Dicen que «de noche todos los gatos son pardos», salvo que se disponga de un visor nocturno, que entonces pasan a ser verdes ─o blancos/negros─. Parece que a nadie sorprende y cualquiera sabe, civil o militar, profesional o no, que los visores nocturnos existen desde hace muchos años y que se ve en verde ─ahora ya más en blanco y negro─. Pero lo que puede que algunos NO sepan es lo mucho que han evolucionado en los últimos años los tubos intensificadores de dichos visores, tanto en calidad de imagen, como en reducción de peso y tamaño, en autonomía, en prestaciones en general. Por eso actualmente el combatiente puede disponer de unos medios de visión nocturna más adecuados que le permiten ver mejor allí donde hay poca o ninguna luz, algo de vital importancia cuando el servicio exige enfrentarse al enemigo donde hay poca o ninguna luz.
Hollywood suele marcar tendencias y establece modas gracias a la influencia de sus películas en los espectadores. Esto también sucede en el ámbito del combate con armas de fuego gracias a sus películas de acción, que en ocasiones están muy elaboradas y tienen gran realismo. Además, dan a conocer al público en general determinados elementos de última tecnología del equipo individual del combatiente que de otro modo pasarían inadvertidos. Tal es el caso de las jóvenes y exclusivas gafas de visión nocturna de última generación motivo de este artículo que se pudieron ver por primera vez en 2013 en la película Zero Black Thirty o La Noche Más Oscura y que con este artículo que nos ofrece Chip Lasky, de Tactical Night Vision Company (TNVC), podrás conocer en detalle.
(Artículo traducido y publicado con la autorización de su autor original)
Las gafas de visión nocturna (GVN) [night vision goggles (NVG)] le proporcionan a nuestros operadores una increíble ventaja en el campo de batalla de hoy día. La capacidad para observar y batir al enemigo sin que se percate siquiera de tu presencia constituye un arma formidable. La tecnología de intensificación de imagen ha recorrido un largo camino desde aquellos enormes dispositivos de «infrarrojo activo» que se montaban en los carros de combate de la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose actualmente en dispositivos mucho más pequeños, portátiles y avanzados destinados al propio individuo Combatiente. La Guerra Global contra el Terror [Global War on Terror] ha acelerado el progreso de la tecnología de visión nocturna y sus aplicaciones. Cientos de miles de soldados estadounidenses y aliados han utilizado en combate alguno de los más avanzados y diversos intensificadores de imagen nunca vistos.
El inicio de la guerra en Irak, y posteriormente en Afganistán, presenta a los Combatientes un sinfín de zonas de combate que plantean diferentes desafíos para el operador con gafas. Amplios desiertos, altas montañas, zonas urbanas e incluso zonas tropicales, son todas ellas zonas que exigen diferentes requisitos. Los combatientes enemigos también se han adaptado rápidamente a la notablemente más avanzada tecnología de los buenos. Del mismo modo que evolucionan las tácticas del enemigo también tiene que hacerlo el equipo utilizado para acabar con él. Los dispositivos de visión nocturna han empezado a fusionar diferentes tecnologías, solapando la tecnología tradicional intensificadora de imagen con la térmica. Las gafas de uso individual también han empezado a incluir aplicaciones para mejorar la conciencia de la situación táctica que ayudan a enlazar los pies sobre el terreno con los ojos en el cielo. Este tipo de avances han incrementado enormemente la capacidad del Combatiente para matar a los malos, garantizando que dispone de toda la información disponible para mantener la ventaja. Pero incluso con todos estos avances las gafas de visión nocturna no son mágicas y no les proporcionan automáticamente súper poderes a los buenos. Como con cualquier otro sistema de armas resulta muy importante que el operador conozca y entienda las ventajas y desventajas del dispositivo. El empleo de un sistema de armas más allá de su uso indicado puede resultar desastroso. Por supuesto, esto no quiere decir que los Combatientes siempre vayan sobre seguro. Afrontémoslo, este es un trabajo peligroso. No se trata de hacer magdalenas. Al ir más allá de los límites de la tecnología disponible los operadores son capaces de desarrollar nuevas TTPs e influir en el desarrollo de nuevas tecnologías que se ajusten mejor a las condiciones del campo de batalla.
