Parece que se podría establecer una relación directamente proporcional entre el número de acciones en combate y el número de condecoraciones concedidas por valor en combate. Teniendo en cuenta la cifra récord de operaciones en las que participan las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses cabe esperar que sus miembros se hagan acreedores de un gran número de condecoraciones, porque los guerreros son así y demuestran su valor en combate. El problema, si es que es un problema, es que el carácter reservado de muchas de esas operaciones impide que se hagan públicos los nombres de los condecorados y los hechos por los que se han hecho acreedores de tal distinción.
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