Las dos muertes de Loco Fakhir. El antiguo comandante iraquí desactivaba bombas trampa ─hasta que al final le mataron─.

Kamal graba a Barwary mientras desactiva una bomba del Estado Islámico. Foto cortesía de Shinwar Kamal.

Desde luego hay que tenerlos cuadrados para enfrentarse a la muerte de esta manera. Fakhir se ganó el apodo de «loco» por su forma de exponerse a la muerte, sin miedo, al participar en labores de desactivación de artefactos explosivos improvisados en su tierra natal, Irak. Consiguió eludir a la muerte en varias ocasiones, e incluso lo dieron por muerto una vez, pero fue a la segunda cuando su entrega le valió la vida.


(Reproducción del artículo en español publicado en War Is Boring con fecha 14 de mayo de 2018, traducción del original en inglés escrito por Vager Saadullah)

Barwary. Foto cortesía de Shinwar Kamal

Las dos muertes de Loco Fakhir

El antiguo comandante iraquí desactivaba bombas trampa ─hasta que al final le mataron─

Muchos combatientes Peshmerga kurdos han muerto luchando contra el Estado Islámico. Pero la noticia de la muerte del coronel Fakhir Barwary el 11 de noviembre de 2014 tenía un significado especial.

Eso es porque la muerte de Barwary fue noticia en dos ocasiones distintas. Los medios de comunicación lo declararon muerto erróneamente en 2008 tras la explosión de una bomba a las afueras de Mosul.

En realidad solo perdió una pierna ─y ni con esas se acabaron sus días como soldado─.

Después de la caída del régimen baazista en 2003, muchos Peshmerga se unieron al Ejército iraquí para ayudar a proteger a los civiles. Fakhir Barwary se convirtió en comandante de batallón del Ejército iraquí en 2006.

Solía ofrecerse voluntario para participar en las tareas de desactivación de artefactos explosivos. No era su trabajo, pero tenía cierta experiencia desactivando bombas. Además Barwary se sentía afectado por el hecho de que las minas y los artefactos explosivos improvisados se cobraran la vida de tantos soldados estadounidenses y soldados y civiles iraquíes.

En una ocasión, solo unos segundos después de que Barwary desconectara los cables de un teléfono móvil que hacía de detonador, el teléfono empezó a sonar en su mano. Eran los insurgentes que intentaban detonar la bomba.

Barwary contestó la llamada. Al otro lado de la línea los insurgentes se quedaron en silencio.

Entre 2006 y 2008, Barwary desactivó con éxito cientos de bombas. El nuevo Ejército iraquí no contaba con un sistema de condecoraciones. Pero los comandantes estadounidenses en Mosul estaban tan impresionados con Barwary que lo propusieron para una medalla al valor del Ejército de Tierra estadounidense.

Barwary recibe una condecoración de manos de oficiales estadounidenses. Foto cortesía de Shinwar Kamal.

El Teniente Coronel Eric Price, comandante del 8th Military Transition Team [8º Equipo de Transición Militar] en Mosul, le dijo a la prensa en aquel momento que el Ejército de Tierra estadounidense no suele conceder medallas a militares extranjeros. Pero los estadounidenses estaban particularmente impresionados con el valor de Barwary.

Los estadounidenses empezaron a llamarle «Loco Fakhir» [Crazy Fakhir] por su disposición para enfrentarse a cualquier peligro.

Los civiles y militares iraquíes estaban igualmente impresionados por Barwary. Era famoso por retirar las bombas que los terroristas plantaban en casas iraquíes. Pero su fama no quedó sin consecuencias. Mientras que los estadounidenses y los ciudadanos de Mosul le querían, los insurgentes le odiaban.

Los terroristas intentaron asesinar a Barwary en no menos de cinco ocasiones. Salió ileso de los múltiples intentos hasta que el 28 de junio de 2008 le sorprendió la explosión de una bomba. Al ir a desactivar un artefacto explosivo no se dio cuenta de que los terroristas habían enterrado bajo sus pies un segundo artefacto activado por control remoto.

