“Me gustaría que Francia tuviese dos ejércitos; uno para la farsa, con cañones y carros relucientes, soldaditos, fanfarrias, estados mayores, distinguidos generales ya un poco chochos, y gentiles oficiales que se interesasen por el pipí de su general o por las hemorroides de su coronel. Un ejército que sería exhibido por cuatro chavales en cualquier feria. El otro sería un ejército serio, estaría compuesto solamente por jóvenes superentrenados, esforzados, vestidos con atuendos de camuflaje, que no se les vería dando la nota por las ciudades y a los que se les exigiría sin cesar un esfuerzo imposible y se les enseñarían todos los trucos de la guerra. Con este ejército es con el que quiero combatir.»
Jean Lartéguy
Uuufff, pues me parece que cada vez se decanta más la cosa por el «ejército de espectáculos». Eso sí, luego en momentos de crisis, queremos que se esté preparado al 100%.
Un saludo
es muy sencillo de saber, vete por las armerías de las unidades y comprueba como está el armamento (en la mayoría de ellas es imposible que te dejen añadir nada) eso si para el desfile del viernes limpita de pertrechos pero el lunes para el tiro el visor homologado a la distancia correcta.
En España tenemos esos dos ejércitos, sin duda.
La pena es que, por desgracia, cada día que pasa crece el del Estado Mayor que juega a mover sobre un papel cuerpos de ejército inexistentes, «las fanfarrias, el pipí del general y la hemorroide del coronel»; y de manera directamente proporcional, se reduce el de los aguerridos soldados que toda persona de bien desea para la defensa de los intereses de España y los españoles.
Triste, pero cierto.