En el mundo del combate con armas de fuego no es fácil encontrar verdaderos maestros. Son más los falsos profetas o doctores liendres ─también vendehúmos─, que consciente o inconscientemente padecen el efecto Dunning-Kruger, que existe como tal (lee más abajo la definición). Se creen maestros por obra y gracia de la divinidad, ya que su experiencia y conocimientos suelen ser más bien «escasitos» ─prácticamente nulos─, pero un buen ego y suficiente prepotencia les impiden ver la realidad.
- Leer uno o mil libros no convierte a nadie en experto, ni mucho menos en maestro. Ni siquiera escribirlos. ¡Cuántos pésimos escritores existen!
- Superar uno o mil cursos, por «especiales» que sean, tanto si son en España, como en EE.UU., en Polonia, o en Kurdistán, no convierte a nadie en experto, ni mucho menos en maestro. Ni siquiera impartir muchos cursos durante muchos años. ¡Cuántos pésimos profesores existen!
- Vivir una o mil experiencias reales en combate, por muy cercanas a la muerte que sean, no convierte a nadie en experto, ni mucho menos en maestro.
- Competir en uno o mil campeonatos deportivos, por «importantes» que estos sean, no convierte a nadie en experto, ni mucho menos en maestro, ni siquiera ganándolos.
- Pasar uno o mil años en una unidad, por «especial» que sea, haciendo lo mismo, por «peligroso» que sea, no convierte a nadie en experto, ni mucho menos en maestro.
¡Mucho cuidado que las apariencias engañan! Para ser un auténtico maestro no basta con parecerlo. Puede que «en el Reino de los Ciegos el Tuerto sea el Rey», pero en la vida real NO.
Y lo peor de todo es que en el combate con armas de fuego ponerse en manos de un falso profeta, doctor liendre, o vendehúmos, supone una desventaja táctica importante, ya que muy posiblemente las tácticas, técnicas y procedimientos (TTPs) que enseñe no sean las más eficaces y hayan quedado obsoletas, o incluso ni siquiera hayan llegado a estar vigentes en ningún momento. Y esa desventaja táctica que podría parecer una tontería, implica asumir más riesgo del necesario, exponerse más a una derrota que podría suponer perder la propia vida, por no aplicar las tácticas, técnicas y procedimientos (TTPs) más actuales y vigentes, que serán las más eficaces en combate, y que un auténtico maestro tiene que conocer, practicar y enseñar.
Si en una competición entre colegas participa alguien de otro país, el ganador no se convierte automáticamente en campeón del mundo, sino en campeón del grupo de colegas.
En realidad, el falsoprofetismo o doctorliendrismo o vendehumismo no es algo exclusivo de la Cultura española, sino más bien algo propio de nuestra propia naturaleza humana, y no entiende de fronteras. Tenemos este tipo de personas tanto aquí como en EE.UU., o en cualquier otro país, independientemente de la raza, cultura, sexo, religión, ideología.
Aquellos que padecen falsoprofetismo o doctorliendrismo o vendehumismo sufren lo que se llama efecto Dunning-Kruger, que se define como:
«Una desviación cognitiva en la que individuos no cualificados sufren de superioridad ilusoria, calificando erróneamente su aptitud como muy superior a la media. Esta desviación se atribuye a la incapacidad cognitiva de los no cualificados para reconocer sus errores».
«Las personas tienden a mantener visiones excesivamente favorables de sus propias habilidades en muchos campos intelectuales y sociales. Los autores sugieren que esta sobrestimación se produce, en parte, porque las personas que no están cualificadas en dichos campos soportan una doble carga: no solo estas personas alcanzan conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les priva de la habilidad metacognitiva de percatarse de ello».
DUNNING, David; KRUGER, Justin. Journal of Personality and Social Psychology, 1999, Vol 77 No.6, 1121-1134.
Obviamente, eso mismo les impide darse por aludidos y tienden a pensar que cualquiera que les cuestione es el que está equivocado, y no ellos que son los que han visto la luz. Por supuesto, difícilmente se ve a este tipo de personas demostrando otra cosa que no sea el uso de la Lengua de forma grandilocuente.
¿Y tú? ¿conoces algún Dunning-Kruger, falso profeta, doctor liendres o vendehúmos? ¿estás seguro que aquel en el que depositas tu confianza para aprender de él realmente sabe de lo que habla? ¿te han engañado alguna vez con historias para no dormir? ¡Que no te dé vergüenza reconocerlo y contarlo!
.
Dios! Cada vez estoy más convencido de que la humildad es uno de los componentes básicos de la «,PIEDRA FILOSOFAL» en esta vida, y por cierto, yo también me doy por aludido.continúo pensando que es un magnífico artículo. Saludos.
