Muertes de policías en entrenamientos. Por Greg Ellifritz.

Aunque este artículo se basa en la situación en EE.UU. en cuanto a la formación de sus policías, quizás se podría extrapolar a otros países ─no diremos que uno de ellos pueda ser España─. Desde luego, lo que se puede observar en nuestros días es que muchos han llegado a instructores ─o más bien se han autoproclamado como tales─ sin pasar por la casilla de salida. De la noche a la mañana hay quien se ha convertido en experto en cosas como tiro o CQB, sin necesidad de acumular demasiada formación y experiencia en la materia. Eso fácilmente puede generar más deformación que formación, con el peligro que ello supone, cuando ni siquiera se tienen claras unas mínimas cuestiones de seguridad. Por fortuna para sus alumnos, muchos autoproclamados expertos instructores no utilizan armas de fuego real, pero eso no quiere decir que no puedan hacer daño indirectamente a sus incautos alumnos cuando vayan a aplicar lo aprendido. Pero hoy no vamos a hablar de vendehúmos.

 


 

(Este artículo es una traducción de su original en inglés Police Training Deaths, por Greg Ellifritz, publicado en su blog Active Response Training con fecha 29 de noviembre de 2022)

 

Muertes de policías en entrenamientos.

Por Greg Ellifritz.

 

Este año ha habido una mala racha de policías muertos y heridos en entrenamientos. Si no le has estado siguiendo la pista a este tipo de cosas, aquí tienes unos cuantos artículos de noticias recientes para ponerte al día:

Un instructor de tiro del Cuerpo estadounidense de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) muere tras un disparo accidental en una galería de tiro de la policía de Miami-Dade. 19 de octubre de 2022.

Inspector retirado de la Policía Municipal de Washington DC acusado de homicidio involuntario tras un disparo fatal durante un entrenamiento. 4 de agosto de 2022.

Una policía local de Sansom Park sale de la UCI tras recibir un disparo en el cara durante un entrenamiento. 5 de noviembre de 2022.

Un policía dispara accidentalmente e hiere a un alumno de un instituto de Indiana durante un ejercicio. 17 de noviembre de 2022.

Todos estos incidentes se podrían haber evitado fácilmente.

El problema es que la propia naturaleza del trabajo policial está cambiando. Esos cambios han llevado a muchos policías bien entrenados a dejar sus puestos y aceptar trabajos en el sector privado o retirarse. El número de solicitantes para ocupar los puestos que quedan libres es cada vez menor. Los Cuerpos de Policía están contratando policías que habrían sido directamente descartados para el puesto hace cinco años, solo porque necesidad personas en la calle para acudir a los avisos. A medida que policías capaces y experimentados abandonan la profesión, son reemplazados por candidatos a policía sin entrenamiento y de peor calidad. Los Cuerpos de Policía pierden muchísima «memoria institucional» sobre buenas prácticas en entrenamientos cuando esos policías e instructores experimentados abandonan sus puestos.

La escasez de personal y los efectos de la COVID también han reducido el tiempo total de entrenamiento en la mayoría de Cuerpos de Policía. No hay tiempo para entrenar cuando todos los policías están haciendo turnos dobles solo para tener personal en la calle. Policías nombrados instructores a jornada completa suelen hacer turnos de patrulla en la calle para paliar la falta de personal. El entrenamiento es menos habitual y normalmente a toda prisa. Los instructores están menos experimentados. Instructores menos experimentados, policías aún menos experimentados (quién sabe a qué se tendrían que parecer los protocolos de seguridad) y cursos de formación impartidos a toda prisa desembocan en tragedias como esas citadas más arriba.

La única forma en que se pueden evitar estos incidentes es si los policías aprenden protocolos de seguridad adecuados para entrenamiento basado en supuestos y se niegan a participar en entrenamientos de su Cuerpo si no se cumplen esos protocolos. Eso requiere valentía, iniciativa y conocimiento. No tengo claro que vaya a pasar.

