Las claves para ser mejor tirador: la eficiencia (I). Por Juan I. Carrión.

Técnica para el aprendizaje del empuñe con «pulgares paralelos».

Hola a todos

Escribo este artículo sobre la eficiencia porque después de darle muchas vueltas creo que es hora de hablar de las cosas que a mí no se me explicaron nunca y que me he dado cuenta que la gente pone caras raras cuando lo comento en mis sesiones de Tiro. Caras raras que pasan a expresiones de «claro que sí» una vez que explico el porqué de su importancia en la realización de esta actividad motora.

Buscando la palabra eficiencia en el Diccionario de la Lengua Española, se define como la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado. Esta definición no refleja muy claramente cuál es el aspecto real de la palabra. Indagando un poco más por ahí, encontré una definición de eficiencia que lo explica mejor: la capacidad de conseguir un objetivo con el menor empleo de recursos posibles. Es por ello que tenemos bombillas eficientes (la misma luz con menor gasto de electricidad), coches eficientes (mismos kilómetros con menor consumo de combustible).

El siguiente paso es diferenciar la eficiencia de la eficacia, porque es muy normal que se confundan. Eficaz es la capacidad de alcanzar un objetivo. Se alcanza o no se alcanza, sin centrarse en los recursos empleados (esfuerzo, tiempo, etc.). Eficiente es alcanzar el objetivo con el menor esfuerzo y recursos empleados.

Entonces, ¿cómo aplicamos estos conceptos al tiro? Supongo que en alguna ocasión habréis leído u oído aquello de Lo Lento es Suave, lo Suave es Rápido [Slow is Smooth, Smooth is Fast], ese es el mantra de la eficiencia. Trabaja despacio (analiza lo que haces, siendo consciente de cada uno de tus movimientos), ve suave (evita movimientos innecesarios) y poco a poco ganarás velocidad.

En la práctica del Tiro (tanto en entrenamiento como en una hipotética acción real) debemos ser eficientes. Este término implica que la cantidad de movimientos empleados para cualquiera de las técnicas que se utilicen debe ser la menor posible. Con la eficiencia viene asociada la velocidad. Pongo un claro ejemplo: Para realizar una recarga de emergencia de una pistola existen varias opciones para cada uno de los pasos en los que se descompone la recarga. Voy a mencionarlos para indicar en cada caso cuál sería la más eficiente.