Joan, muchas gracias por tu comentario.
Dices que perteneces al gabinete psicopedagógico de un cuerpo policial. Perdóname por mi ignorancia pero hasta la fecha no sabía que tal cosa existiera; ni siquiera sé si se trata de algo habitual o algo excepcional y por tanto el cuerpo policial para el que trabajas sería muy afortunado por ser de los pocos que cuentan con un gabinete psicopedagógico. ¿Supongo bien al pensar que tal gabinete psicopedagógico se ubica en una Escuela o Academia de Policía?
Respecto a lo que comentas, quizás me haya explicado mal, pero realmente mi opinión es la misma.
Por un lado considero que el haberse visto sometido a una experiencia real de combate permite conocer de primera mano lo que es el combate y por tanto acredita en modo alguno (sólo un poco si cabe) para hablar con mayor propiedad (algo más que otros sin haber vivido tal experiencia, lo que tampoco quiere decir que se convierta en experto por vivir tal experiencia) sobre lo que es el combate.
Y digo que «le acredita en modo alguno para hablar con mayor propiedad sobre lo que es el combate», no digo que se convierta en ningún experto, ni que a partir de ahora todo lo que diga sea una verdad absoluta, ni siquiera que sus conclusiones sean correctas.
No sé si me explico. De verdad que lo siento si mis palabras resultan un tanto confusas.
Por otra parte, el motivo de unir Dunnin y Kruger para formar el calificativo Dunning-Kruger supongo que se debe únicamente a su trabajo conjunto. Digo supongo porque el término no lo he inventado yo y como tal lo he copiado, ya que así consta en algunos documentos y artículos que puedes encontrar fácilmente utilizando el maravilloso buscador Google. En ningún momento considero que se trata de la misma persona, de hecho, si lees el pie del párrafo correspondiente podrás leer «DUNNING, David; KRUGER, Justin. Journal of Personality and Social Psychology, 1999, Vol 77 No.6, 1121-1134.». Asimismo, te agradecería que me indicaras en qué respuestas a los lectores parece que considero que Dunning y Kruger son la misma persona, porque no he logrado identificar tales respuestas y me gustaría corregir tales comentarios para enmendar mi error.
No sé sobre qué versaba concretamente tu tesis aunque me gustaría poder leerla, que seguro que resulta muy interesante.
En cuanto a los individuos objeto de estudio por parte de Dunning y Kruger y su trabajo al respecto quizás haya utilizado fuentes de información erróneas, ya que éstas dicen: «Los investigadores quisieron probar estas hipótesis en sujetos humanos, estudiantes de la universidad de Cornell, que estaban matriculados en varias carreras de psicología.» Supongo que esos estudiantes tendrían «capacidad para leer y entender y formación suficiente» sin que ello los dejara excluidos del estudio ¿no?
La información que he manejado para este artículo procede de enlaces tales como los siguientes. Puedes echar un vistazo si quieres, aunque supongo que después de haber realizado una tesis sobre este asunto conocerás sobradamente la información recogida en dichos enlaces. No obstante, me soprende tu comentario porque no parece corresponderse con lo que yo he entendido tras leer esta información. ¿Estamos hablando del mismo Dunning-Kruger?
http://www.dreig.eu/caparazon/2013/01/17/la-humildad-de-los-genios/
http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Dunning-Kruger
(traducción al español del enlace en inglés http://en.wikipedia.org/wiki/Dunning%E2%80%93Kruger_effect)
http://rationalwiki.org/wiki/Dunning-Kruger_effect
http://www.fogonazos.es/2007/06/autoestima-y-estupidez-el-efecto.html
http://www.standalone-sysadmin.com/blog/2013/02/the-impostor-effect-vs-dunning-kruger/
http://prodavinci.com/blogs/el-efecto-dunning-kruger-porque-las-personas-incompetentes-no-saben-que-lo-son-por-jeremy-dean/
http://manuelgross.bligoo.com/20121205-gente-toxica-el-sindrome-de-dunning-kruger-de-los-que-se-creen-superiores
Por último, te confirmo que observas bien y al final del artículo recojo que «Y ahora el que se dé por aludido que reflexione al respecto. ¡Él sabrá los motivos que tiene para ello!» Lo que no observas es que yo me doy por aludido y no tengo ningún reparo en admitirlo: mi incompetencia me impide reconocer la competencia de los demás. Lo que no sé es si otros como yo se habrán dado por aludidos. Sería el primer paso para intentar llegar a ser competentes en algo. Primero hay que reconocer lo incompetentes que somos.
