La habilidad en el tiro es algo que no solo se puede medir y evaluar, sino que resulta imprescindible hacerlo para no engañarse a uno mismo ni a los demás. Por un lado tiempo y distancia, y por otro lado impactos y blancos, son las variables que definen el rendimiento de un tirador y, por tanto, su nivel de habilidad. Cualquier persona en disposición de hacer uso de un arma de fuego, y muy especialmente los profesionales armados (bien sean militares, policías, escoltas, o vigilantes de seguridad privada, etc.), ha de entrenar para alcanzar y mantener un alto nivel de habilidad, y no hay excusas que valgan, porque el día de la verdad de poco van a servir (es que…, pero…, yo no sabía…, la realidad es…, a mi me dijeron que…, blablabla). En fin, mejor que nos lo explique alguien como Tom Givens, que conoce de buena tinta el problema y al menos parte de la solución.
(Este artículo es una traducción de su original en inglés, escrito por Tom Givens y publicado en el boletín mensual de RangeMaster Firearms Training Services [servicios de formación con armas de fuego RangeMaster] en su número de noviembre del año 2016. RangeMaster tiene por lema Defensive Tactics for the Real World [tácticas defensivas para el mundo real]. La traducción y publicación de este artículo cuenta con la autorización de su autor)
Entrena como si tu vida dependiera de ello
Por Tom Givens.
La habilidad en el tiro, particularmente con pistola, resulta perecedera. A una formación inicial adecuada ha de seguirle un entrenamiento regular de mantenimiento para tener cierta esperanza de lograr un sólido rendimiento en condiciones de alto estrés. Veamos un par de ejemplos del mundo de la formación policial. Sí, soy consciente de que no todo el mundo es policía, pero los cuerpos de policía realizan el seguimiento de estas cosas y la información se encuentra disponible para nosotros.
La Policía de Nueva York [New York Police Department (NYPD)] hace que sus policías disparen 50 cartuchos dos al año, lo que suma un total de 100 disparos al año. Parte de la prueba de evaluación ni siquiera se cronometra. El blanco tipo silueta que utilizan para la prueba es enorme, con una zona de puntuación realmente sobredimensionada.
[NOTA DEL TRADUCTOR: en EE.UU. los Cuerpos de Policía suelen contar con una prueba de evaluación que han de superar todos los policías habitualmente una vez al año para acreditar su competencia en el manejo y uso de la pistola.]
Año tras año, la tasa de impactos en la calle se encuentra entre el 10 y el 20%.
[NOTA DEL TRADUCTOR: esta tasa de impactos se refiere al número de disparos que impactan sobre el blanco en enfrentamientos reales en la calle; es decir, que, en este caso, de cada 10 disparos únicamente 1 o 2 impactan sobre el blanco y 8 o 9 van a parar a otra parte, con el peligro que ello supone; este peligro resulta mucho mayor que el de cualquier posible sobrepenetración o rebote, dado que esos disparos podrían impactar directamente sobre cualquier transeúnte.]
Hubo un año en que los policías de Nueva York realizaron 1.293 disparos en las calles de la ciudad para impactar sobre 64 sospechosos y 11 inocentes transeúntes. Tal rendimiento resulta bastante pésimo.
En la ciudad de Los Ángeles, por el contrario, los policías tienen que disparar cada dos meses (un mes sí y otro no). En su prueba de evaluación se utiliza un blanco más pequeño y existen unos límites de tiempo razonables [la prueba es cronometrada], que se aplican estrictamente mediante siluetas giratorias que desaparecen cuando se agota el límite de tiempo establecido. La tasa de impactos de todo el Cuerpo de Policía de Los Ángeles [Los Angeles Police Department (LAPD)] en su conjunto es de un 55%. La División Metropolitana [Metropolitan Division] de la Policía de Los Ángeles, que se centra aún más en el entrenamiento con armas de fuego, cuenta con una tasa de impactos de un 85%. ¿Coincidencia?
Observa que se dan dos de los elementos clave para que un entrenamiento resulte relevante. Sin un estándar adecuado en cuanto a precisión, no podemos saber si impactamos lo suficientemente bien sobre el blanco. Sin un estándar adecuado en cuanto a tiempo, no podemos saber si impactamos lo suficientemente pronto sobre el blanco. Esto nos predispone al fracaso.
Supongamos que disponemos de un blanco tipo silueta que incluye un círculo de 20cm [8 pulgadas] de diámetro en la zona del pecho para simular la zona vital de una amenaza, y que este blanco se encuentra a 4 metros y medio [5 yardas] de distancia, típica distancia de un enfrentamiento armado en el ámbito civil. El ejercicio a realizar consiste en extraer el arma de su funda oculta e impactar sobre dicho círculo con tres disparos. Tenemos dos tiradores que realizan el ejercicio. Ambos tiradores colocan los tres impactos dentro de la «zona vital», por lo que se trata de lo mismo, ¿verdad? ¿El resultado es lo suficientemente bueno?
La diferencia se encuentra en que el Tirador A realizó esos 3 impactos en 1,8 segundos, mientras que al Tirador B eso mismo le llevó 3,5 segundos. Sin duda el Tirador A es mejor tirador. Si el Tirador B se toma en serio la autodefensa, se esforzará por convertirse en un mejor tirador, lo cual en este caso quiere decir ser más rápido, de forma que tenga una posibilidad realista de impactar sobre una amenaza antes de que ésta pueda darle primero a él mismo al tratar de defenderse durante un enfrentamiento armado.