  • Mirar todo el rato, no mirar o mirar en el momento de embocar. Estar mirando todo el rato la pistola cuando se hace la recarga te hace perder la visión sobre el blanco y lo que está haciendo, con lo cual se pierde una información básica en un momento crucial, y si te matan, la eficiencia se acaba. No mirar la pistola en ningún momento, hace que el momento de insertar el cargador sea un poco «lotería», ¿estará la embocadura ahí o no? Lo más eficiente es mantener la visión sobre el blanco y cambiar un instante la vista al arma justo antes de embocar el cargador.
  • Tener el/los cargadores de pistola de repuesto en el portacargador con las puntas dirigidas hacia atrás o hacia delante. El cargador con las puntas hacia detrás obliga a un giro poco natural de la muñeca si queremos agarrar el cargador por completo con el dedo índice cerca de la punta del primer cartucho. Ese giro hace perder tiempo. Si no se agarra el cargador de esa manera, y por el contrario, solo se agarra de la base del cargador, las probabilidades de que éste baile por su peso al intentar introducirlo en la embocadura aumentan mucho, lo que ralentiza su inserción. La manera más eficiente es llevarlos con las puntas hacia delante y agarrar el cargador por la mitad de su cuerpo con el dedo índice de la mano a la altura del primer cartucho. De esta manera se reduce el giro de la muñeca, se evitan los movimientos del cargador y se inserta con mucha mayor rapidez.
  • Si al extraer el cargador vacío de la pistola, la mano armada puede girarse antes de llegar al «área de trabajo» (unos 30-45cm delante de la cara) o girarse en el momento que llega a esa zona. En el primer caso, puede provocar que el cargador no haya caído del todo y se quede medio atascado, lo que obliga al tirador a tener que quitarlo con la otra mano o a agitar la mano armada para que ese cargador caiga. En ambos casos aumenta el tiempo de la recarga.
  • La corredera queda atrás, el tirador se percata de ello y procede a presionar el botón de retenida del cargador. Opciones: dedo gordo de la mano armada o dedo gordo de la mano reactiva. Apretando con el de la mano armada, permite que la mano reactiva abandone antes el empuñamiento de la pistola para ir a buscar el nuevo cargador. Si lo hace con el dedo pulgar de la mano reactiva, pierde tiempo en alcanzar ese cargador nuevo con munición (poco, pero lo pierde).
  • Mantener el brazo armado estirado o recogerlo hasta el «área de trabajo». La primera opción era la que se me enseñó a mí en mis primeros tiempos como tirador y sé de algún instructor por ahí que todavía la enseña. Tener el brazo estirado es incómodo, aleja la embocadura del cargador de la vista del tirador y le obliga a «adivinar» dónde está para introducir el cargador (por no hablar de lo absurdo que es tener un arma sin cartucho en recámara apuntando hacia delante). Llevar el arma al área de trabajo es adoptar una posición mucho más cómoda ( sobre todo si se está detrás de un parapeto o desplazándose de un punto a otro), permite que la mano reactiva tarde menos en llegar a la pistola con el cargador nuevo y además permite ver un instante la embocadura en el momento de introducir el cargador.
  • Mantener la pistola a la altura de la barbilla en el «área de trabajo» o bajarla a la cintura. Creo que está claro qué es más eficiente. El arma arriba hace que el movimiento del arma sea solo de adelante a atrás y de ahí hacia delante de nuevo. Si mantenemos el arma arriba, mirar para embocar es solo cuestión de mover los ojos y no bajar la cabeza. La otra manera no.
  • Una de las cuestiones que más controversia genera, tirar de la corredera o apretar la retenida de la corredera. Los defensores de la primera afirman que bajo estrés eres incapaz de utilizar tus habilidades motoras finas para apretar la retenida de la corredera, pero entonces, ¿cómo han apretado la retenida del cargador?, ¿cómo han apretado el disparador?, ¿cómo han introducido el cargador nuevo en la pistola? Es la misma habilidad motora fina una que las otras, la misma, no hay discusión posible sobre eso, por lo tanto ese motivo es irreal. La manera más eficiente de acerrojar la corredera es apretando la retenida de la corredera con el pulgar de la mano reactiva, ya que dicha mano queda prácticamente a la altura necesaria para empuñarla de nuevo. Además de esta manera se soluciona el problema que les pasa a muchos (yo me incluyo) de no alcanzar la retenida con el pulgar de la mano armada. Tampoco es recomendable hacerlo con el pulgar de la mano armada aunque se llegue, puesto que puede provocar que se presione la retenida antes de tiempo, o que se altere el empuñamiento de la pistola al no dar tiempo al pulgar de la mano armada a volver a su posición antes de que llegue la otra mano. En el caso de tirar de la corredera para acerrojar la pistola de nuevo, se pierde un tiempo que oscila entre 0,5 y 1 segundo, puesto que la mano reactiva tiene que ir hacia atrás para luego tener que ir a buscar de nuevo la empuñadura.

Se puede apreciar que para un acto tan corto en el tiempo como es una recarga de emergencia, las opciones son muchas. Está en el tirador el buscar siempre la más eficiente tanto en tiempo como en esfuerzo para hacer que su técnica sea lo más refinada posible. Es la clave que hace que los grandes tiradores lo sean. Cuando uno les analiza tirando, parece que no hacen ningún esfuerzo y que se mueven lentamente. Es cuando se quiere imitar lo que están haciendo cuando te das cuenta que por mucho que se corra, no se consigue el mismo resultado y ahí está el «quid» de la cuestión: no es cuestión de correr, es cuestión de economía de movimientos en cada una de las acciones que se realizan.

¿Cómo se puede conseguir? Hay que hacer un profundo análisis de cada una de las técnicas que se emplean, despacio, siendo conscientes de lo que se hace en cada momento e intentando encontrar la manera de ser más eficiente. Si no sabes cómo, observa a otros. Fíjate en los tiradores de renombre y analiza su técnica. No estudies solo a uno, puesto que nadie es perfecto y en la variedad está la riqueza. Estúdialos a todos y utiliza tu cerebro para determinar cuál es la mejor manera de hacerlo.

En conclusión, busca la economía de movimientos, analiza cada uno de los pasos que realizas en cada una de las técnicas que empleas para el Tiro. Ese es el camino de la excelencia, ese es el camino a la perfección.

Un saludo a todos.

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