Lo dicho, muchas gracias por tu comentario/crítica/opinión.
Estimado Sr Tierno.
Pertenezco al gabinete psicopedagógico de un cuerpo policial y leí su artículo anterior “Palabras de un infante de marina ex-combatiente en Afganistán” donde usted decía: “No se trata de ninguna suerte que una persona cuente en su haber con tal experiencia real en combate pero cuando se sale airoso de tal situación SIN DUDA PASA A CONSTITUIR ALGO RESEÑABLE EN LA VIDA DE UNA PERSONA Y LE ACREDITA EN MODO ALGUNO PARA HABLAR CON MAYOR PROPIEDAD SOBRE LO QUE ES EL COMBATE”.
Ahora leo este otro artículo y observo que ha cambiado su opinión en breve espacio de tiempo.
Por otro lado realice mi tesis sobre el trabajo de los doctores Justin Kruger y David Dunning, a los cuales parece que usted cree que son una única persona, por las respuestas que les da a los lectores de su blog.
Creo que se a equivocado al analizar el trabajo de Kruger y Dunning en la universidad Cornell, ya que su estudio se basaba en “personas con escasos conocimientos”. Lo que usted define como individuos NO CUALIFCADOS. El rango de personas en el estudio abarcaba incluso a personas con problemas en la comprensión de la lectura. Con lo que cualquier persona con capacidad para leer y entender y formación suficiente, aunque esta sea básica estaría fuera del ámbito del trabajo de Kruger y Dunning.
Así mismo observo que en la parte final de su artículo usted lo dirige a “quienes se sientan aludidos”, lo que en psicología se interpreta de una forma poco recomendable para usted.
Creo que se ha quedado en la superficie del estudio sobre el síndrome o efecto Dunning- Kruger, el cual abarca aspectos mucho más importantes. Le recomendaríamos desde este gabinete que profundice sobre el segundo aspecto del sindrome, “Individuos incompetentes incapaces de reconocer las habilidades de los demás”.
Atentamente.
J. Grao
Academias, escuelas o centros de formación puede haber muchos, como dices, pero el problema es que quiénes habitan en los mismos. Habitualmente no es fácil encontrar información sobre los instructores que imparten los cursos y su currículum parece un secreto, como si tuvieran algo que ocultar o poco que ofrecer. El currículum no dice mucho de una persona y su capacidad, pero el mantenerlo como algo secreto, o incluso mentir o vender motos en el mismo, es una pista.
Muchas gracias por tus sabias palabras. No podría estar más de acuerdo contigo. Sinceramente, cuando alguien demuestra la humildad suficiente como para reconocer que «no lo sabe» estamos frente a un potencial maestro, ya tiene algo de lo necesario para llegar a que otros lo consideren maestro, aunque esa misma humildad le impedirá considerarse jamás a sí mismo como maestro, lo cual no hace más que reiterar su humildad.
Muchas gracias por tu comentario, Manuel.
Eso es, perseverancia, no había pensado en ello. Sin duda la perseverancia es el camino. No será suficiente pero es el buen camino.
Creo que loque Jorge nos esta queriendo decir, es que con la perseverancia en primer lugar , sumando todo lo dicho en cuanto a lectura de libros , cursos, experiencia real más esa buena dosis de humildad que a muchos nos hace falta, se puede llegar a convertir uno en buen instructor. La maestría aparece innatamente… Muy buen artïculo señor Jorge.
Solo existe un maestro, le llaman el maestro Yoda. jeje bromas a parte, que este hilo puede ser muy polemico.
En el ultimo recuento que hice de academias españolas privadas habia 21 academias con sus respectivos Dunner-Kruger y maestro/s.
Soy de los que si cree que hay magnificos instructores (no voy a decir maestros) muy capacitados y con todo lo necesario para ser maestros. Pero es cierto que la fama es mala por que si de 21 acadamias puede que 1 o 2 valgan la pena.
En mi opinión hay que tener de todo lo que se dice arriba y más, y muchos considerados maestros no tienen alguno de esos requisitos.
No olvidemos que la gran mayoria de Instructores en este pais enseñan a que no te mates o mates al de al lado y luego… si eso, te enseñan lo demas.
Magnifica entrada, ya se ha dicho mucho en los otros comentarios. Un poco negativa aunque muy realista.
Uffff…. ¡cuanto podríamos seguir elucubrando sobre el asunto!
Creo que en España tenemos (hemos tenido) algún buen profesor (que no maestro) sobre alguna materia concreta. También creo que en demasiadas ocasiones se les ha conferido un prestigio desmesurado (porque como decíamos antes, en el reino de los ciegos el tuerto es el rey) que a alguno de ellos le ha hecho padecer el «sindrome de la estrella de rock» (y éste me lo he inventado yo, pero creo que todo el mundo lo va a entender).