Una de las mayores limitaciones de las actuales gafas de visión nocturna es el relativamente pequeño campo de visión (CDV) [Field Of View (FOC)] que ofrecen. Los dispositivos tradicionales proporcionan al usuario un reducido CDV de 40º, que es como ver el mundo a través de un tubo de un rollo de papel higiénico. El tubo intensificador de imagen proporciona al usuario una visión en la oscuridad casi como si fuera de día, pero sólo a través de una reducida lente-objetivo. Aunque este estrecho CDV resulta muy útil en muchas zonas requiere mucho adiestramiento para utilizarlo correctamente con seguridad. Por ejemplo, el operador ha de mantener su cabeza loca observando constantemente a su alrededor para obtener a través de las gafas tanta información del entorno como sea posible. La observación debe realizarse suavemente y de forma para evitar perder ningún detalle. La percepción de la profundidad también supone un problema. Tenemos dos ojos que nos permiten cambiar instantáneamente el enfoque de cerca a lejos y así evitamos tropezar con cualquier obstáculo bajo nuestros pies o intentar agarrar el pomo de una puerta que se encuentra a más de diez metros de nosotros. El ubicuo AN/PVS-14, el visor nocturno de dotación estándar en las fuerzas estadounidenses (también en las españolas), presenta muchas ventajas en una configuración monocular, pero la percepción de la profundidad no es una de ellas. El mundo se aplana ante el ojo de un operador provisto de un monocular. Precisamente ese es el motivo por el que los pilotos que vuelan con visión nocturna tienen que utilizar binoculares, con dos tubos independientes, en lugar de monocular. Es por ello que también los operadores de Unidades de Operaciones Especiales (UOE) sobre el terreno prefieren utilizar dos tubos. La capacidad para caminar sobre el terreno y sortear obstáculos más rápidamente y con mayor seguridad resulta increíblemente beneficiosa para la naturaleza de alta velocidad de las misiones de las UOE. Sin embargo, independientemente de si el usuario utiliza uno o dos tubos, el CDV continúa limitado a 40º.uesto, esto no quiere decir que los Combatientes siempre vayan sobre seguro. Afrontémoslo, este es un trabajo peligroso. No se trata de hacer magdalenas. Al ir más allá de los límites de la tecnología disponible los operadores son capaces de desarrollar nuevas TTPs e influir en el desarrollo de nuevas tecnologías que se ajusten mejor a las condiciones del campo de batalla.
Aunque con mucha instrucción y/o adiestramiento un CDV de 40º puede resultar muy eficaz existen ciertas aplicaciones en las que simplemente no constituye una buena idea. Una de las cuestiones que los futuros operadores tienen que comprender es cuándo prescindir de la ventaja de las gafas de visión nocturna en favor de la luz blanca tradicional. Utilizar unas gafas de visión nocturna no tienen nada que ver con lo que se ve en las películas, donde un súper operador forrado con la tecnología más avanzada da una patada en la puerta, o desciende en rappel y entra a través de la ventana, provisto de unas gafas de visión nocturna y rápidamente despeja de combatientes enemigos todo un edificio por dentro y por fuera, todo ello mientras observa el mundo como si las condiciones fueran normales. El hecho es que el Combate Cercano [Close Quarters Battle (CQB)] no es un buen momento para utilizar tu AN/PVS-14 u otro visor tradicional. Simplemente porque todo va demasiado rápido y los operadores necesitan captar instantáneamente cualquier detalle de una habitación, procesar la información mientras avanzan hasta su punto de dominación en la habitación y cubrir su sector de tiro, todo ello mientras identifican posibles amenazas, determinan si constituyen realmente una amenaza y llevan a cabo las acciones adecuadas. La idea es disponer de muchas armas dentro de la habitación y dominar completamente la situación táctica con una fuerza arrolladora. Y los operadores sólo pueden hacer eso si captan toda la información disponible en el menor tiempo posible, normalmente una fracción de segundo. El caso es que un equipo táctico tiene que neutralizar a los malos en cuestión de segundos tras entrar en la habitación y eso es casi imposible llegar a hacerlo con cierta seguridad si se utilizan unas gafas de visión nocturna tradicionales porque la cantidad de información que se capta con un CDV de sólo 40º es demasiado pequeña y se hace demasiado lenta… Hasta ahora.
