Estudios recientes desmienten los argumentos de las demandas contra las armas de energía conducida [Conductive Electrical Weapon (CEW)] TASER. Force Science News.

No son pocas las ocasiones en las que, desde la más absoluta ignorancia y sin argumentos sólidos, se pretende cuestionar la eficacia y/o inocuidad de las armas no letales de electricidad conducida [Conductive Electrical Weapon (CEW)], es decir, el famoso TASER. Son muchas las personas que diariamente reciben –normalmente de forma justificada– una descarga de TASER, de manos de alguno de los más de 500.000 usuarios de estas armas no letales. Sin embargo, no se puede establecer una relación causa-efecto entre la descarga y el fallecimiento de un sospechoso bajo custodia policial, aunque haya quien se empeñe en afirmar dicha relación. Y ello es debido a que realmente no existe tal relación, como se desprende de múltiples estudios disponibles.

En el número 255, de fecha 6 de mayo de 2014, del boletín Force Science News [Noticias Ciencia de la Fuerza], que publica bimensualmente el Force Science Institute [Instituto Ciencia de la Fuerza], se incluye información sobre algunos descubrimientos que corroboran la ausencia de efectos adversos de una descarga de TASER. 

La traducción y publicación de este artículo cuenta con la autorización de Scott Buhrmaster, vicepresidente del Force Science Institute.

Force Science consiste en la investigación y aplicación de procesos y principios científicos imparciales para determinar la verdadera naturaleza del comportamiento humano en enfrentamientos con alto estrés y fuerza letal. Los innovadores estudios de Force Science abordan problemas reales que los policías se encuentran en la calle y se documentan meticulosamente.


Estudios recientes desmienten los argumentos de las demandas contra las armas de energía conducida [Conductive Electrical Weapon (CEW)] TASER.

Cuando las alegaciones de fuerza excesiva implican el uso de un arma de energía conducida [Conductive Electrical Weapon (CEW)], como el TASER, los abogados de los demandantes o los peritos que contratan pueden apelar a un par de argumentos típicos:

  1. El sospechoso no fue capaz de cumplir las órdenes del policía porque no tuvo tiempo suficiente para  recuperarse de la «descarga» eléctrica.
  2. Cuando el sospechoso fallece y la autopsia no logra identificar la causa de la muerte, el CEW tiene que ser el responsable porque la muerte se produjo inmediatamente después de su aplicación.

Algunos estudios recientes aportan evidencias que refutan ambas afirmaciones.

En primer lugar, la cuestión de la incapacitación persistente…

Investigadores documentan el tiempo de recuperación psicomotora tras la exposición a una CEW (TASER)

Este estudio fue patrocinado por las Fuerzas Armadas estadounidenses con el objetivo de determinar si las CEWs constituyen una opción no letal fiable para controlar a posibles terroristas suicidas cuando se aproximan a los puntos de control [checkpoint] en zonas de combate.

«Querían que se midiera con precisión el tiempo de recuperación tras la exposición a una CEW», explicaba el investigador Dr. Mark Kroll a Force Science News, «al parecer con la expectativa de que hubiera suficiente efecto residual, durante el cual se pudiera aplicar alguna medida de control antes de que el terrorista suicida pudiera detonar los explosivos».

«Nunca antes se había realizado ningún estudio científico de este tipo».

Kroll, profesor adjunto de ingeniería biomédica en la Universidad de Minnesota y en la Universidad Politécnica de California, realizó el estudio con la colaboración del Dr. John Criscione, profesor asociado de ingeniería biomédica en la Universidad A&M de Texas, el cual supervisó las pruebas y fue el principal investigador del estudio.

PRUEBA DEL PULSADOR. El grupo de sujetos estaba formado por 32 voluntarios (29 de ellos varones) de una clase de CEW, de la Academia de Policía de Austin (Texas), con edades comprendidas entre los 21 y 55 años.

Cada sujeto se tumbó boca abajo sobre una esterilla, de forma que pudiera mover fácilmente los brazos y las manos. A cada sujeto se le aplicó una descarga eléctrica estándar de 5 segundos, procedente de una CEW TASER X26, a través de unos electrodos de pinza que se le engancharon en el hombro y en la cintura para simular una colocación ideal de los mismos, con mucha separación entre ellos. Esta prueba se diseñó «para lograr el máximo control, producido por el CEW, sobre las extremidades superiores», puntualizan los investigadores.

Se les dieron instrucciones a los sujetos para que, tan pronto como empezara la descarga del CEW, presionaran «inmediatamente» el pulsador de una caja, que se situó en el suelo frente a ellos, para medir la capacidad  y velocidad psicomotoras.

RESULTADOS SORPRENDENTES. Dos de los sujetos fueron capaces de «mover los brazos de forma intencionada» incluso durante la descarga del CEW. Aunque eran movimientos «lentos y toscos», lograron alcanzar y presionar el pulsador a los 3,09 y 4,70 segundos de iniciada la descarga.

En cuanto a los demás sujetos, el tiempo de respuesta una vez finalizada la descarga del CEW estuvo comprendido entre los 0,31 y 2,99 segundos. «Al sujeto típico le llevó muy poco más de 1 segundo, básicamente nada de tiempo de recuperación, mover el brazo dominante hacia delante, poner la mano encima del pulsador y presionarlo», explica Kroll.

«Estos tiempos de respuesta eran equivalentes a los tiempos «normales» de reacción y movimiento de los sujetos del grupo de control, que realizaron la prueba respondiendo al sonido de la señal de un timbre».

Al preguntarles tras recibir la descarga del CEW:

  • El 75% de los voluntarios afirmaron que durante la descarga eran conscientes de lo que sucedía a su alrededor.
  • Mientras se producía la descarga el 91% podía escuchar y el 81% podía ver (5 cerraron los ojos).
  • El 91% dijeron que durante la descarga eran capaces de entender órdenes verbales.

