«Si estás en una guerra, eres un guerrero. ¿Hay una guerra contra las drogas? ¿Hay una guerra contra el crimen? ¿Hay una guerra contra el terrorismo? ¿Estás haciendo frente o conteniendo una agresión como agente de policía, como efectivo para el mantenimiento de la paz en una tierra lejana, o como un guerrero que combate el terrorismo en todo el mundo? [...] ¿Hay gente que se levanta cada mañana con la intención de devolverte a tu familia dentro de una caja de madera? Entonces estás en guerra y eres un guerrero. Cuando las balas empiezan a silbar, sólo hay dos clases de personas: guerreros y víctimas; aquéllos que luchan y aquéllos que no están preparados, no pueden o no quieren defenderse».1 Con estas palabras el Teniente Coronel Dave Grossman da inicio a su libro Sobre el Combate definiendo a todos aquellos policías y otros agentes del orden, soldados y fuerzas de mantenimiento de la paz como lo que son, guerreros del siglo XXI.
El pasado mes de mayo empezó a circular por las distintas plantillas de la Guardia Civil un escrito, al que posteriormente se unió el Cuerpo Nacional de Policía mediante su envío a numerosas dependencias policiales, en el cual se expresa la prohibición de asistir, por parte de cualquier miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a los diferentes cursos de formación impartidos por entidades privadas, así como la utilización del arma reglamentaria para la realización de los mismos. Se ha hablado y escrito much
Muy buen articulo, un análisis constructivo e integrador, te animo a seguir escribiendo este tipo de post.
Saludos.
Soy un firme partidario de la formación, ya que me ha «demostrado» que es útil en situaciones complicadas.
¿Qué tipo de formación y formadores escoger?, creo que estas son las preguntas más difíciles de resolver ya que nos encontramos de todo. Desde personal serio y con objetivos claros y definidos, hasta los que te enseñan a «extraer a un compañero herido de zona hostil» y para ello se utilizaba un helicóptero, técnica que se «vendía» para integrantes de Seguridad Ciudadana.
Respecto al uso del arma oficial, no le veo el inconveniente o traba que nos quieren hacer ver algunos. Ese arma no nos pertenece en propiedad, es propiedad de la Administración, así que la misma decide qué hacer con su material. Por lo mismo, podríamos utilizar otros medios (vehículos, ordenadores, etc, etc) que no se nos ocurre utilizar para nuestra formación, digamos particular.
Este tema se puede salvar, una vez más, debiendo sufragarlo nosotros. Triste pero real.
Se tendría que tomar la decisión, por quien corresponda, de reglar de una vez por todas la formación policial a entidades y estamentos privados, no como una competencia a la formación proporcionada por la propia Administración, sino complementaria a la misma.
Hasta que no nos quitemos complejos, no creo que avancemos mucho en este tema. Mientras tanto, sólo nos queda el ahorrar un poco, gastar tiempo y recursos en buscar y localizar a los mejores formadores y seguir poniendo de nuestra parte con el objetivo de ser mejores.
Un saludo
Buenas Ray,
Muchas gracias por tu comentario. Estoy totalmente de acuerdo contigo, esa es la idea, adquirir programas de instrucción propios por parte de las administraciones y entidades privadas, aunando conocimientos y esfuerzos con el único fin de ofrecer una formación profesional, veraz y realista. Encontrar un camino donde converjan ambas posturas, desembraveciendo a la «bestia» interventora y enmudeciendo el «pataleo» de los que encolerizan y nos alejan de un fin común.
Un saludo
Buenas Alejandro:
Me parece muy acertada tu aproximación a los conceptos de «Piloto automático» y la fislosofía de El Guerrero de Dave Grossman, que debe regir nuestro trabajo diario.
Como bien dices, la proleferación en los últimos tiempos de «cursos pirata» de corte táctico ha emborronado el trabajo serio y profesional de otros instructores; pero hay que decir que entre todos la mataron y ella sola se murió y ahora se trata de separar el grano de la paja con el objetivo de ofrecer instrucción táctica profesional por parte de instructores que desean realizar una función privada legítima y el objetivo de no inmiscuirse en la formación policial de las administraciones que defiende el órgano interventor.
Así pues, se trata de, con un fin en mente común, encontrar la manera de acercar posturas. En este sentido, el estilo de tu artículo creo que marca un estilo serio de cómo fundamentar las ideas y acercarse al fin común, que debe ser la Seguridad ciudadana. El otro estilo, el del «pataleo» de los mismos que encabronaron a la «bestia» interventora no parece que esté dando resultados; y es que parecía dormida, pero no, no lo estaba.
Enhorabuena por el artículo. Un saludo.
He dejado un comentario, pero no se si se ha guardado o he perdido la conexión mientras se guardaba porque no me aparece.
Si está el comentario anterior, disculpen las molestias y borren este por favor.
Gracias a ti por el comentario, como bien dices es mi opinión al respecto, pero en ningún caso inapelable y mucho menos comprende la verdad absoluta, estoy abierto a cualquier criterio o juicio, como bien dices en la declaración de intenciones del blog, » todos tenemos mucho que aprender y algo que enseñar».
Un saludo
Alejandro, muchas gracias por tu artículo. Me parece interesante que el Blog cuente con pluralidad, tanto de autores como de argumentos y opiniones.
Ya sabes que no estamos de acuerdo en todo y hay algunos aspectos de tu artículo que creo que necesitan un mayor desarrollo, como lo referente a la supuesta prohibición para asistir a cursos de formación y el ejemplo de las clases particulares. Pero es tu artículo y yo ya expondré mi postura en otro artículo.
Un saludo.