El problema lo resume mejor Julio Santiago:

«El liderazgo, como la valentía, no se consigue en ningún examen y no se aprende fácilmente. Es una cualidad que solo otros que posean la misma cualidad pueden evaluar y esos escasean. No hay suficientes líderes ahí fuera. Así que los jefes y los incompetentes elijen a aquellos más como ellos mismos, porque eso es lo que reconocen más fácilmente».

Hay una profunda crisis de liderazgo en nuestros actuales cuerpos policiales. Unos líderes ineptos generan unos policías ineptos que después toman decisiones ineptas. El ciclo continúa.

Puede que le esté hablando a una pared en este sentido, pero puedo facilitar algunos fuentes educativas para aquellos policías, instructores y líderes que sean lo suficientemente inteligentes como para afrontar nuestros actuales problemas.

Podemos empezar por tener mejores protocolos de registro para el entrenamiento de supuestos. Mi amigo Erick Gelhaus resume estos procedimientos en su artículo Entrenar con seguridad y sin hacer daño a nuestros alumnos [si quieres más artículos en español, suscríbete para motivarnos 😉].

De vez en cuando hay que utilizar armas reales para entrenar. Cuando eso sucede, ha de registrarse minuciosamente a todos los alumnos y no permitir munición real en la zona de entrenamiento. Las armas han de «neutralizarse» visual y físicamente para evitar que un cartucho real pueda entrar en la recámara del arma. Lee el artículo Nadie tiene que morir en un entrenamiento basado en supuestos de su cuerpo policial para ver un ejemplo de este proceso [lo dicho, si quieres más artículos en español, suscríbete para motivarnos 😉].

La solución más económica que utilizo consiste en entregarle a cada uno de mis alumnos un trozo de cuerda de color brillante. La cuerda se introduce por el cañón hasta que sale por el brocal del cargador, dejando 4 o 5cm de cuerda de color brillante en cada extremo para identificar claramente que las armas están «despejadas» en todo momento del entrenamiento. Esta práctica la aprendí hace más de 20 años de manos del gran instructor Ron Borsch en la Academia Regional de Policía de la Zona Sudeste S.E.A.L.E. (Southeast Area Law Enforcement Task Force). No es nada nuevo.

Si alguien quiere profundizar en este tema más de lo que desarrollan estos dos artículos, le sugiero la lectura del libro Training at the Speed of Life [entrenar a la velocidad de la vida], de Ken Murray. Incluso mejor sería hacer uno de los cursos de Ken. Yo hice uno de los cursos de entrenamiento en supuestos de Ken en 2003 y desde entonces utilizo sus protocolos de seguridad. Repito, no es nada nuevo.

Para aquellos que no vayan a leer el libro de Ken o asistir a uno de sus cursos, por lo menos que aprendan sus protocolos de seguridad. Después del incidente de agosto en el que un inspector retirado de la Policía Municipal de Washington DC dispara mortalmente a otro policía durante un entrenamiento en una biblioteca, Ken publicó un artículo con enlaces a todas sus buenas prácticas y listas de comprobación de seguridad para entrenamientos de supuestos.

No dejará de haber personas heridas o muertas hasta que todo el mundo conozca unos protocolos de seguridad adecuados y se niegue a participar en cursos de formación con prácticas de seguridad inadecuadas [como esta, por ejemplo].

Y para todos aquellos que no sean policías, cualquier instructor que desarrolle supuestos de fuerza contra fuerza en los cursos comerciales a los que asistas ha de seguir estas mismas prácticas. No mantengas económicamente a instructores que se niegan a tomarse en serio tu seguridad.

Y un último consejo.

Los policías que entrenan habitualmente le piden a sus amigos «tiradores» que hagan de figurantes en ejercicios de entrenamiento a gran escala. Ese papel de figurante resulta increíblemente peligroso dado pobre historial de la Policía en cuanto a seguridad. Yo rechazaría totalmente cualquier invitación para participar en ningún supuesto de entrenamiento de fuerza contra fuerza de cualquier Cuerpo de Policía. Tus amigos policías pueden tener buenas intenciones, pero la mayoría no tienen la formación adecuada para garantizar que no recibas un disparo. Di que «no».

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