
En lo que respecta al combate con armas de fuego, en cualquier ámbito, sólo los impactos cuentan, pero no todos los impactos cuentan igual. No será lo mismo un impacto en el centro de masas de una amenaza que un impacto que apenas le roce la oreja. Realmente la colocación de los impactos es determinante para lograr la buscada incapacitación, más o menos inmediata, de una amenaza.
Indudablemente los impactos van donde se apunta, es decir, dependen de la puntería, pero también del control del disparador, ambos principios básicos del tiro. Así que en la instrucción y adiestramiento hay que aprender y cultivar los principios básicos con el objetivo de lograr esa colocación correcta de los impactos.

En torno a las 0900 horas del día de hoy, 24AGO14, tiene lugar un fatídico accidente en el que fallecen tres héroes, Emilio, Marcos y José, al precipitarse al vacío el helicóptero, a bordo del cual se encontraban, mientras realizaban labores de rescate en montaña de una persona accidentada. El accidente se produjo cuando las palas del rotor principal del helicóptero tocaron con la ladera de la montaña conocida como pico La Polinosa, en las montañas Picos de Europa (León).





No es difícil escuchar el argumento «eso no lo puedes hacer en un enfrentamiento armado porque el estrés imposibilita las habilidades motoras finas». ¡Que le pregunten a un piloto de caza en un combate aéreo! ¿ostia segura porque tiene anuladas las habilidades motoras finas por culpa del estrés? Aquí es donde entra el argumento «ese estrés no es el mismo que en un enfrentamiento armado sorpresivo».



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