Esto es lo que el refranero español llama «oír campanas y no saber dónde», algo que por desgracia resulta mucho más habitual de lo que debiera en el sector de la formación táctica, de boca tanto de instructores como de alumnos. El problema se acentúa cuando un alumno eleva a su instructor a un pedestal, de forma que ya da igual lo que diga que se lo va a creer a pies juntillas sin contrastarlo. El problema es que hay quien se inventa las cosas o cree conocerlas, cuando en realidad no dispone de todos los datos, o los datos de los que dispone no son correctos, o sencillamente le falla la memoria. Si a eso le sumamos el acentuado ego de algunas personas, que las lleva a querer destacar de alguna manera, la cosa no hace más que empeorar. Lo mejor para evitar caer en errores o creerse errores, reiterarlos y así contribuir a perpetuarlos, consiste en contrastar la información con fuentes fidedignas, aunque sólo estén disponibles en otro idioma.
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