En abril de 2017 esta tremenda bomba saltó a los medios de comunicaciones después de que se lanzara en Afganistán. Lo cierto es que las cifras son impresionantes ─en comparación con las bombas convencionales habitualmente más pequeñas─, pero nada del otro mundo en cuanto a potencia destructiva si se compara con bombas no convencionales. La ventaja de esta «bombaza» es que resulta bastante económica (menos de 180.000 euros) para el zambombazo que le pega al enemigo.
La MOAB es una de las bombas no nucleares más grandes de EE.UU. La ‘más grande’ según cómo se defina.
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