Los insurgentes estaban eufóricos. Se jactaron en páginas web jihadistas de que habían matado a Loco Fakhir. La noticia llegó incluso a algunos medios internacionales.

Pero no estaba muerto.

La explosión se llevó su pierna derecha y le destrozó parcialmente el hombro derecho, pero enseguida les dijo a los medios kurdos desde la cama del hospital que estaba muy vivo todavía. Hay un vídeo de las consecuencias de la explosión ─aviso, es crudo─.

«Sé que mis enemigos, los terroristas, están muy contentos, porque me hirieron», dijo Barwary. «Así que espero volver muy pronto a mi trabajo».

El director de cine kurdo Shinwar Kamal había seguido a Barwary entre 2006 y 2010 e incluso hizo un documental sobre él llamado Jiyan bo Jiyane ─que significa «Vida por vida»─, que se emitió en la televisión de Kurdistán.

Después de eso, salieron pocas noticias sobre Barwary. Pero resurgió cuando terroristas del Estado Islámico invadieron territorio kurdo en 2014. Cada vez que los Peshmerga limpiaban una zona de terroristas, aparecían fotos en las redes sociales ─publicadas por combatientes Peshmerga y por el propio Barwary─ en las que se veía a Loco Fakhir desactivando bombas.

«Cuando el Estado Islámico atacó Kurdistán y muchos Peshmerga murieron por culpa de las bombas, me acordé de Fakhir», dijo Kamal a War is Boring, «pensé que si él pudiera estar allí, sería capaz de desactivar esas bombas».

Cuando los combatientes Peshmerga liberaron el pueblo de Hassan Sham cerca de la presa de Mosul, Kamal fue a grabarlo.

«Allí vi a Fakhir», recordaba Kamal. «Le pregunté qué estaba haciendo allí. Me dijo que se había ofrecido voluntario para volver al trabajo. Tenía una pierna ortopédica y había ido a ayudar a los Peshmerga y a los civiles».

Kamal decidió hacer otro documental sobre Barwary. Kamal decía que altos mandos militares kurdos le pidieron en varias ocasiones a Fakhir que dejara el trabajo.

Le insistieron en que ya estaba retirado y se había sacrificado lo suficiente por los kurdos. Pero Barwary insistió en que tenía que estar allí ─que se le caería la cara de vergüenza si ignoraba la guerra─.

Según Kamal, Barwary era una celebridad en la primera línea del frente. Cada vez que llegaba a una zona civil liberada, los Peshmerga corrían para saludarle y decirle las bombas que tenía que desactivar.

Los civiles y los Peshmerga conocían a Barwary por el coche.

«Era un hombre muy valiente, y le encantaba sacrificarse por su gente y su tierra», decía Kamal. «Decía que solo le daban miedo dos cosas. Una era morir en la cama y la otra ser capturado por el enemigo».

El 11 de noviembre de 2014, Barwary y dos de sus sobrinos estaban intentando limpiar de bombas trampa una casa en un pueblo cerca de Zummar. Una bomba detonó. La explosión le mató a él, a ambos sobrinos y al dueño de la casa.

Tres noches antes de su muerte, Barwary le contó a Kamal que sospechaba que esta sería su última guerra. «Esta vez me convertiré en un mártir», le dijo al director de cine. «Pero, por el amor de Dios, tú continúa y termina la película ─y graba mi funeral también─».

La noticia de la muerte de Barwary se difundió rápidamente por las redes sociales y por los medios kurdos. Escritores y poetas de todo Kurdistán lo alabaron. Algunos pidieron que se erigiera una estatua en honor de Fakhir. Otros alabaron su valor y heroicidad.

Ali Tatar, miembro de la junta directiva del Partido Democrático de Kurdistán, honró a Fakhir en una publicación de Facebook.

«A pesar de que perdió una pierna, nunca quiso dejar de servir a su país como Peshmerga», escribió Tatar. «En 2009, Fakhir dijo en una reunión que todavía tenía dos manos para trabajar y una pierna para andar junto con las fuerzas Peshmerga».

Fakhir Barwary tenía 39 años. Dejó atrás ocho hijos.

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