Lecciones sobre carros de combate aprendidas por Irak durante la Guerra contra el Estado Islámico. El Ejército de Tierra iraquí ve rentable la modernización de los T-55 más antiguos.

 

Un carro T-55 iraquí del 1er Batallón Mecanizado, 1ª Brigada, 9ª División Mecanizada del Ejército de Tierra iraquí vigila un paso elevado cerca del distrito de Abu Ghraib, al oeste de Baghdad. Foto del Ejército de Tierra estadounidense.

En tiempos de guerra se pueden identificar e incluso aprender valiosas lecciones, aunque a veces ya sea tarde. El cambio radical del actual campo de batalla respecto a otros del pasado plantea la posibilidad de identificar y aprender muchas lecciones. Los iraquíes han tomado nota de su experiencia en combate contra el Estado Islámico y la han trasladado a sus carros de combate.


(Reproducción del artículo en español publicado en War Is Boring con fecha 20 de abril de 2018, traducción del original en inglés escrito por Paul Iddon)

Lecciones sobre carros de combate aprendidas por Irak durante la Guerra contra el Estado Islámico

El Ejército de Tierra iraquí ve rentable la modernización de los T-55 más antiguos

Tras su éxito contra el Estado Islámico (ISIS) en el campo de batalla, Irak está estudiando las futuras necesidades de sus fuerzas acorazadas. Bagdad tiene sobre la mesa planes para la adquisición de carros de combate T-90 y al mismo tiempo básicamente está estudiando la viabilidad de modernizar su flota de antiguos carros T-55 y transformarlos en plataformas de armas mucho más modernas.

Todo esto según una información de la agencia de noticias Al Sura que dice que Irak transformará los carros T-55/Tipo 69 de su arsenal, tras una serie de importantes mejoras, en nuevos carros de combate Khafil-1 de fabricación nacional. La palabra árabe «Khafil» significa «Garante» en español.

Los iraquíes pretenden conseguir esta hazaña mediante la incorporación de blindaje de fabricación nacional y blindaje reactivo importado de origen europeo en sus unidades del carro de combate más extendido en el mundo. Además, el Khafil dispondrá de un ordenador balístico que le permitirá apuntar a otros blancos en movimiento al mismo tiempo que también se mueve, un compartimento de munición separado para reducir los daños causados a la tripulación si el carro recibe un impacto directo, y una ametralladora por control remoto.

Estas mejoras harán del Khafil un enemigo formidable.

Los aproximadamente 140 carros de combate M-1 Abrams reacondicionados del arsenal iraquí demostraron su valía en la guerra contra el ISIS y los misiles contracarro de los terroristas solo pudieron dejar a unos pocos fuera de servicio permanentemente. Si bien la flota iraquí de Abrams funcionó bien en la guerra, Irak no dispone en la actualidad de presupuesto para adquirir más unidades de estos carros. Allá por 2016 Irak disponía de unos 100 carros M-1, 120 carros T-72 y 50 carros T-55, según el International Institute for Strategic Studies [Instituto Internacional de Estudios Estratégicos].

Un carro del Ejército de Tierra iraquí supera un obstáculo mientras un soldado iraquí de la 72ª Brigada, 15ª División del Ejército de Tierra iraquí, mira, en Camp Taji, Irak, el domindo 22 de marzo de 2015. Soldados iraquíes de la 72ª Brigada, 15ª División, participaban en un ejercicio combinado que incluía carros, helicópteros, zapadores e infantería con el que finalizaba un curso de entrenamiento avanzado de 3 semanas con asesores estadounidenses. Foto del Ejército de Tierra estadounidense.

Asimismo, según la información de Al Sura, otra razón por la que el Ejército de Tierra iraquí considera que transformar sus carros T-55 en un carro moderno representa su mejor opción, es porque los grandes carros de combate ofertados por marcas europeas «no se ajustan a la experiencia de combate iraquí».

En su lugar, Irak necesita «carros más ágiles y bien equipados», que «han sido designados para este cometido, mientras el ruso T-90 y el estadounidense Abrams asumen el cometido de grandes carros de combate en el Ejército de Tierra iraquí».

Esto tiene que ver en gran medida con el coste. Adquirir carros de combate nuevos y grandes como los británicos Challenger o los alemanes Leopard para después intentar adaptarlos para servir en el ejército iraquí, cuesta mucho más que modernizar los carros de combate ya existentes. Además las tripulaciones iraquíes de carros de combate tienen experiencia con carros rusos y estadounidenses ─posibles opciones para futuras adquisiciones─.