Las Gafas de Visión Nocturna Panorámica TerrestreGPNVG-18, en inglés Ground Panoramic Night Vision Goggle, desarrolladas y puestas en el mercado por L-3 Warrior Systems, la división de visión nocturna de L-3, constituyen una de las mayores innovaciones en tecnología de visión nocturna. Aunque estas gafas no cuentan con fusión térmica, ni le proporcionan al operador enlace directo con los drones (aeronave no tripulada) que orbitan sobre su zona de acción, sí aborda la importantísima limitación del CDV. Recientemente, a TNVC se nos brindó la oportunidad de jugar con estas gafas únicas en su especie. No voy a desvelar información alguna que no esté ya disponible al público sobre la tecnología empleada, pero sí te presento un análisis detallado de unas de las GVN más innovadoras y originales a disposición de nuestros guerreros más elitistas.
El verdadero propósito de las GPNVG-18 consiste en proporcionar mayor información al operador que las utiliza, permitiéndole así avanzar más rápidamente a través del Ciclo OODA (Observar, Orientar, Decidir, Actuar). La característica más llamativa de las GPNVG-18 es la presencia de cuatro tubos intensificadores de imagen independientes con sus correspondientes lentes-objetivos independientes dispuestas con una orientación panorámica. Las dos lentes-objetivos centrales apuntan hacia el frente como en el caso de las gafas de dos tubos tradicionales, lo que le proporciona al operador una mayor percepción de la profundidad, mientras que los otros dos tubos intensificadores apuntan ligeramente hacia fuera desde el centro para aumentar la visión periférica. Los dos tubos intensificadores de la derecha y los dos de la izquierda se empalman respectivamente en su correspondiente ocular. El operador ve los dos tubos intensificadores centrales que se solapan ligeramente con los dos tubos intensificadores exteriores para producir un CDV sin precedentes de 97º. Tan amplio CDV constituye un auténtico hito para la comunidad de UOE. Los dos tubos intensificadores de la derecha y los dos de la izquierda se alojan en sendos armazones unidos entre sí dos a dos y que cuelgan de un puente similar al del Sistema de Imagen de Visión Nocturna de Aviador [Aviator’s Night Vision Imaging System (ANVIS)], lo que permite a los operadores realizar ajustes de la distancia interpupilar. Asimismo, se pueden soltar del puente-soporte y utilizarse de forma independiente como un visor de mano. El puente-soporte dispone de un sistema con unos dientes que permite ajustar la posición del visor llevándolo hacia delante o hacia atrás y está disponible en dos posibles configuraciones de fábrica para poder adaptarse a diferentes monturas para el casco: retén de bola, como en el caso del ANVIS, o cola de milano, como en el caso del Sistema de Visión Nocturna Binocular [Binocular Night Vision System (BNVS)].
Las GPNVG-18 se alimentan desde una batería externa conectada mediante un cable estándar ANVIS. La batería está compuesta por cuatro pilas CR123A de 3 voltios que le proporcionan a las gafas una autonomía de treinta horas (en mis pruebas). La autonomía de las GPNVG-18 es menor si se utiliza la nueva montura L4 G11 ANVIS de Wilcox, que fue diseñada para cierta unidad militar. La batería externa, además de alimentar las gafas, tiene una función secundaria como contrapeso, lo que resulta especialmente necesario teniendo en cuenta que las gafas pesan algo más de 750 gramos.
Las gafas que probamos eran la versión tipo ANVIS. Como en el caso de las gafas ANVIS de verdad, las GPNVG-18 se apagan cuando se llevan a su posición levantada. Independientemente de si se llevan arriba o abajo, el operador tiene que acostumbrarse a la anchura del dispositivo. Obviamente estas gafas sobresalen por ambos lados más que las gafas tradicionales, por lo que habrá que tener especial cuidado al ponerse o quitarse diferentes accesorios esenciales para la misión, como la correa portafusil. Las gafas tienen una anchura de 21’5 cm, haciendo indispensable contar con una buena estabilidad de las mismas. Es por ello que resulta fundamental el uso de ganchos elásticos en el casco para evitar que las gafas estén botando continuamente. No obstante, con estas gafas hay muy poca holgura. Una de las cosas más fastidiosas de los sistemas con montura tipo puente es el tembleque producido en la unión entre las carcasas de los tubos intensificadores y el propio puente. Con las GPNVG-18 el tembleque es sorprendentemente pequeño.