Yo entiendo que todos tenemos que comer y que además algunos comen exclusivamente de eso, pero es una pena que profesen esas actitudes agresivas que intentan anular los aportes de otros, creando a su alrededor verdaderas hordas de hooligans y que, en algo que debería ser tan admirable como que un individuo busque la sabiduría y la experiencia bebiendo de tantas fuentes de conocimiento como su voluntad y su economía le permitan (dado que la mayoría de las veces va a ser esta inquietud fruto de un esfuerzo individual y no porque su institución le favorezca el acceso a esas fuentes), ejerzan el «estás conmigo o contra mi» o el «no te ajunto si no llevas tal arma, tal funda o tal accesorio»
¿Dónde está la humildad del que te sugiere que pruebes sus propuestas, que mires si te funcionan en las condiciones que habrás de emplearlas o que te propone que amplíes tus horizontes de conocimiento agregando más herramientas a tu baul de recursos para utilizar cuando fuere necesario? Debo estar volviendome viejo… pero llega un momento en el que agradeces nobleza y caballerosidad y que te apetece estar fuera de esos circuitos en los que unos se tiran trastos a la cabeza de otros intentando desacreditar a los que no son de «su grupo».
Y todo esto me lleva a una conclusión… AL FINAL EL VERDADERO MAESTRO ESTA DENTRO DE TI.
Haberlos haylos, el problema es encontrarlos. Pero indudablemente los hay, aunque no son tantos como parece.
Parece que una seña de identidad de los verdaderos expertos o maestros es no considerarse a sí mismos como tales, es decir, demostrar una gran humildad y considerarse siempre alumnos que no todo lo saben. Ello sólo es posible con un ego comedido.
También son capaces de decir «no lo sé» ante una pregunta sobre la que no tienen respuesta. Los Dunner-Kruger no tienen el más mínimo reparo en inventarse la respuesta (esto he podido presenciarlo en alguna ocasión, lo que resulta bastante bochornoso).
Creo que ser experto o maestro no es un título que se pueda ganar sino algo que se tiene que demostrar a diario.
Pues uno se convierte en experto o maestro cuando realmente así es.
Lo que quiero decir con esto es que simplemente libros, años, cursos, campeonatos, repeticiones, …, no son suficientes. Todo suma pero por sí mismo no es suficiente, ni siquiera necesario diría yo, y es la propia persona la que marca la diferencia. Habrá quien por mucho que haga jamás llegue a poder considerarse un experto o maestro, simplemente porque le faltará algo, que puede que sea lo más importante, una serie de cualidades y aptitudes que no todos tienen ni pueden tener.
Todo suma, todo cuenta, pero no se puede decir que alguien se vaya a convertir automáticamente en experto o maestro simplemente porque tenga el Síndrome de Diógenes y acumule libros, cursos, campeonatos, años, …
Una cosa más, esto de los expertos es como la bruxas, existir no existen, pero haberlos haylos (no se si se escribe así)…
Bueno, ¿entonces, cuando se convierte uno en experto o maestro?, si ni mil repeticiones, mil campeonatos, años en Unidades Especiales, etc, etc, lo hacen. Para mí el experto se hace, con todo lo que se ha negado anteriormente, no solo leyendo libros por supuesto, no solo asistiendo a cursillos por supuesto, pero la experiencia, lo aprendido en academias, cursos, artículos como éste , te van convirtiendo, ¿no?, es mi pregunta, ¿entonces, cuando?…Un abrazo mi Capitán.
Muchas gracias por tu comentario.
Creo que has dado en el clavo.
No sé cuántos maestros del combate con armas de fuego habrá en España pero lo que sí que tenemos es verdaderos artistas del márketing capaces de venderlo un curso a cualquiera. Muy socorrido es aquello de adjetivar hasta el infinito y más allá la palabra tiro. De ahí salen cursos de todo tipo: curso de tiro…defensivo policial táctico militar reactivo…
Lo primero que hay que tener en cuenta en lo relativo al combate con armas de fuego es que nunca se para de aprender cosas nuevas, y que de cualquiera se puede aprender, ya sea lo que se debe de hacer o lo que no se debe de hacer. Aquí es donde radica el problema, aquellos que se creen que ya lo saben todo, tremendo error, ademas de aquellos que se quedan anclados en el pasado y no evolucionan.
De estos conocemos muchos……..
