Mi primera experiencia con un visor de punto rojo en una pistola: compra, instalación y uso. Por Ramón Tobaruela.

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Voy a recoger el guante que me lanza Jorge, para contaros mi primera experiencia con un Red Dot o punto rojo de pistola. Pido perdón por el atrevimiento. Espero no hacerlo del todo mal y que le pueda servir a alguien, que quiera también como yo, dar el paso montando uno de estos sistemas en su arma.

La decisión de montar una óptica viene precipitada por mi reciente cambio de arma. Gracias a Borchers, la vieja Walther P99 con la que últimamente vengo impartiendo los cursos oficiales de armero, ha sido sustituida por una flamante y novedosa Walther PDP ─una pistola que esta produciendo un autentico «boom» de ventas en Estados Unidos y de la que solo se pueden leer cosas buenas─. Una de sus características es que viene preparada para que ─si quieres─ puedas montar una óptica en su corredera, retirando una tapa plástica, sin la necesidad de ir a un modelo especifico o tener que mecanizarla. Es un «extra» que va «de serie», así que conforme vas disparando, para ver qué tal funciona (que es realmente bien), esa tapa te mira y te insinúa constantemente que esta ahí para algo.

Así que una vez escuchada su voz, me puse manos a la obra.

Lo primero a decidir fue qué óptica montar. El mercado está lleno de ellas y es difícil decidir, así que como dice Jorge, intenté buscar buenos referentes y referencias. Aquí Sigma05 fue determinante. Me dio la referencia «quien más sabe de esto es Aaron Cowan”» y ya no existe la antigua excusa «yo no se inglés». La herramienta de traducción de Google, te permite traducir textos sobre la marcha en cualquier página web. Fui directo y consulté su página, descargando «el libro blanco de las ópticas de pistola» White Paper: Miniaturized Red Dot Systems for Duty Handgun Use, Fourth Edition (2021), donde se recoge su experiencia durante 7 años de pruebas continuas.

Las ideas principales que saqué son:

  1. Todas las ópticas se rompen, por lo que es importante saber cuándo, ya que no es lo mismo gastarte 900€ en una que te dura 10.000 disparos habiendo otras que te cuestan 300€ y se rompen a los 50.000.
  2. Las marcas más «fiables» son Trijicon (los creadores del ACOG y el RMR), Aimpoint y Holosun (marca china). Existen otras muchas marcas reconocidas, que cuentan incluso con garantías de por vida (Leupold), pero podemos decir que estas tres son las más contrastadas.

Finalmente me decidí por un Holosun HS507K X2 ─que estaba casualmente de oferta en su página web a un precio de 346€─, por dos razones principales: el precio, barato para la tónica general de esta herramienta; y, por la posibilidad que trae de diferentes modalidades de punto, que va de los 2 a los 32 MOAs, así como diferentes proyecciones. Me preocupaba el hecho que fuera mi primera experiencia y que teniendo astigmatismo en ojo, esto influyera en la visión clara del punto. Los de luz verde o amarilla estaban fuera del alcance de mi bolsillo.

Tras esta decisión y compra compulsiva apareció el primero de los problemas. Para unir esa óptica a la pistola se necesita una placa de montaje que haga coincidir los agujeros de la tortillería con los de la pistola y la deje a una altura correcta. Debido al gran numero de ópticas y pistolas con sus diferentes mecanizados, no siempre es la mejor opción la placa de montaje que te ofrece la casa (placa Walther). Recurrí nuevamente a Sigma05 para que me aconsejara: «el mejor fabricante de placas es C&H Precision Weapons», lo que pasa es que solo vende en EE.UU.

Aquí tuve que tirar de agenda y pedirle a mi amigo Salvador (antiguo policía local de La Puebla de Alfindén, que ahora es Policía en EE.UU., cosas de la vida) que me la enviara. Tras pagar la placa (73€) y las tasas de aduanas (unos 9€), la recibí en cosa de dos semanas.

La placa original Walther, requiere cortar los tornillos que vienen con la óptica, mientras que la placa de C&H Precision Weapons trae todo lo necesario para el montaje, incluido el fijatornillos Vibra-TITE VC-3, presentando una mejor línea estética.

Ya tenía todo lo necesario. Solo faltaba el montaje.

Siguiendo los vídeos tutoriales de la web de C&H Precision Weapons me puse manos a la obra, aunque surgió otro problemilla que resolver. La tortillería tiene que montarse respetando unos pares de apriete específicos, para lo cual se necesita un destornillador dinamométrico, a lo que se suma que las unidades de medida no son iguales en EE.UU. que en España.

Tocó volver a tirar de agenda y acudir a Shooting Range Zaragoza, donde me prestaron un destornillador en Newton-centímetro (N-cm), debiendo convertir y redondear las medidas de pies-libra (ft-lb).

Otra cosa a tener en cuenta, además del par de apriete específico, es la aplicación de fijatornillos VC-3, para evitar que los tornillos se suelten y terminen dándote en a cara ─como le paso al mediático Lara Tactical─.

Respecto a esto, las nomenclaturas de fijatornillos Loctite son:  

  • Loctite 271 (color rojo): fijador de alta resistencia, requiere calor para aflojar, conocido como VC-3.
  • Loctite 242 (color azul): fijación media, se afloja sin calor en roscas de más de ¼.
  • Loctite 222 (color violeta): uso en tornillos pequeños, fijación ligera, pero suficiente.
  • Loctite 290 (color verde): uso para tornillos ya instalados y sin quitarlos, muy fluido y se introduce entre las roscas, resistencia baja similar al violeta.

Otro detalle a tener en cuenta, es el marcaje de los tornillos con rotuladores indelebles de aceite para poder comprobar, de forma visual, si en algún momento de su posterior uso, estos se aflojan. Algunos aconsejan además pintar una línea en la parte superior de la caja de la óptica, para encontrar mas rápidamente el punto. Esto último, decidí no hacerlo hasta probar primero cuánto me costaba encontrarlo.

Pues ya estaría todo montado y la pila colocada en la óptica. Según el fabricante, dura entre 2 y 3 años, así que parece una buena idea, establecer, por ejemplo, el día de tu cumpleaños como fecha para cambiar la pila cada año y así evitar problemas.

Para dejar la cosa más o menos preparada de cara a su puesta a cero, hice coincidir el punto rojo con el punto de mira, estando las miras alineadas, con la herramienta que proporciona la casa (sirve cualquier destornillador plano). Así pensaba que solo tendría que hacer correcciones en altura, como así ocurrió posteriormente.

Se recomienda poner a cero las pistolas a unos 10m, realizando series de 5 disparos, con algún apoyo (sirve una mochila) y descartando los disparos que se salgan de la agrupación, comprobando después a 25m si está todo correcto.

Solo puedo decir que el cambio de tres planos focales a dos, me pareció sencillo y simplemente mágico. Hasta que no vi con mis propios ojos, que los impactos llegan al sitio deseado a pesar de no tener una alineación perfecta, no terminé de creérmelo. Es un avance realmente espectacular respecto a las miras abiertas tradicionales.

Toca ahora hacer el rodaje y la adaptación a esta nueva forma de adquirir el blanco, aunque después de los primeros 200 cartuchos disparados, no puedo estar más contento.

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