La colocación y los ajustes del sistema resultan claves a la hora de proporcionar la mejor imagen posible al operador. Uno de los principales ajustes del enfoque en unas gafas de visión nocturna está constituido por el diopter. Tradicionalmente el ajuste del enfoque en el diopter se realiza mediante la rotación del anillo de enfoque del diopter. Con ello se ajusta el enfoque de las gafas en relación con el ojo/s del individuo que las porta. El reto que plantea el conjunto de lentes panorámicas de las GPNVG-18 consiste en «fusionar» en un todo los oculares, casi como un prisma. Esto es lo que proporciona al operador las imágenes solapadas procedentes de los tubos frontales y oblicuos. Pero como contrapartida impide que las gafas puedan disponer de anillos de enfoque del diopter. Por tanto, los ajustes del diopter se realizan mediante diopter intercambiables que se acoplan sobre el ocular. El conjunto se entrega provisto de varios diopter que se sujetan al armazón del ocular y que van desde +0.5 hasta -2.5. En consecuencia, el operador tiene que asegurarse de realizar los ajustes oportunos antes de salir de casa porque de otro modo va a necesitar llevar consigo en el campo de batalla todo los diopter intercambiables.
Las GPNVG-18 utilizan tubos intensificadores de imagen de 18 mm de tercera generación (Gen3) MX-10160 disponibles comercialmente, que son los mismos que utilizan las gafas ANVIS. Estos tubos facilitan el mantenimiento al utilizar un diseño de L3 de tubo sin soldaduras sustituible. Se trata de una característica muy bienvenida porque los tubos modulares de L3 no necesitan grandes complicaciones para sustituirlos, basta con una sencilla maniobra con herramientas de andar por casa y listo. De hecho, las gafas al completo se han diseñado teniendo en mente su mantenimiento. Uno de los mayores problemas de las GVNs (y de prácticamente cualquier dispositivo técnicamente avanzado) es precisamente su mantenimiento en caso de averías o roturas. Frecuentemente se trata de un largo proceso que implica que una unidad se quede sin el equipo durante un buen rato porque su reparación requiere el uso de herramientas e instalaciones especiales. Las GPNVG-18 disponen de un bastidor totalmente modular con un puente muy resistente. Los plazos de reparación son muchos menores que en el caso de otras gafas especiales como las AN/PVS-15.
Utilizar las GPNVG-18 constituye toda una experiencia muy especial. Para alguien que ha crecido acostumbrado al estrecho CDV de las gafas estándar la noche parece totalmente diferente con 97º. En los tubos exteriores no se aprecia pérdida de agudeza visual alguna por lo que la imagen resulta tan nítida en las zonas más anchas como en la «zona 1» tradicional. Donde se solapan las imágenes de un tubo con las del otro se aprecia una ondulación que oculta parte de la imagen total pero dicha parte oculta es mínima y sólo «ves» el solape de tres imágenes ya que tu cerebro conjuga las de los dos tubos centrales (tal y como sucede en cualquier sistema binocular). Después de cinco minutos con las gafas puestas tu cerebro ni siquiera percibe el leve semicírculo negro de la zona de solape. El incremento en la conciencia de la situación resulta evidente de forma inmediata. Lo primero que pensé cuando me puse las GPNVG-18 fue: «¡Guau! estas gafas van a salvar las vidas de muchos buenos y a terminar con las vidas de muchos malos». Como ya he dicho antes, no soy ningún entusiasta del CQB con gafas de visión nocturna, pero esto lo cambia todo. El registro o limpieza de habitaciones se convierte en un trabajo mucho más factible con las GPNVG-18.