Quizás se nos dé el símil del «niño y el padre», para casi todos los niños hasta una cierta edad, sus padres son los mejores superhéroes que existen, pero llega un momento en el que el hijo descubre que su padre no es nada más que otro simple mortal con sus virtudes y defectos. Normalmente esto se dá cuando el hijo madura. En este tema que nos ocupa quizás la culpa sea nuestra, es decir hacemos de «hijos-alumnos» ante nuestros «padres-maestros» encumbrándolos y viviendo «tácticamente obnubilados por ellos…. hasta que maduramos y nos damos cuenta de que nuestros «padres-maestros» que «han estado aqui o allí, que han hecho o han salvado a tal o cual, que estan reconocidos por no se cuantas academias públicas y centros de formación privados, etc…» no son más que simples mortales con sus virtudes y sus defectos… hasta que «maduramos» y nos damos cuenta de todo esto. Lo bueno de haber pasado por las manos de unos y de otros y de haber malgastado mucho tiempo y dinero, es que he adquirido los suficientes conocimientos como para poder emitir un juicio de valor propio que me hace discernir rápidamente entre los «vende humos – mata hombres, etc…» y la persona que sin tener no se cuantos libros escritos y un background mejor que el de Chuck Norris, es capaz de transmitir lo que sabe, corregir los errores del alumno, ser honrado y humilde en su labor y sobre todo nunca y digo nunca dejar de aprender, ser el eterno alumno, justo lo contrario que estos «gurús tácticos» por desgracia nos rodean.
Enhorabuena amigo Jorge por este artículo
Pues sí que habría que mojarse pero para no caer en el tópico de lanzar afirmaciones que no constituyen más que opiniones tendría que conocer directa y personalmente tanto a verdaderos maestros como a Dunner-Kruger y no es el caso.
Puedo tener una opinión sobre este asunto pero sólo se basará en impresiones personales fruto de lo que haya podido leer o escuchar (incluso ver en vídeos) porque lamentablemente nunca he podido/querido asistir a ningún curso impartido por ninguna de esas personas, tanto maestros como Dunner-Kruger, para averiguar por mi mismo si los hechos refrendan mis impresiones.
Si por mojarme te refieres a que afirme que en España tenemos más Dunner-Kruger que maestros pues me mojo: «creo que en España maestros de verdad hay muy pocos y son más los vendemotos Dunner-Kruger que las personas que saben de lo que hablan».
Haberlos haylos, el problema es encontrarlos.
Atendiendo a la definición que nos da el diccionario maestro creo que sí que los hay, en cualquier arte u oficio, y el arte marcial del combate con armas de fuego no puede ser menos.
A lo largo de la Historia han existido maestros en cualquier arte u oficio, lo que no quita que esos maestros siempre hayan sido simultáneamente alumnos, porque como buenos maestros nunca dejan de aprender y adaptarse a los nuevos tiempos.
No pretendo que el artículo se incline hacia la semántica. La cuestión es que andan por ahí algunas personas que se dedican a enseñar pero que no por ello son maestros. Quizás según el diccionario de la RAE sí sean maestros, ya que un maestro se define como «persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo». Pero no se trata sólo de enseñar sino, entre otras cosas, qué se enseña y cómo se enseña. Sin lugar a dudas no sirve cualquiera y aquellos cuyo único interés es «sacar tajada» menos todavía.
En resumidas cuentas, que maestros, o como se quiera llamar hay, pero no lo son cualquiera que se pretenda llamar así. No abundan y no son fáciles de encontrar.
Amigo Jorge,
Excelente entrada. Ya te podría yo contar algunas historias maravillosas en relación a todo esto que nos cuentas. Más de acuerdo no se puede estar.
Lo que sí echo de menos es una conclusión menos negativa. Claro está que cada uno en base a sus propias experiencias puede crearse una opinión u otra, pero, ya que metes la puntilla en este tema ¿por qué no te mojas? ¿por qué no arrojar algo más de luz en el sentido de la orientación a caminos más favorables y no limitarla a la mera advertencia?
En mi caso, mi opinión parece ir encaminada a lo que Andreu, algo más arriba, sugiere. Uno sólo puede tenerse a sí mismo como maestro, en un escenario en concreto, en un tiempo determinado. Siempre y cuando, por supuesto, se cuente con una base sólida de adiestramiento individual en continua auto-evaluación.
Aplaudo tu entrada.
Un saludo.
En el conflicto armado jamás puede haber maestros, debido a que ninguno es igual y sus variantes son sus ventajas y desventajas, se puede estar preparado, concienciado pero jamas se esta instruido para comprenderlos todos. Nobstante si es cierto que puedes tener experiencia y valorar asi mejor las situaciones.