me llamo Jorge haya quien me llame Javier, Manuel o Fernando. Para mi NO es banal e irrelevante. Me gusta que me llamen por mi nombre y me gusta intentar llamar a las cosas por su nombre, o por el nombre más acertado.

Cuando se pretende establecer una clasificación se ha de concretar primero en base a qué criterio se va a llevar a cabo, sin perder de vista que el verdadero sentido de establecer tal clasificación radica en un objetivo que bien puede ser facilitar el estudio de aquello que se pretenda clasificar.

Por ejemplo, si se pretenden clasificar los vehículos a motor se podrían establecer múltiples criterios en virtud de los cuales habría diferentes clases de vehículos a motor.

Si el criterio establecido fuera el número de ruedas, las clases serían vehículos a motor con: una rueda, dos ruedas (motos), tres ruedas, cuatro ruedas (coches), etc.

Si el criterio establecido fuera el combustible utilizado, las clases serían vehículos a motor: gasolina, diésel, biodiésel, híbrido, eléctrico, GLP, etc.

Si el criterio establecido fuera el color, las clases serían vehículos a motor: rojos, verdes, azules, negros, blancos, etc.

Si el criterio establecido fuera la función o profesión de sus usuarios, las clases serían vehículos a motor: policiales, militares, civiles, etc.

Etc.

Por supuesto, se pueden combinar varios criterios de clasificación para obtener una amplísima variedad de clases, pero salvo que ello atienda a alguna finalidad resultaría bastante inútil y/o absurdo.

Lo que creo que resulta evidente es que al establecer una clasificación atendiendo a un determinado criterio existirán al menos dos clases, las clases serán diferentes entre sí, y normalmente lo que es de una clase no es de otra según un mismo criterio. Parece absurdo pensar que se vaya a establecer una clasificación con sólo una clase o con clases iguales según un mismo criterio.

De esta forma, si se clasifican los vehículos a motor atendiendo al número de ruedas éstos pueden ser de una, dos (moto), tres, cuatro (coche), o más ruedas, y serán diferentes entre sí, como es evidente.

Sin querer ser pesado, una clasificación atiende a un determinado objetivo. En el caso de los vehículos a motor, el objetivo de una determinada clasificación puede derivarse de que para una clase u otra de vehículo sea necesario un tipo de habilitación (carnet) diferente, porque no es lo mismo conducir un coche, que una moto, que un camión. Lo que podría resultar ridículo es exigir un tipo de habilitación (carnet) diferente en virtud de criterios de clasificación de los vehículos a motor tales como el color, la función o profesión, el combustible utilizado, etc.

¿Y si ahora cambiamos donde dice «vehículos a motor» por «tiro»?

Volviendo al título de este artículo ─que muchos, incluido yo, considerarán estúpido─, si existiera un «tiro táctico reactivo defensivo policial dinámico urbano etc.» (y si se habla de tal cosa es porque existe), también tendría que existir un «tiro táctico reactivo defensivo policial dinámico rural etc.», y ambos serían diferentes. Lo mismo sucede para cada una de las demás clases, lo que nos llevaría a un sinfín de «clases» de tiro (¡excelente oportunidad para vender productos formativos!): si hay un tiro táctico, también tiene que haber un tiro no táctico; si hay un tiro reactivo, también tiene que haber un tiro activo; si hay un tiro defensivo, también tiene que haber un tiro ofensivo; si hay un tiro policial, también tiene que haber un tiro militar, civil, de vigilante de seguridad, etc.;  si hay un tiro dinámico, también tiene que haber un tiro estático; y así sucesivamente hasta el tiro supercalifragilisticoexpialidoso y más allá. Puede salir un interesante catálogo de clases de tiro. ¡Mola!

El colmo de los colmos es llamarle a un curso «tiro al policía», literalmente.

¿Hace falta una habilitación diferente para cada una de esas clases de tiro? ¿se «conduce» igual el arma de fuego en una clase de tiro que en otra? ¿en un enfrentamiento armado, por ejemplo, con pistola (combate con pistola), existen tales clases?

Dicho de otro modo, ¿tiene sentido instruir a unos u otros según las clases anteriores? ¿entonces por qué algunos grandes maestros se empeñan en aceptar en sus cursos una amplia variedad de personas, cada una de su padre y de su madre, y les enseñan a todas las mismas TTPs?

¿Qué sentido tiene entonces que un instructor de tiro policial instruya a alguien que no tenga la función o profesión de policía? ¿qué sentido tiene que una persona que no tenga la función o profesión de policía realice o enseñe un curso de tiro policial?

Echa un vistazo a cómo se denominan algunos de los cursos que imparten grandes maestros del combate con armas de fuego y comprueba si hay alguna diferencia.

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