En cuanto se empieza a rebasar el borde de una puerta el combate está en marcha. Inmediatamente se tiene que prestar atención y procesar cada detalle de una estancia/habitación, por insignificante que resulte. Obviamente el operador busca amenazas y tiene que priorizarlas de forma que pueda procesarlas convenientemente. Citando a un reputado instructor y amigo personal, «tienes que ver al hijoputa y disparar al hijoputa». La mente del operador tiene que ser capaz de procesar y filtrar instantáneamente todo lo que ve al otro lado de esa puerta de forma que el operador pueda ver y disparar al hijoputa antes que el hijoputa le dispare a él. A las distancias del CQB cualquiera puede ser un eficaz sniper y la velocidad es oro. Si no logras procesar las amenazas inmediatamente tendrás problemas. Por supuesto, que seas capaz para ver tanto como sea posible resulta fundamental y eso es precisamente lo que te permiten hacer las GPNVG-18. Ahora en cuanto rebasas la puerta ya puedes ver a múltiples amenazas cuando antes sólo podías ver una por el tubo del papel higiénico. En algunos ejercicios que pude llevar a cabo fui capaz de ver inmediatamente y «abatir» a varios malos. Unas gafas tradicionales me obligan a tener que escanear el entorno moviendo mucho más toda la cabeza, lo que me da mucho en lo que pensar y coreografiar mientras avanzo dentro de una pequeña estancia/habitación densamente poblada por personas que quieren matarme. Mover tanto y tan rápidamente mi cabeza me puede llevar a pasar cosas por alto. Al fin y al cabo el mundo es totalmente verde cuando se ve a través de unas gafas de visión nocturna y las cosas se identifican por contraste. El mundo real no es como una casa de tiro. Normalmente las estancias/habitaciones incluyen escombros, basura, mobiliario y otras mierdas variadas, desperdigadas por todas partes, que tienden a confundirse entre si cuando se ven a través de unas GVN, especialmente cuando además tienes que lidiar con el dichoso plano de enfoque fijo de unas GVN. Con unas GVN tradicionales no me queda otro remedio más que escanear mi sector de tiro girando la cabeza en un arco de 90º para llegar a ver algo que puede parecerme una amenaza pero que al dirigirme hacia ella compruebo que no se trata siquiera de una persona, todo ello mientras alguien «fuera de cámara» me dispara. Se trata de una situación realmente muy mala para mi. Sin embargo, las GPNVG-18 me permiten ver con un CDV tan amplio que no tengo porqué malgastar el tiempo girando la cabeza a ambos lados al tiempo que entro en la estancia/habitación. Con estas gafas capto inmediatamente a las personas de interés y puedo determinar si constituyen amenazas.
Otro aspecto de estas GVN digno de mención es la ausencia de imagen borrosa en la periferia de los tubos intensificadores. Por supuesto, como con cualquier tubo intensificador, la claridad de la imagen en los bordes no es perfecta, pero no plantea inconveniente alguno a la hora de fusionar las imágenes de los tubos intensificadores contiguos ya que existe la suficiente superficie de solape entre ambas imágenes como para que evitar que se genere una zona borrosa en el medio.
Otra situación en la que destacan estas GVN es a la hora de conducir. Las GPNVG-18 constituyen una versión más robusta de las Gafas de Visión Nocturna Panorámica [Panoramic Night Vision Goggle (PNVG)] originales AN/AVS-10. Evidentemente para un piloto resulta imprescindible ver tanto como le sea posible a la hora de pilotar un aeronave. Esto es especialmente cierto en el caso de pilotos de operaciones especiales, que habitualmente van más allá de los límites del vuelo y acercan el aeronave peligrosamente al suelo o a otros obstáculos. En tales situaciones, de cuanta más información puedan disponer y procesar mejor. Como con las PNVG, las GPNVG proporcionan al conductor toda clase de información de la que normalmente no podría disponer sin girar continuamente su cabeza a todos lados. Ahora puede ver prácticamente todo el ancho del parabrisas del coche sin girar la cabeza. De hecho, cuando las probé, pude ver el espejo retrovisor del lado del conductor sin tener que girar la cabeza. También se puede ver el tablero de instrumentos del coche, como en el caso de utilizar unas GVN tradicionales.
