
Antes que a los fanboys de Glock les explote la cabeza, lo primero que hay que tener claro es qué significa «subóptimo». El término literal no está en el Diccionario de la Real Academia Española, pero sí están el prefijo sub– y el adjetivo óptimo, de cuyos significados se deduce que «subóptimo» ─y así lo explica ChatGPT, por ejemplo─ significa que algo no es lo mejor posible, es decir, que está por debajo del nivel óptimo o ideal, que podría mejorarse, que no alcanza el rendimiento o calidad máximos esperados. En resumen, algo subóptimo funciona o sirve, pero no de la mejor manera posible.

Así que decir que las pistolas Glock son subóptimas es decir que, lejos de representar su eslogan «Glock Perfection», no son perfectas, por lo tanto, son mejorables. De lo que no hay duda es que las pistolas Glock son muy populares, tanto que quizás sea la pistola actualmente más abundante en el mundo. Se estima que desde el lanzamiento en 1982 de la primera pistola Glock, se han vendido más de 20 millones de pistolas Glock en todo el mundo.
Semejante popularidad genera una inercia difícilmente parable, que se deriva del sesgo de popularidad, que no es más que la tendencia natural del ser humano a creer que algo es mejor o más deseable simplemente porque es popular o muchas personas lo utilizan. Simplemente se valora más una opción por su popularidad que por su calidad intrínseca.
Esta popularidad tiene una explicación evidente. Desde 1982 hasta no hace tantos años, las pistolas Glock eran las únicas pistolas «decentes» con armazón de polímero de aguja pretensada o lanzada, sin más. Eso las llevó a alcanzar una penetración extraordinaria en el mercado policial, de forma que se estima que solo en EE.UU. más del 65% de los cuerpos de Policía utilizan Glock.
Sin embargo, más allá de la popularidad, actualmente las pistolas Glock no dejan de ser un diseño de hace más de 40 años que continúa funcionando medianamente bien y que más que la propia Glock otras marcas se han encargado de perfeccionar, principalmente en cuanto a ángulo de empuñe, disparador, cañón de precisión y ajuste fino.
Es curioso que no haya ya desde 2017 una 6ª Generación de pistolas Glock, teniendo en cuenta que la marca presentó su candidatura al programa Modular Handgun System (MHS) [Sistema de Pistola Modular] del Ejército de Tierra estadounidense, para el que tuvieron que diseñar una pistola «modular», con seguro de aleta, aunque finalmente en enero de 2017 no fuera la propuesta de Glock la elegida. Hubiera estado bien ver en el mercado la propuesta de pistola modular de Glock. Ahora que parece que está cerca el lanzamiento de la 6ª Generación, habrá que ver si realmente incorporas mejoras o el cambio solo es sutil, como hasta ahora.
A los fanboys de Glock les encanta realizar afirmaciones categóricas del tipo «Glock es la pistola más fiable del mundo». Nadie pone en duda la fiabilidad de las pistolas Glock, pero eso no las convierte en las más fiables, teniendo en cuenta que, no solo actualmente hay pistolas modernas que pueden ser tanto o más fiables que Glock, sino que es realmente difícil afirmar algo así si no se dispone de datos concretos en cuanto a interrupciones de todas las marcas y modelos de pistolas actualmente disponibles. Unas pruebas rigurosas de fiabilidad requieren una importante inversión de tiempo y dinero, solo al alcance de algunas instituciones y marcas.
La fiabilidad de un arma de fuego viene determinada por la «media de cartuchos entre interrupciones» [Mean Rounds Between Failure (MRBF)] de forma que se exige un mínimo, pero no un máximo. De esta forma, el Ejército de Tierra estadounidense exige un MRBF mínimo de 495 cartuchos para pistolas en calibre 9mm con munición blindada 115gr, algo fácilmente superable por cualquier pistola moderna. Sin embargo, hay pistolas que se van a un MRBF de más de 2.000 cartuchos. Sin tener el MRBF obtenido en igualdad de condiciones de todas las pistolas del mercado, es imposible afirmar cuál es la más fiable, ni siquiera cuál es más fiable que cuál.
Si hablamos de Glock, no es que haya estado exenta de problemas, como cualquier máquina. Como ya contamos en este artículo, en 1996 la Policía Municipal de Nueva York (NYPD) empezó a experimentar un tipo en concreto de interrupción, aparentemente endémica con la pistola de dotación Glock Modelo 19, que la Firearms and Tactics Section (FTS) [Sección de Táctica y Armas de Fuego] denominó «Phase Three» [Fase Tres] para identificar esta particular interrupción irreducible, descrita como básicamente una interrupción en la que una vaina disparada se extrae parcialmente, con el reborde del culote aún alojado con firmeza bajo la uña extractora y la boca de la vaina encajada contra la parte superior trasera del cañón. La vaina no está en posición vertical como en una interrupción tipo chimenea, sino horizontal, exactamente en el mismo plano que un cartucho en la recámara, pero más arriba.
En fin, no te vamos a descubrir nada nuevo sobre el mundo de las pistolas. Si eres fanboy de Glock da igual lo que te digan, como a todo buen tierraplanista, pero de lo que no hay duda es que «las pistolas Glock son subóptimas».
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Muy interesante exposición. Solo hay que ser fanboy de lo excelente, por eso no soy fanboy de nada.