Existen muchas técnicas diferentes en el combate con armas de fuego. Muchas se aplican independientemente de la situación. Otras técnicas tienen aplicaciones específicas para un contexto bien definido o situación particular. El problema surge cuando una técnica se aplica de forma generalizada en cualquier situación.
Una técnica se define como la forma de hacer o ejecutar una acción. Algunas técnicas son las mismas independientemente de la situación. Por ejemplo, para disparar con precisión empuñas el arma apuntando en la dirección correcta, utilizando los elementos de puntería tanto como sea necesario para lograr la precisión oportuna y presionas el disparador suavemente mientras mantienes los elementos de puntería alineados sobre el blanco (Recuerda que la precisión se define por la distancia y el tamaño del blanco. Cuanto mayor precisión en el disparo sea necesaria mayor ha de ser la precisión al tomar los elementos de puntería y la suavidad al presionar el disparador).
El contexto comprende las circunstancias bajo las que se produce un incidente. Un ciudadano armado hace uso de su arma para su defensa o protección personal. Las circunstancias para el profesional armado, es decir, un policía, son diferentes. Las aplicaciones militares son otra historia y varían en gran medida.
Las técnicas empleadas varían según el contexto o las circunstancias. Fijémonos, por ejemplo, en cómo recargar la pistola. La secuencia de la forma más sencilla de recargar consiste en: cargador viejo fuera, cargador nuevo dentro, montar el arma e introducir un cartucho en recámara. Hasta aquí nada que decir, ¿verdad?
Pero en lo que se refiere a dónde situar la pistola para recargar empiezan a surgir diferentes opiniones. Una opción consiste en mantener el arma al frente y sobre el blanco, recargando con los brazos extendidos. La otra escuela de pensamiento predica traerse la pistola cerca del cuerpo flexionando el codo, con la boca de fuego apuntando hacia arriba con cierto ángulo y el lateral de la pistola mirando hacia ti. Con esto la pistola entra en tu “espacio de trabajo”. No soy aficionado a esta técnica, pero ¿la usaría? Si, en un contexto particular.
Por ejemplo, voy corriendo, y hablo de correr a toda leche, de un punto a otro y tengo que recargar la pistola. Sería casi imposible hacerlo sin acercarme la pistola al cuerpo para mantener el control, contrarrestando el balanceo y el movimiento tanto como sea posible mientras corro. Pero esa es casi la única situación en la que usaría esta técnica. La mayoría de las veces prefiero mantener la pistola extendida al frente, limitando el movimiento necesario para recargar. Además así no le enseño a la amenaza que la corredera de mi pistola está retenida atrás, lo cual puede que si o puede que no sea un factor a tener en cuenta. Asimismo, una vez recargada la pistola todavía está sobre el blanco lista para disparar si fuera necesario. Esto es especialmente cierto al recargar cuando el blanco está en movimiento. Prefiero mantener la boca de fuego siguiendo el blanco mientras mantengo el contacto visual con la amenaza.
El problema surge cuando ciertas técnicas que están diseñadas para aplicaciones específicas se utilizan fuera de contexto. Las técnicas que utiliza un equipo de ocho hombres durante un asalto dinámico son diferentes de las técnicas que necesita un individuo para defenderse frente a un atacante. Lo mismo sucede con el equipo individual. No llevo una funda pistolera en el muslo porque no llevo un chaleco o atalaje que me impida llevarla en mi cinturón.
Por último, las técnicas y herramientas a emplear las determina el contexto y no el que sean utilizadas por un determinado grupo o molen mucho. Has de comprender plenamente toda técnica en lo que se refiere a su aplicación y el contexto para el que fue diseñada. Tu cometido radica en conocer el cuándo, por qué, dónde y cómo de estas cosas de modo que puedas elegir la que mejor se adapte a tu aplicación.
Aunque mi opinión poco crédito merece, estoy totalmente de acuerdo con Tiger en lo que respecto al contexto. No obstante, no me convencen ni mucho menos sus argumentos sobre esa técnica de recarga en la que mantiene los brazos extendidos al frente. Es más, me parece absurdo pensar que de ese modo evitas que la amenaza se percate que tienes la corredera retenida atrás y, por tanto, te has quedado sin munición. Si la amenaza tiene tiempo para notar ese pequeño detalle creo que más tiempo tendrá para observar cómo no le disparas.
Si doblando el codo hacia dentro y llevándote la pistola al cuerpo consigues reducir el tiempo de la recarga rápida, recarga de emergencia, recarga en vacío, o como prefieras llamarlo, como a mi me pasa, mejor eso que no tardar más por empeñarte en mantener el brazo extendido. Al fin y al cabo se trata de impactar primero. Lo demás poco importa. Coge el crono y comprueba por ti mismo lo que resulta más eficaz. Si es una u otra técnica esa será la que posiblemente debas elegir.
Por mi parte, empecé en su momento realizando las recargas rápidas manteniendo el brazo extendido, hasta que tras ver (especialmente los múltiples vídeos de Panteao) y leer al respecto probé eso de doblar el codo y llevarme la pistola al cuerpo, delante del pecho. A la vista del mejor resultado ya me quedé con esta última técnica. La técnica depende del contexto pero habrá técnicas que se adapten a múltiples contextos y sea una buena opción, eliminando la necesidad de dos técnicas para dos contextos diferentes.
En el siguiente vídeo Travis Haley explica tres técnicas de recarga rápida así como sus pros y sus contras para finalmente quedarse con la que parece resultar más eficaz, que consiste en doblar el codo y llevarse la pistola al cuerpo delante del pecho.
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¿Y tú? ¿con qué técnica te quedas? ¿tienes varias diferentes para una misma cosa?
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The Tactical Wire es un boletín electrónico de noticias sobre el mundo de las armas de fuego que generalmente se publica, únicamente online, los martes y los jueves. Dicho boletín incluye habitualmente un artículo de Tiger Mckee con el título Skill Set, o Conjunto de Habilidades, que versa sobre diferentes cuestiones relativas al combate con armas de fuego. En EBdT2 hemos sido autorizados para reproducir una traducción al español de esta serie de artículos.
Tiger McKee es el Director de Shootrite Firearms Academy, situada en el norte de Alabama, autor del libro “The Book of Two Guns” (El Libro de Dos Armas), colabora con varias publicaciones tácticas/sobre armas de fuego, instructor adjunto para el FBI y diseñador de la carabina Shootrite “Katana”.
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Pues te doy toda la razón Jorge, tu lo has dicho . Se trata de recargar lo más presto posible para continuar la lucha y batir la amenaza antes que ella te bata a ti, por lo tanto no veo razón para complicarse la vida con la escusa de la corredera abierta, con todos mis respetos para el «maestro» Mackee.
Yo, sin ser un gran tirador y algo falto de entrenamiento, me es más cómoda y rápida la forma de recargar acercándome el arma al cuerpo, recogiendo el brazo, manteniendo el arma un poco por debajo de la línea natural de toma de miras (como si la quisiera llevar a la unión del tronco y el cuello) y ladear el arma dirigiendo un poco el cañón hacia arriba. Parecido a la tercera forma de recraga que se ve en el vídeo.
De esa forma no quito la vista de la situación que tengo delante mio y veo, aunque no con definición, las manipulaciones que realizo ocn el arma. Asimismo me sirve la misma técnica para el caso de que realice una recarga táctica, policial o como la quieran llamar.
El inconveniente que le encuentro a esta forma de recargar es que en competiciones deportivas de IPSC, que suelo practicar como entretenimiento y mejora de manejo del arma, los ángulos de seguridad es posible que se traspasen y me vea descalificado de la competición.
Un saludo