Por otra parte, el peso de las GPNVG-18 no plantea tantos problemas como yo pensaba. Por supuesto que se trata de una de las GVN con mayor peso disponibles actualmente, pero, aún así, todavía están dentro de lo razonable. Cuando te das cuenta que pesan algo menos de 30 gramos más que las AN/PVS-21 empiezas a tener la perspectiva correcta. Sin lugar a dudas empezarán a resultar incómodas all tiempo de llevarlas puestas, pero, una vez más, si te pones una de estas cosas es porque no te presentaste voluntario para el trabajo más cómodo del mundo. Sinceramente, no resultan tan pesadas como parece, aunque descubrí que resulta más fácil llevarlas con un contrapeso detrás de la cabeza. Las cuatro pilas CR123A de la batería externa ayudan pero para mi gusto no tienen el peso suficiente. Pero lo bueno de esta batería externa es que tiene un perfil bajo y proporciona el espacio suficiente para añadir más contrapeso según sea necesario. Lo que me resultó un poco más difícil fue llevar las gafas en su posición levantada. En general sobresalen más en dicha posición y al quedar todo su peso en el aire se hacen un poco menos manejables y demasiado prominentes en la cabeza. Así por ejemplo me fue más difícil subir escaleras con las gafas de esta forma sobre la cabeza. Nada es perfecto así que tienes que sopesar los beneficios e inconvenientes en el uso de diferentes herramientas. En este caso, la capacidad para ver con una gafas de visión nocturna panorámica supera ampliamente el inconveniente de su volumen poco ideal.
Las GPNVG-18 representan una auténtica innovación. Aunque no hacen uso de la nueva y revolucionaria tecnología de fusión de imágenes (térmica e infrarroja) ni te proporcionan información vía satélite, el mero hecho de permitir al operador ver más es toda una bendición. Después de todo, las GVN están ahí para que puedas ver de noche, de forma que cuanto más ves mejor trabajas. Tan simple como eso. Estas gafas proporcionan al operador la capacidad para hacer más cosas de noche mientras disponen del mismo CDV que tienen durante el día. Las GPNVG-18 suponen un desarrollo extraordinario en el mundo de la visión nocturna para ofrecerle al Guerrero moderno más opciones de combate e incrementar su letalidad. La capacidad para permanecer a oscuras incluso en interiores implica un beneficio enorme. No sólo el operador gana en seguridad al presentar un menor blanco a los malos en Combate Cercano (CQB) sino que mejora la velocidad y eficacia con la que se puede abatir a los malos. La visibilidad en exteriores mejora considerablemente respecto a las GVN tradicionales. Obviamente, la visión panorámica proporciona al operador mucha más información en campo abierto de lo que imponen las restricciones de las GVN tradicionales, lo que hace la navegación terrestre mucho más sencilla. Además evita que el operador tenga que mover tanto la cabeza durante la observación. Puesto que durante la noche la vista de las personas se ve automáticamente atraída por el movimiento esa ventaja proporciona mayor seguridad al operador.
Mientras la tecnología continúa evolucionando en el campo de la intensificación de imagen resulta asombrosa la diferencia que se establece por el mero hecho de solapar varios tubos intensificadores para proporcionar al operador un CDV más amplio. Las GPNVG-18 de L3 están actualmente disponibles únicamente para Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
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Pues no creo que la puedas encontrar a la venta. No es un producto de venta al público, especialmente fuera de EE.UU.
Su precio ronda los 40 mil dólares.
http://www.nightopstactical.com/L_3_GPNVG_18_p/00379nt.htm
donde puedo comprar esto y cuanto dinero costaria
soy miembro de la agrupación de fuerzas especiales de panamá senafront tengo entrenamiento con los seal y con los ranyer y estos lentes me gustaría que algún día puedan comprar para mi unidad
Muy interesante el artículo, muchas gracias por publicarlo y hacérnoslo llegar!!
Un saludo!
Juan Pedro
Si te ha resultado de interés entonces bien ha merecido la pena traducirlo.
Si nos ponemos a ahorrar igual podemos comprarnos unas GPNVG-18.
Impresionante. Me ha enganchado desde el principio, y creo que no se tardará mucho en fusionar tanto la visión nocturna panorámica con la térmica, e incluso, con dispositivos de menor tamaño. Es evidente que en unidades especiales, tanto militares como policiales, la tecnología es un arma imprescindible.