Hace unos días (23 de agosto de 2024) volvimos a lanzar una encuesta respecto a la pregunta ¿debería exigirse la superación de una prueba de nivel periódica a todo profesional que porte un arma de fuego? Los resultados de la nueva encuesta no son demasiado significativos (solo 66 respuestas), pero asumiremos que son extrapolables a una población más numerosa. Desde luego, demuestran que estamos de acuerdo en que sí, con un 97% (64 de un total de 66) de los votos en ese sentido. Sorprendente y anecdóticamente, la opción contraria –el no–, también ha estado presente, con un 3% (2) de los votos. En cuanto al sí, existían tres opciones, según el matiz, como ahora veremos. Esto no hace más que plantear otra cuestión fundamental: ¿por qué no se traslada a la práctica y cómo podría hacerse?.
Afortunadamente, no hay ningún voto en la opción «Si, pero de un nivel muy bajo para favorecer su superación», algo que sería ridículo. Si tan bajo es el nivel que lo supera todo el mundo, es como si no existiera nivel, y no es ese el objetivo, sino acreditar un mínimo de competencia que favorezca la seguridad. Pero el meollo de la cuestión está en las otras dos opciones respecto al si.
Por un lado, el 36,4% (24) de los votos son para la opción «Si, de un nivel suficiente para acreditar su competencia», mientras que el 60,6% (40) son para la opción «Si, y además de un nivel alto por lo que ello supone, de forma que no superarla implique la retirada del arma de fuego y un importante complemento económico». La diferencia radica en que aún estando de acuerdo en que debería exigirse la superación de una prueba de nivel periódica a todo profesional que porte un arma de fuego, la mayoría consideran que la prueba a exigir sea de un nivel alto que acarree la retirada del arma y una pérdida económica, y no una mera prueba de un nivel suficiente para acreditar su competencia.
Si pensamos en una analogía, sería como si a un conductor de un autobús escolar o un piloto de transporte de líneas aéreas se le exige superar una prueba que acredite su competencia, pero si no la supera tampoco pasa nada y puede continuar conduciendo o pilotando. No le vamos a quitar el carné o licencia. En el caso de sufrir un accidente mientras en ese autobús o avión viajas tú mismo, o alguno de los tuyos, o todas personas desconocidas, ¿qué se te pasaría por la cabeza? ¿podría haberse evitado el accidente si al conductor o piloto no se le hubiera permitido conducir o pilotar sin haber superado la prueba?
Puede que los resultados de la encuesta no se ajusten exactamente a la opinión general en este sentido. Por nuestra parte, la intención de esta encuesta es clara. Se trata de comprobar si estamos todos de acuerdo en que portar un arma de fuego requiere un mínimo de competencia, tanto para poder llevarla con seguridad para propios y extraños, como para llegado el caso estar en disposición de utilizarla con seguridad para todos, de forma que cualquier otro no corra más peligro que la propia amenaza (piensa en balas perdidas por fallar el blanco y en la tasa de impactos en algunos cuerpos de policía).
Vale, no es fácil. No se proporcionan los medios, son escasos, existen muchas complicaciones, no sobra el tiempo, etc. Pero, en la vida real no sirven las excusas, ni te eximen de responsabilidad. Superar una estúpida prueba de nivel no te va a garantizar nada, no va a suponer que le des al blanco, no va a asegurarte que no haya balas perdidas y daños colaterales, pero te pondrá en mejor situación que en el caso de no superarla. En realidad, no se trata de superar dicha prueba, sino de acreditar un mínimo de competencia, en base a unos estándares de rendimiento, que te ofrezcan cierta garantía de seguridad al portar y utilizar el arma de fuego. Siempre será mejor suspender el examen de la calle habiéndolo intentado, que no sin haber estudiado siquiera un poco.
Así que no nos cuelgues de los pulgares por decir que «el que no acredite un mínimo de competencia no podrá llevar pistola, igual que no podrá conducir si no tiene el carné, y por ello verá reducidas sus retribuciones». A nosotros no nos parece descabellado, aunque sí algo utópico. No estamos dispuestos ni preparados para imponer tal exigencia y llevarla a la práctica.
Ello implicaría que solo quienes acreditaran un mínimo de competencia podrían portar un arma de fuego (al igual que conducir un autobús escolar o pilotar un avión de pasajeros). De este modo, podríamos encontrarnos policías patrullando la calle sin arma de fuego, o con arma de fuego, según demuestren ser competentes o no, además de recibir o no un complemento económico por portar un arma de fuego.
Puede sonar raro, pero no es nada nuevo. En Inglaterra hay policías con arma de fuego y policías sin arma de fuego. En el ámbito privado hay vigilantes de seguridad sin arma de fuego y vigilantes de seguridad con arma de fuego.
Tal exigencia podría incentivar y motivar a los profesionales para alcanzar y mantener un mínimo de competencia con el arma de fuego que porten. Está claro que eso requeriría además facilitar los recursos necesarios, con el coste que ellos supone. La solución sería compleja, pero ¿se trata de algo descabellado exigir un mínimo nivel de competencia a todo profesional para poder portar un arma de fuego y pagarle en consecuencia?
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