«El resultado del estudio fue un tanto decepcionante para los militares, porque un tiempo de recuperación prácticamente nulo no les servía para su propósito», explica Kroll. «Pero para los policías se trata de una buenísima noticia, porque viene a rebatir a los demandantes que alegan que tras recibir una descarga de una CEW no son capaces de cumplir inmediatamente las órdenes de los policías».

En este trabajo Criscione y Kroll citan numerosos casos en los que «el desconocimiento sobre los efectos de la descarga de un CEW», incluido el tiempo de recuperación tras la descarga, se utilizó injustamente contra la policía en un proceso judicial. «He escuchado muchas mentiras diferentes sobre los efectos de una descarga», comentaba el investigador Dr. Mark Kroll con Force Science News, «desde alegar ceguera temporal hasta declarar inconsciencia durante unos minutos o unas horas tras la descarga. Afortunadamente nuestros descubrimientos ayudarán a definir una imagen más realista al respecto».

En la revista Patología, Medicina y Ciencia Forense [Forensic Science, Medicine, Pathology] se publica el informe de los investigadores, «Tiempos de recuperación tras la incapacitación de la descarga de un arma de electricidad conducida» [Incapacitation recovery times from a conductive electrical weapon exposure]. Haz clic aquí para acceder gratuitamente a una sinopsis de este estudio. El estudio completo se encuentra disponible en ese mismo enlace por un precio de 34,95€.

Las inexplicables muertes súbitas cardiacas tras una descarga no están relacionadas con el uso de CEWs (TASER)

En lo que respecta a la descarga de un CEW como probable causa de muerte súbita cardiaca parece que también se trata más de un ejemplo de mitología del demandante que de una conclusión lógica.

Echa un vistazo a dos nuevos estudios que llegaron a Force Science News a través del abogado Michael Brave, instructor sobre el uso de la fuerza en la conferencia anual de la Asociación Internacional de Instructores y Profesores  de Policía [International Law Enforcement Educators and Trainers Association (ILEETA)] de este año y asesor nacional/internacional en demandas judiciales para TASER International, Inc.

Estos estudios analizaron las muertes súbitas cardiacas ocurridas entre civiles «sanos» que ni habían tenido enfrentamiento alguno con la policía, ni habían sufrido la descarga de un CEW. Los descubrimientos efectuados tiene «una grandísima importancia», afirma Brave, porque sitúan la cuestión de la muerte súbita cardiaca «en una perspectiva significativa».

ESTUDIO NÚM. 1: ATLETAS UNIVERSITARIOS. Un equipo de investigadores, dirigido por el Dr. Kimberly Harmon, del Centro de Medicina Deportiva de la Universidad de Washington, revisó los informes de la autopsia y otra documentación concerniente a atletas de la Asociación Nacional Atlética Universitaria [National Collegiate Athletic Association (NCAA)] que murieron repentinamente bajo circunstancias no traumáticas a lo largo de los últimos cinco años.

Se analizaron más de 40 casos por parte de un panel de expertos entre los cuales se encontraban médicos deportivos, un patólogo cardiaco, un especialista en cardiomiopatías, un cardiólogo genetista, y un electrofisiólogo, todos ellos con experiencia en la muerte súbita.

En la mayoría de los casos los fallecimientos se atribuían a algún problema relacionado con el corazón. Pero casi un tercio (31%) de las muertes súbitas resultaron inexplicables tras la autopsia.  De hecho, este fue el único descubrimiento de la autopsia más habitual.

Este resultado es compatible, según indica el equipo de Harmon, con estudios similares realizados sobre otros atletas y sobre el personal militar estadounidense. En este último, las muertes súbitas cardiacas no traumáticas inexplicables que se produjeron durante la instrucción y adiestramiento a lo largo de un periodo de 25 años comprendían el 35% del total de casos analizados.

Los misterios en torno a la muerte súbita surgen frecuentemente fuera del ámbito policial, apunta Brave, y los descubrimientos relativos a esos otros grupos de sujetos tienden a desacreditar la especulación de que la descarga de un CEW sea un factor probablemente decisivo.

Puedes acceder gratuitamente al estudio de Harmon, publicado en la revista Circulación: Arritmia y Electrofisiología [Circulation: Arrhythmia and Electrophysiology], haciendo clic aquí.

ESTUDIO NÚM. 2: SUJETOS CON EDADES COMPRENDIDAS ENTRE 1 Y 49 AÑOS. Una docena de investigadores médicos de Dinamarca, dirigidos por el Dr. Bjarke Risgaard, analizaron, por primera vez, las muertes de todas las personas del país, con edades comprendidas entre 1 y 49 años, que sucumbieron por «muerte natural súbita e inesperada» a lo largo de los últimos tres años.

Entre las víctimas de muerte súbita a las que se les practicó la autopsia, el equipo encontró que el 67% fallecieron por «enfermedad estructural del corazón», la causa de muerte más común. Sin embargo, en el 31% de los casos «la causa de la muerte resultó inexplicable tras la autopsia», indican los investigadores, descubrimiento idéntico al del equipo de Harmon del estudio antes citado.

Las pruebas de toxicología dieron positivo en sustancias ilegales o medicamentos en el 70% de las muertes danesas inexplicables. Pero ninguno de esos casos tenía un «perfil toxicológico» que explicara las muertes, según los patólogos forenses.

Conclusión: hay muchas cuestiones sobre la muerte súbita que simplemente «no llegan a comprenderse del todo».

Haz clic aquí para acceder gratuitamente a la sinopsis del estudio danés, publicado también en la revista Circulación [Circulation].

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