Por supuesto, los nuevos carros de combate T-90 que Irak pretende adquirir son básicamente versiones modernas del icónico carro T-72 de la era soviética, del que los iraquíes también poseen un número considerable. A finales de 2016 Irán, vecino de Irak, se presentó con la idea de adquirir hasta 300 carros T-90, pero en realidad solo se hizo con 24 ejemplares y se los entregó a los leales al régimen en Siria.

Soldados iraquíes del 2º Batallón, 34ª Brigada, 9ª División Mecanizada del Ejército de Tierra iraquí, realizan sus comprobaciones previas a una misión en sus carros T-72 antes de iniciar la marcha hacia la línea de tiro del campo de maniobras de Bessimayah, en Irak, el 31 de octubre de 2008. Foto del Ejército de Tierra estadounidense.

Poco después, Teherán anunció la introducción del Karrar o carro de combate «Striker», que se parece al T-90. Irán presume de que este carro puede hacerle frente a cualquier otro carro moderno del mundo. Sin embargo, el Karrar no se ha probado en combate, como si lo ha hecho el T-90 en Siria, y Teherán todavía no ha demostrado capacidad alguna para fabricarlos en serie.

También es de destacar el hecho de que el Karrar tiene unas características similares a las de otros carros de combate que llevan mucho tiempo en el arsenal iraní.

El Karrar «se basa en la plataforma T-72, pero también tiene algo de los carros estadounidenses Abrams y M-60», declaró el General de División retirado del Ejército de Tierra ruso Vladimir Bogatyrev a Sputnik, medio de comunicación propiedad del Kremlin. «Algunos elementos se tomaron prestados del carro M-48 y del británico Chieftain. Juntaron todos estos elementos e intentaron diseñar su propio carro de combate».

Naturalmente Teherán todavía tiene que demostrar si el Karrar está a la altura del bombo que se le ha dado.

Justo antes de su primera misión fuera de su base, los carristas del Ejército de Tierra iraquí del 1er Batallón, 3ª Brigada, 9ª División Mecanizada del Ejército de Tierra iraquí, montan en sus carros T-55 a la espera de la orden de salir el 12 de abril de 2007 en Camp Taji, Irak. Foto del Ejército de Tierra estadounidense.

El proceso que siguen los iraquíes con sus carros T-55 es realista. Blindaje reactivo, protección mejorada y armas nuevas podrían convertir al Khafil en un carro de combate adecuado para futuros campos de batalla en Irak, teniendo en cuenta que es mucho más probable que Bagdad se enfrente a adversarios no convencionales e irregulares tales como el ISIS en lugar de a ejércitos modernos con sus propias fuerzas acorazadas. El problema es que ─dada la proliferación de tecnología avanzada a nivel mundial─ los combatientes irregulares del siglo XXI tienen muchas posibilidades de contar con mejores armas tales como misiles guiados contracarro, lo que exige que incluso carros más antiguos entren en combate con contramedidas adecuadas.

Además una modernización completa puede darle una nueva vida a carros de combate de otro modo antiguos y aparentemente obsoletos. Israel, por ejemplo, ayudó a Turquía a reformar totalmente su flota de carros de combate M-60 Patton de fabricación estadounidense, convirtiendo casi 200 carros en una variante más moderna denominada Sabra. Esta modernización incluía blindaje reactivo explosivo, ametralladora por control remoto y cañón de 120 milímetros, el cual supone una mejora considerable respecto al cañón original de 105 milímetros del M-60.

Los propios israelíes demostraron durante la Guerra del Yom Kippur en octubre de 1973 que los carros de combate Sherman de fabricación estadounidense que sobraron de la Segunda Guerra Mundial podían –con una modernización─ hacer frente a carros de combate mucho más modernos T-55 y T-62 de fabricación soviética.

En conclusión, si Bagdad estudia correctamente el rendimiento de sus actuales carros de combate en la guerra contra el ISIS y puede fabricar y adquirir el equipo que necesitan para convertir el Khafil-1 en una realidad, lo cual es muy probable a día de hoy, podría demostrar ser el sistema de armas más rentable para las futuras guerras terrestres de Bagdad.

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