Formación en combate cercano (CQB): contrasta en manos de quién te pones, porque cualquiera no vale, aunque a ti te lo parezca o él quiera parecerlo.

¿Te imaginas unos padres que mandan a su hijo a clases particulares de Matemáticas y el profesor le enseña que 2+2 son 5? Posiblemente no se den cuenta del error hasta que sea demasiado tarde y el niño ya haya suspendido la asignatura. Ahora imagínate lo mismo respecto a la formación en cuestiones como el combate con armas de fuego. Puede que cuando te des cuenta que las TTPs que te han enseñado no son precisamente lo mejor, ya sea demasiado tarde. Así que contrasta en manos de quién te pones, porque cualquiera no vale, aunque a ti te lo parezca o él quiera parecerlo.

Vamos con una analogía para explicarlo de otro modo. Cuando padeces alguna enfermedad lo normal es acudir al médico, porque se supone que es la persona que sabe de esas cosas y te podrá dar una solución adecuada. Ese médico posiblemente sea médico, no porque él lo diga, lo parezca o por su cara bonita ─que también puede ser─, sino porque cuenta con una formación, que además queda acreditada por uno o varios títulos y por el propio Colegio de Médicos al que pertenece. Eso no quiere decir que sea un buen médico, pero al menos garantiza que lo es y tiene un mínimo de formación. Si a eso le sumamos experiencia real practicando la Medicina, y además con buenos resultados, ya tenemos algunas pistas de cómo encontrar un buen médico en el que depositar nuestra confianza.

Pues ahora piensa en lo mismo respecto a un instructor o profesor de cualquier cosa. Hay vendehúmos tácticos y sectas tácticas por doquier. Y no es raro que se valgan del fraude en el currículum para sugestionar a potenciales clientes, que no alumnos, con su prostitución de la formación. Algunas veces cuentan historias para no dormir difíciles de contrastar, aunque a día de hoy ─con la capacidad de comunicación e información que proporciona Internet─ suele ser sencillo contrastar la información. .

20 veces un año de experiencia, no es lo mismo que 20 años de experiencia. Que pase el tiempo no implica adquirir experiencia.

En el caso de profesionales (tanto en activo como ya no) son sus propios compañeros ─o incluso otros─ los que te podrán confirmar o desmentir esas historias e informaciones. Merece la pena contrastar la información, porque si alguien tiene la poca vergüenza de mentirte sobre quién es y qué formación y/o experiencia tiene, a saber de qué otras formas te va a engañar. Te puedes encontrar tipos que dicen haber sido de tal o cual unidad, haber hecho tal o cual cosa, estado en tal o cual lugar; tipos que hablan mucho de sí mismos; tipos que se alargan en explicaciones llenas de palabrería inútil para algo muy sencillo. Primero, confirma que sea cierto, y segundo, no te dejes engañar por ello, porque «el hábito no hace al monje» (no sé si esto encaja bien aquí).

Los buenos conductores no son los que llevan 20 años conduciendo, sino los que conducen bien todos los días lleven 1, 5 o 20 años haciéndolo.

No es lo mismo ser buen tirador que tener un arma de fuego o ser militar o policía desde hace 20 años. Tampoco es lo mismo «haber hecho la mili» o ser «reservista voluntario», que ser o haber sido «profesional», por no hablar de los que cuentan cosas que no son ni fueron en su época (claro que ahora, pasados los años, es más difícil comprobarlo). Se puede aplicar aquello de «dime de lo que presumes y te diré de lo que careces». No creas que falla tanto. Los buenos de verdad no suelen presumir, sino que lo demuestran con algo más que palabras y no con excusas.

También están las modas, porque no veas la cantidad de «snipers» u «operadores» que aparecen cuando se estrena una película, hasta el punto convertirse en «snipers» u «operadores» solo por disparar con fusil a larga distancia o a corta distancia, sin siquiera llegar a demostrar ser buenos tiradores. En fin, que mucho cuidado con creerse lo que cuentan o te cuentan. Alguno vive del mito no contrastado, del «cría fama y échate a dormir», en plan «dicen que fue o era XXX».

Ahora imagínate lo mismo respecto a la formación en combate cercano (en inglés Close Quarters Battle o CQB), que parece que se ha puesto de moda. Supongo que cuando algo es novedad tiene el tirón propio de la novedad, algunas veces sin importar la utilidad práctica real para cada uno. Vaya por delante que no sé mucho ─ni pretendo que lo parezca─ sobre combate cercano, pero se trata de algo que viene de lejos y a mi me viene sonando desde hace unos 15 años, que me dio por buscar información sobre el asunto.

La cuestión es bien sencilla. Ten mucho cuidado a la hora de fiarte de las invenciones de alguien, si verdaderamente pretendes aprender algo que pueda servirte en la realidad.

Muchas veces 20, 30 o 40 años de experiencia no son más que 20, 30 o 40 veces 1 año de experiencia en hacer siempre lo mismo, igual de mal, o de la misma forma que hace 20, 30 o 40 años, y en otra materia que nada tiene que ver con CQB. Contrasta la información y evita el fraude en el currículum. Busca alguien que tenga 1, 3, 5, o los años que sean, pero de verdadera formación y experiencia en la materia correspondiente, y no cualquier otra.

Evidentemente no iban a tardar en surgir vendehúmos en esta materia, como pasa con cualquier otra. Mientras uno sepa «separar la paja del trigo» no tiene por qué pasar nada. El problema es cuando uno se pone en manos de quien no debiera, puede que sin saberlo, e incluso sin llegar a saberlo nunca. Pero hay veces en las que desgraciadamente se descubre más pronto que tarde, en el propio curso, por un accidente.

Gran imagen sobre qué no hacer jamás con una arma de fuego.

Por poner un ejemplo, eso mismo pasó en 2012, concretamente el domingo 4 de noviembre, en EE.UU., con un tal Sonny Puzikas, conocido no precisamente por su buena reputación como instructor o tirador. Sencillamente, el Sr. Puzikas, instructor titular del curso de CQB que se impartía, le disparó accidentalmente a su propio instructor adjunto. Afortunadamente no acabó en tragedia y el herido sobrevivió tras ser evacuado en helicóptero. Más de uno vino a decir que se trataba de la «crónica de una muerte anunciada», teniendo en cuenta el temerario estilo característico en el manejo de las armas de este hombre. De ahí la importancia de saber elegir instructor ─de CQB o lo que sea─.

El gran Sonny Puzikas, famoso por hacer el tonto hasta el punto de dispararle por negligencia a uno de sus ayudantes. Aquí se le puede ver haciendo lo que llevó a retirar un vídeo que grabó con Panteao.

En resumen, hay algunas «pistas» o «banderas rojas» que se pueden llegar a percibir cuando se busca a una persona en la que confiar para recibir cualquier tipo de formación. Si estás atento y eres sensato, no deberías tener problemas para detectarlas. Así que contrasta en manos de quién te pones, porque cualquiera no vale, aunque a ti te lo parezca o él quiera parecerlo.

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