Sin un blanco de dimensiones razonables (en este caso el círculo de 20cm de diámetro) y sin una medición del tiempo (cronómetro/temporizador), no hay manera de evaluar la habilidad, cuantificar los avances o diagnosticar y corregir los errores. El modelo de enseñanza para adultos consiste en Explicar, Demostrar, Practicar y Evaluar. Sin evaluación no se puede medir el aprendizaje, y eso es como si te dedicas sencillamente a la masturbación balística [ballistic masturbation].
[NOTA DEL TRADUCTOR: la masturbación balística se puede definir como un seudodeporte que consiste en disparar por disparar, sin alcanzar un blanco en concreto, y sin utilidad práctica desde el punto de vista del combate con armas de fuego; en resumen, disparar por disparar, quemar munición. Puede que eso te haga sentir mejor a corto plazo, pero así no consigues nada. Por lo tanto, cuando entrenamos o practicamos, tenemos que evaluarnos, para saber dónde nos encontramos, hacia dónde tenemos que ir y lo cerca que estamos de conseguirlo.]
Los ejercicios o recorridos de tiro evaluables desempeñan varias funciones importantes y resultan vitales para desarrollarse como tirador defensivo. Aquí tienes algunas de las razones por las que resultan importantes.
- Necesitamos disponer de una visión objetiva de la habilidad del alumno tirador y no de un punto de vista subjetivo. El blanco y el cronómetro no mienten.
- Podemos comparar el rendimiento del alumno tirador respecto a un estándar histórico establecido a partir de las mediciones del rendimiento de otros alumnos tiradores que le precedieron. De este modo sabemos si tenemos que mejorar o podemos continuar adelante.
- Podemos cuantificar y realizar el seguimiento de los avances con precisión, algo que resulta esencial para desarrollar la habilidad.
- Podemos inculcar lo relativo al ritmo necesario para disparar con la cadencia de fuego adecuada según varía el tamaño del blanco o la distancia al mismo.
- Podemos acostumbrar al alumno tirador a actuar bajo presión.
- Podemos ayudar al alumno tirador a adquirir confianza en uno mismo. Si no se mide la habilidad se adquiere falsa confianza. Los alumnos tiradores siempre se creen que lo están haciendo mejor de lo que realmente lo están haciendo. En realidad, la evaluación, e incorporar tanto la precisión como la velocidad en la misma, demuestra el auténtico nivel de habilidad y permite adquirir una auténtica confianza en uno mismo.
- El entrenamiento y la práctica desarrollan la habilidad. La habilidad genera confianza en uno mismo. La confianza en uno mismo conlleva sangre fría. La sangre fría evita el pánico. Así es como se gana un combate.
En el momento de máximo estrés de un enfrentamiento armado real, la habilidad se degrada. Sin embargo, cuanto mayor sea la habilidad de la que uno dispone, menor será la habilidad que vaya a perder (ver el apartado número 7 citado anteriormente). Cuanto menor sea la habilidad de la que uno dispone, mayor será la habilidad que vaya a perder bajo presión. Es por ello que «lo suficientemente bueno» no es suficientemente bueno. Además, la Madre de la retención de cualquier habilidad física bajo presión es la repetición estructurada. Para disponer de una mayor habilidad, uno tiene que practicar más (repetición estructurada). Me he entrevistado con varias personas después de que se vieran envueltas en un enfrentamiento armado y ninguna de ellas me ha dicho nunca que «cuando las balas empezaron a venir a hacia mi me hubiera gustado no haber entrenado tanto».
A modo de ejemplo, uno de nuestros alumnos tiradores, al que llamaremos Juan, ha realizado varios cursos con nosotros, incluido el curso de formación como instructor [Instructor Development Course]. En ese curso se les exigen a los alumnos tiradores unos altos estándares de precisión y velocidad, y aquellos que no logran alcanzar las puntuaciones exigidas no reciben certificado de superación del curso. El pasado mes de enero, Juan se vio obligado a disparar contra una persona en condiciones de alto estrés, incluido el hecho de haber sido totalmente sorprendido por la situación. Juan realizó cuatro disparos y consiguió impactar cuatro veces en el pecho de esa persona, poniendo fin a la amenaza que presentaba para él y su familia. Ese es el objetivo del entrenamiento.
Antes de formar parte de RangeMaster a tiempo completo en 1996 Tom Givens trabajó durante 25 años como policía y especialista en seguridad.
Durante más de 35 años Tom ha participado en la enseñanza de las armas de fuego. Ha formado tanto a vigilantes de seguridad como a policías a nivel nacional, autonómico y local así como policías extranjeros.
Tom ha llevado a cabo cientos de detenciones, entre las que se incluyen numerosas detenciones de delincuentes armados, y ha utilizado con éxito una pistola para defenderse a sí mismo y a otros frente a criminales armados. Tom diseña y supervisa todos los cursos de formación en RangeMaster y es el principal instructor de los cursos de pistola nivel 3-5 y cursos especializados. Además de los cursos en Florida (actual sede de RangeMaster desde 2018) Tom enseña durante todo el año en otros lugares a lo largo y ancho de los Estados Unidos.
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